Letitia James se juramenta como nueva Fiscal de Nueva York

En 1958 la segregación racial en Estados Unidos era crítica. En junio de ese año la Iglesia Bautista Bethel, en Birmingham, Alabama, fue bombardeada por miembros del Ku Klux Klan, matando a cuatro niñas. El 20 de octubre, trece jovenes negros fueron arrestados por sentarse frente a un autobús en esta misma ciudad.

Dos días antes, en Brooklyn, Nueva York, nacía Letitia James, y, pese a que en los estados del norte del país las cosas parecían ser “menos graves”, avisos con mensajes como “¡Negros, fuera!” colgaban de restaurantes y otros locales comerciales.

Sin embargo, 61 años después, James vive una realidad distinta. Justo antes de la medianoche, la ex Defensora del Pueblo, no solo juró oficialmente como la 67ª Fiscal General del estado de Nueva York, también se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo. Además, lleva con orgullo el ser la primera persona negra en servir como Fiscal General, un título que tiene gran significado para las comunidades minoritarias, historicamente afectadas por el racismo en el sistema judicial.

“Es el honor más alto comenzar oficialmente mi tiempo como Fiscal General del gran estado de Nueva York”, dijo James en una ceremonia celebrada en el Capitolio del estado en Albany. “Los neoyorquinos en cada esquina de nuestro estado deben saber que tienen un campeón que lucha por ellos todos los días”.

La líder política neoyorquina, que ha mostrado su desagrado por las acciones y políticas del presidente Donald Trump, comenzó su carrera legal como abogada en la Sociedad de Ayuda Legal, y finalmente se convirtió en jefa de la oficina regional de Brooklyn del Fiscal General de Nueva York. En 2003, fue elegida para el Concejo Municipal y diez años después se convirtió en la Defensora del Pueblo de la ciudad.