“Nos alegra tener un campeón de los Derechos Humanos”

La noche del sábado fue develado un mural pintado por varios artistas hispanos como homenaje a la canonización del arzobispo mártir de El Salvador, Monseñor Óscar Arnulfo Romero

Mural que celebra la canonización de San Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo mártir de El Salvador. La obra fue inaugurada el sábado 13 de octubre en el santuario de la Virgen de Guadalupe, de la calle 14.

Mural que celebra la canonización de San Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo mártir de El Salvador. La obra fue inaugurada el sábado 13 de octubre en el santuario de la Virgen de Guadalupe, de la calle 14. Crédito: Carmen Molina T.

“Nos alegra que tenemos un campeón de los Derechos Humanos. Pedimos a San Óscar Arnulfo Romero que ore por nosotros para entender y la fortaleza para ser defensores de los valores y la vida”. Con esas palabras, el sacerdote Santiago Rubio bendijo un mural que fue pintado dentro del Santuario de la Virgen de Guadalupe de la calle 14 para celebrar la canonización del arzobispo mártir de El Salvador.

El mural fue develado al final de una misa especial a la que asistieron diplomáticos de diversos países, parte de la comunidad salvadoreña radicada en Nueva York y Nueva Jersey, así como la feligresía del santuario.

La obra artística que mide 113 por 70 pulgadas en acrílico y pastel sobre lienzo, está ubicado al lado izquierdo del altar mayor y consta de tres partes: las siluetas de la Estatua de La Libertad y el Divino Salvador del Mundo, que simboliza la hermandad entre Nueva York y El Salvador; al centro se ubica el ahora santo Monseñor Romero, quien extiende las manos liberando una paloma de la paz.

Fue elaborado por un grupo de artistas integrado por Gerardo Sierra, Reynaldo Martínez Pardo, Mayole González, Fabián Cortés, Walter Dionisio, Karla Argueta, Saúl López, Jorge Guzmán y Aracely Sánchez. López y Pardo por parte de Ikarus Gallery, de Long Island.

El proceso artístico fue realizado en la sede de Empowering Young Professionals, en VillanoRadio.com.

A su alrededor está el pueblo, representado por niños, mujeres y hombres. Abajo y al centro se encuentra la Flor de Izote, flor nacional salvadoreña, y las flores de varios países latinoamericanos. Los rostros de casi la mayoría de los artistas que participaron en la elaboración del mural fueron integrados al conjunto; fue inaugurado un día antes de la canonización oficializada por el Papa Francisco, en el Vaticano, donde se han dado cita más de 10,000 peregrinos no solo salvadoreños sino latinoamericanos y del mundo.

Mientras la obra era bendecida, sonó en los altoparlantes la canción oficial de la canonización, “Nuestro Monseñor”, interpretada por OPUS 503 con intervenciones del tenor Mario Arévalo, quien a su vez cantó a viva voz el Ave María. También el coro dirigido por Raúl Hidalgo interpretó la canción icónica “El Profeta”, de Jorge Palencia (1980), arreglo de Franklin y Roberto Quezada, del grupo Yolocamba I Ta.

El cónsul general de El Salvador en Manhattan, José Vicente Chinchilla,  leyó la biografía de Monseñor Romero destacando su nominación al Premio Nobel de la Paz en 1979, dos doctorados Honoris Causa que recibió a inicios de 1980 en Bélgica y El Salvador, su asesinato el 24 de marzo de ese año a cargo de un francotirador de los escuadrones de la muerte y ordenado por el mayor Roberto d’Aubuisson, y cómo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó esa fecha como el Día Internacional por el Derecho a la Verdad.

“Más allá de lo religioso sentí mucho orgullo que a partir de la canonización nuestro querido país será ubicado como la cuna de un incansable luchador de los derechos humanos, los buenos, los trabajadores y honestos que somos más”, dijo la salvadoreña Susana Arias.

Artistas salvadoreños que colaboraron en la elaboración del mural, posan junto a autoridades consulares. La obra fue colocada al lado del altar mayor dentro del santuario de la Virgen de Guadalupe, en Manhattan. /Carmen Molina T.

Por su parte Krissia López afirmó que “en un altar quisieron callar a un hombre que siempre dijo la verdad sin imaginar que este gran ser a santo iba a llegar. Monseñor vivió siempre en el pueblo que tanto lo amó”.

“Es una alegría para mí poder participar en este momento histórico para la comunidad salvadoreña. Monseñor Romero sigue siendo la voz de los que no tienen voz y aquí en Estados Unidos, en el contexto actual, necesitamos más voces para los que no tienen voz. Sobre el mural, es una alegría ver a la comunidad hispana unida para celebrar al primer Santo salvadoreño”, dijo Juan Carlos Guerra.

Posterior a la celebración religiosa, la comunidad disfrutó de un convivio en el centro comunitario de la iglesia, con actuaciones de los cantantes Aracely Sánchez,  quien interpretó “A Monseñor Romero”, poema de Francisco Andrés Escobar y música de Salvador Marroquín, y Oscar Platt, quien interpretó la versión acústica de “Un Monseñor”.

“Estamos celebrando lo más importante que le ha pasado a nuestro país en muchísimo tiempo, reconocer a un santo, la vida y el sacrificio de Monseñor Romero”, afirmó Platt.

El padre Santiago Rubio celebró la elevación a los altares de Monseñor Romero, a quien nombró “campeón de los Derechos Humanos”. /Carmen Molina T.

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