AMLO: Este es el administrador que llega al poder en México
Manuel Andrés López Obrador ha demostrado ya su capacidad para administrar los recursos del Estado
MÉXICO – Sus enemigos lo tildaron de ser un buen político y un mal administrador que puede llevar al país al borde del colapso, sin embargo, a Andrés Manuel López Obrador, desde este sábado presidente de México, su administración como jefe de gobierno de la Ciudad de México (de 2000 a 2005) no lo deja mal parado: si bien tuvo un mal crecimiento económico, tuvo algunos de los mejores niveles de inversión en la historia.
De aquella época persisten aún algunos miedos relacionados a la economía y las finanzas. Entre ellos, la sobreprotección que pudiera dar a los grupos vulnerables a costa del dinero público, que terminarían por golpear las finanzas del Estado con tantos subsidios brincando de un lado a otro para mantener las simpatías de la gente.
“En el corto plazo estos apoyos incrementarían el consumo interno”, advirtió un análisis de Oxford Economics, porque dinamizaría la actividad económica del país; sin embargo, a largo plazo, observó Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, “puede incrementar la deuda aún más de que se le heredó para cubrir estos objetivos” cuando se vea atrapado entre tantas dádivas.
Desde apoyos económicos para adultos mayores y jóvenes (alrededor de $76 dólares al mes) incluyendo a los ya pensionados por el Estado, becas a jóvenes por alrededor de $4,000 dólares anuales a aquellos que ni estudian ni trabajan para que los capaciten las empresas, alrededor de $250 dólares para cada campesino…
Pero el historial de AMLO no registra un comportamiento irresponsable con la deuda pública. De acuerdo con algunas mediciones de la Secretaría de Hacienda, durante su administración capitalina redujo hasta una tercera parte el pasivo que le dejó Cuauhtémoc Cárdenas.
Otros méritos que le han aplaudido al nuevo presidente mexicano como administrador es el foco para mejorar la tecnología y empujar así el valor agregado de las exportaciones, un tema que lleva varias décadas sobre la mesa desde la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte.’
“Es enfocar los esfuerzos para mejorar las exportaciones, así como de la proveeduría de las grandes empresas y del gobierno. Se trata de algo similar al programa de política industrial presentado en el Reino Unido para enfrentar la salida de la Unión Europea”, señaló Vidal Llerenas, economista doctorado en administración y gerencia pública de la Universidad de York.
“Por otro lado, es posible incrementar la inversión y la productividad del agro, con mayor tecnología para reducir importaciones de arroz, maíz y trigo de las que tanto a dependido el país en los últimos años”.
Uno de los tópicos en los que más fe ha inspirado el político que toma el poder es la inversión. Andrés Manuel tuvo en su sexenio de mando en la CDMX el monto promedio de inversión más alto de los cuatro jefes de gobierno predecesores (equivalente al 25% de todo el país) y ya en los últimos tiempos los empresarios aplaudieron la decisión de invertir en energía.
“Históricamente el sector energético ha sido una pieza fundamental para el desarrollo del país y, a pesar de la reforma (de 2014) ha sido insuficiente para mejorar la productividad. Esperamos que esta vez sea la vencida”, advirtió Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, la misma organización que lo criticó por cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la CDMX.
Los empresarios han sido cautelosos en ambos sentidos. Alerta en algunos temas (como los ya mencionados) y otros como el alza al salario mínimo propuesta por AMLO, porque creen que podría echar a correr a empresas, principalmente maquiladoras, que se irían a otro país; en otros casos, le han dado el beneficio de la duda o todo el respaldo “por el bien de México”.