Hispana con rara enfermedad en la sangre evita ser deportada con visa humanitaria de ICE

Llegó a EEUU en 2005, luego de que las pandillas asesinaran a su hijo de 16 años

Reina Gómez podrá seguir su tratamiento en EEUU

Reina Gómez podrá seguir su tratamiento en EEUU Crédito: CAPTURA AmericaTeVe

Reina Gómez Ramírez, indocumentada hondureña que padece una extraña enfermedad en la sangre y enfrentaba una orden de deportación, obtuvo ayer una visa humanitaria por un año que le permite seguir su tratamiento en Estados Unidos.

“Ahora estoy más tranquila, puedo respirar bien”, dijo Gómez a EFE, luego de ser notificada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) del permiso que le concedían para permanecer en el país y tras señalar que si la deportaban no podría seguir tratándose la enfermedad que padece.

La hondureña, que llegó a Estados Unidos en 2005 luego de que las pandillas asesinaran a su hijo primogénito de 16 años, fue diagnosticada en 2009 con trombocitopenia, una enfermedad que altera la producción de plaquetas en su organismo y le deja fuertes secuelas. Por ello debe tomar cada día 3 mil miligramos de hydroxyurea.

Según una carta del Hospital Jackson Memorial en Miami, donde se trata la enfermedad, en su país no hay disponibilidad de este medicamento, del que debe tomar cada día seis pastillas bajo riesgo de morir.

“Mi sueño es que encuentren la cura”, reconoció la indocumentada, que llegó a sufrir un derrame cerebral y se sometió a terapia por 4 años. En la actualidad trabaja limpiando casas con “mucho esfuerzo”.

Señaló que aún sufre secuelas como cólicos o vómitos. También en ocasiones pierde la memoria y no recuerda las fecha de nacimiento de sus dos hijos vivos.

Si bien no cuenta con un seguro médico, el hospital de Miami le subvenciona el costo de unos medicamentos -que en las farmacias puede alcanzar los mil dólares por cada frasco de 30 pastillas-, porque ha dado su consentimiento para que hagan pruebas con ella de cara al estudio de la enfermedad.

“Es un tipo de enfermedad muy rara”, agregó Gómez, quien en su país de origen trabajó con menores en situación de riesgo para que abandonen las pandillas.

Gómez solicitó la década pasada asilo político, pero le fue negado por las autoridades migratorias y desde entonces ha obtenido permisos temporales de residencia, una situación que cambió bajo las estrictas políticas de la actual administración del mandatario Donald Trump.

Mientras espera una respuesta a su petición de una residencia permanente por razones humanitarias, en 2020 volverá a solicitar una estancia temporal de un año, la cual espera sea atendida como ha ocurrido esta vez.

“Si ICE decide deportarme, es como si me dieran una sentencia de muerte”, afirmó Gómez, quien a la salida de su cita en la oficina de ICE en Miramar fue arropada por activistas de El Centro de Trabajadores de Miami, que la han acompañado en este proceso.

Por lo pronto, se confiesa aliviada de saber que podrá acudir a su cita regular al hospital, programada para fines de este mes.

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