John Louzonis, el niño neoyorquino que escribió libro sobre cómo ser trillonario
El menor nunca ha ido a la escuela
NUEVA YORK — El joven estadounidense John Louzonis acaba de cumplir 14 años; toca el piano, juega al ajedrez y está aprendiendo trucos de magia, pero lo que más desea en el mundo es convertirse en trillonario.
Para conseguirlo, y siempre bajo la atenta supervisión de su padre, este menor escribió el pasado mayo el libro “Kid Trillionaire” (“El niño trillonario”), un pequeño manual para enseñar a los niños a “hacer una gran fortuna” y, de paso, hacerse ricos.
A las nueve de la mañana ya ha vendido un libro en un gimnasio cerca de su casa, en el adinerado barrio neoyorquino de Tribeca, en el sur de Manhattan, donde vive con su hermana y con su padre, que educa en casa a sus dos hijos, que nunca han ido a una escuela.
“Cuando los días van bien, suelo vender 25 copias del libro en un solo día, pero a veces, solo un par”, cuenta John en una entrevista con Efe ante la atenta mirada de su padre, que a medida que avanza la conversación aumenta sus interrupciones para corregir las respuestas de su vástago.
“Le estoy enseñando cómo responder en las entrevistas de televisión“, cuenta su padre antes de explicar que ante las cámaras se tienen que decir frases directas y cortas porque la televisión es muy importante para ganar credibilidad y autoridad.
“Para que no se pierda el interés”, completa el pequeño John, mientras sonríe tímidamente detrás de sus gafas.
Su padre se dedica también a dar clases a niños y a aconsejar a otros padres sobre cómo educar a sus hijos, y a su madre la ve los fines de semana debido a que viaja mucho por motivos de trabajo.
El joven escritor, que ha publicado su libro en autoedición, cuenta que su interés por ganar dinero comenzó a los diez años, cuando vivía en Londres, donde su familia residió durante 15 meses.
Relata que se dio cuenta de que su cafetería favorita de la capital británica no tenía un sitio web, por lo que habló con su dueño y le propuso diseñarle uno por 40 libras.
Ahora, además de vender su libro por $10 dólares la unidad en un puesto ambulante que traslada de un lugar a otro de la Gran Manzana neoyorquina, también acaba de abrir un canal de YouTube y de activar un club para mandar actualizaciones de sus vivencias a quienes se suscriban.
Asegura que, de momento, tiene $10,000 dólares en su cuenta, pero espera cumplir su sueño de ser millonario antes de ser mayor de edad.
Vestido con una pajarita y pertrechado con una mesa y sus libros mientas suena la canción “Money” (“Dinero”) de Pink Floyd, John intenta despertar la atención de sus potenciales clientes en los barrios de Wall Street o en Bryan Park, donde según dice pasa la gente que tiene más dinero.
Una vez que se acercan a preguntar por su edad o por qué ha escrito el libro, John se jacta de que ya los ha atrapado y de que tiene asegurada la venta de un ejemplar, a veces más: “Es como pescar peces en un barril”, dice mientras sonríe pícaramente.
Aunque ahora, con el frío de finales de otoño, comenta que dejará temporalmente la venta ambulante.
Su libro es una especie de manual de autoayuda financiero que asegura haber escrito en solitario en tan solo seis meses y que publicó el pasado mayo después de que su padre lo revisara y le corrigiera los errores.
Desde entonces, ha vendido -según sus cuentas- en torno a 600 libros, plagados de consejos para los niños que cómo él quieran prosperar económicamente.
Ayudar a los demás, ver videos en YouTube, ser activo, tomar riesgos, ser competitivo o no tener miedo al fracaso son algunas de las recomendaciones que John desarrolla en su libro.
Además dice que “no hay que fiarse de la escolarización” para hacerse millonario porque, según sostiene, la mayoría de los niños se centran en sus estudios y en las notas y no en hacer dinero “porque sus padres y los profesores los han convencido de que esas son las cosas más importantes”.
“Hay otras habilidades que se necesitan para tener éxito en el mundo real (…), como hacer dinero”, asegura. “Es el mejor regalo de Navidad”, concluye.
Pink Floyd canta que con dinero se puede tener “nuevo coche, caviar, un día de sueños de cuatro estrellas o comprar un equipo de fútbol”.
John, que cuando deja de dar consejos sobre la manera de hacerse rico, no duda en hacer un truco de magia con un billete de veinte dólares, confiesa que cuando sea trillonario quiere viajar.