Y usted, ¿Tiene ya cuentas con el banco?
Estar fuera del sistema tradicional de entidades financieras es costoso y no permite crear historia crediticia
Buena noticia: el porcentaje de quienes viven de espaldas a la banca tradicional se ha reducido y cada vez menos personas gestionan sus necesidades financieras (como cobrar un cheque mandar una orden de pago o remesas, contraer crédito del día de pago–payday loans– o tiendas de empeño) en el sistema financiero alternativo.
Esta es una buena noticia porque este sistema alternativo es mucho más caro, en muchas ocasiones predatorio, ofrece menos protecciones a los consumidores y no ayuda en algo que es crítico en este país, la historia crediticia. Algo que será más importante bajo la actual Administración para quienes quieran una green card o la naturalización.
Según el CDFI, o fondo de garantía de depósitos bancarios, 6.5% de los hogares de EEUU eran “unbanked” en 2017 es decir que no tienen una cuenta de cheques o ahorros en un banco.
Es el porcentaje más bajo desde que esta organización empezó a hacer seguimiento de esta realidad en 2009 y hay una tendencia a la baja. Con todo, son casi 14.1 millones de adultos y 6.4 millones de niños los que están fuera del sistema financiero. Adicionalmente, unos 49 millones de adultos y más de 15 millones de niños tienen cuentas en bancos pero aún así utilizan las opciones alternativas. Son los conocidos como “underbanked”.
El problema, y lo que afea la noticia, es que los unbanked son normalmente las personas de bajos recursos, afroamericanos y latinos, es decir los que menos pueden permitírselo debido a los altos costos del sistema alternativo y el cierre de oportunidades que abre un historial de crédito. Aunque también se ha reducido entre estos el número de hogares que carecen de entrada en el sistema tradicional, estos siguen siendo el mayor porcentaje de quienes carecen de cuentas y operan con desventaja.
En una reciente reunión sobre seguridad financiera organizada por AARP en El Bronx (Nueva York), Nilbia Coyote de la organización Qualitas of Life Foundation explicaba que muchos latinos que llegan a EE UU vienen con los prejuicios sobre la banca de sus países de origen, la inseguridad que significa tener cuentas en lugares afectados por hiperinflación (que elimina el valor del dinero) por ejemplo y “ven el crédito como un muro y no una puerta como ocurre en EEUU”.
La organización en la que trabaja Coyote ayuda con educación financiera a familias en Nueva York y en ella se explica a los inmigrantes la necesidad de tener historia crediticia para poder acceder a préstamos que les pueden abrir posibilidades si están bien gestionados. Pero además, la historia crediticia que solo se puede obtener con productos de crédito de la banca tradicional que rinde información a las oficinas de crédito, es clave para optar a la lotería de vivienda asequible, por ejemplo, y las autoridades quieren valorarlo también cuando se solicita la green card.
El 31.5% de los hogares latinos no tienen crédito tradicional comparado con el 14.4% de los hogares blancos.
Las tres razones principales por las que, según la FDIC, hay quienes no tienen cuentas con la banca tradicional son varias:
- Más de la mitad de los hogares dicen que no tienen suficiente dinero para tener una cuenta.
- El 30.2% no confía en la banca y para muchos esta es la primera o segunda razón.
- Las comisiones son muy elevadas o imprevisibles
Es cierto que en la gran banca las comisiones pueden ser un grave problema y conocerlas ayuda a evitar muchas de ellas. La más difícil de evitar para quienes no tienen mucho dinero es la que exige tener un mínimo capital en las cuentas. No todos los bancos o uniones de créditos o entidades comunitarias tienen estas comisiones. En Nueva York, la contraloría de la ciudad ha hecho un estudio (Llévelo al banco) que se puede consultar en la red sobre lo que se paga y lo que no. Hay opciones para muchos bolsillos y ahora más con la banca en la red. En cualquier caso siempre es conveniente preguntar.
La segunda de esas razones se puede disipar sabiendo qué es el propio FDIC. Se trata de una agencia independiente del Gobierno que protege de la pérdida de los depósitos en los bancos e interviene en bancos que tienen problemas de solvencia (algo que ocurrió frecuentemente durante y tras la Gran Recesión). El límite a lo que está asegurado es $250,000 por cada cuenta que se tenga aunque una sola persona tenga varias y en un mismo banco.
Hay una tercera cuestión que se evidencia si se transita en una ciudad. Allá donde hay población de bajos ingresos o inmigrantes los bancos son más difíciles de encontrar algunos bancos comunitarios y uniones de crédito si que están en el centro de donde está esta población más vulnerable y apartada de las entidades financieras pero son pequeñas y no tan ubicuas como la gran banca. A veces, ir o no al banco es una cuestión de oportunidad (horarios, cercanía, idioma…) y no siempre esta oportunidad está a mano. Lo aconsejable es buscarla.