Alternativas a los préstamos más caros
Hay opciones de crédito personales de bajas cantidades con tasas competitivas y largo plazo de devolución
Hace unas semanas la Oficina de Protección al Consumidor Financiero (CFPB) dio el volantazo definitivo para alejarse de los principios con los que se había abordado la regulación de los préstamos del día de pago (payday loans) para tratar de evitar la espiral de deuda en la que se ven con frecuencia quienes los solicitan.
Poco después de ser promocionada para la dirección de esta Oficina por Donald Trump, Kathy Kraninger eliminó de esta propuesta de regulación una de las reglas clave del proceso de aseguramiento de estos créditos de bajas cantidades y que requieren que los prestamistas verifiquen que el endeudado puede devolver el dinero que recibe. Es algo que en otro tipo de créditos forma parte de la premisa básica para su concesión.
En el caso de los payday loans, o los asociados al título de propiedad del carro, estos préstamos responden a la necesidad real que tienen muchas familias de cubrir gastos, normalmente imprevistos, con pequeñas cantidades de dinero. Quienes solicitan estos préstamos suelen ser personas de bajos ingresos (aunque no solo) que no tienen acceso a un banco o no utilizan todos los servicios de este y carecen de buen crédito.
Según el Pew Research la mayor parte de estos préstamos son por cantidades de apenas $375 (que los bancos no conceden), que se deben en dos semanas y con una tasa anual (APR) entre 300% y 500%. La mayor parte de quienes los toman no pueden devolverlo en ese escaso margen de tiempo y como media tardan casi cinco meses tratando de pagar un préstamo, para lo que tienen que endeudarse repetidamente y que termina costando unos $520 adicionales en comisiones. El préstamo consume aproximadamente el 36% del cheque del endeudado por eso el 80% de estos se toman apenas dos semanas después del anterior.
Incluso en Nueva York, un estado en el que no está permitido por ley cobrar tasas superiores al 25% lo que en la práctica erradica unos préstamos que, sin embargo, no son infrecuentes.
El hecho es que hay alternativas a estos préstamos. Algo que según Pew Research usarían la mayoría de los endeudados.
Hay una serie de credit unions, bancos comunitarios y CDFI que están intentando hacer más asequible los préstamos a corto plazo”, dice Eric Espinoza, Director Asociado de Programas y Abogacía Estratégica de los asesores Neighborhood Trust en el norte de Manhattan. Espinoza reconoce que acceder a estos demanda que los consumidores estén más informados sobre sus posibilidades antes de acudir a opciones predatorias como estos créditos del día de pago.
“Hay una gran necesidad de este tipo de préstamos, la gente solicitaba créditos personales pero no era lo que necesitaban por eso se han desarrollado productos alternativos”, dice Espinoza. En algunos casos las credit union han recibido exenciones legales para poder cobrar una tasa algo mayor de la permitida en estados restrictivos como Nueva York y elevar el precio del riesgo hasta el 28%.
Hay créditos que se extienden por pequeñas cantidades, de $300 a $1,500, por parte de algunas credit union a unos plazos que pueden ser de varios meses y que hay que devolver en cantidades mensuales. “Normalmente los bancos trabajan con el cliente para establecer el plazo más cómodo”, dice Espinoza.
Este experto también habla de créditos como los que ofrece Spring Bank, un banco comunitario en Harlem y El Bronx en el que se ofrece el Employee opportunity Loan para el que no se requiere calificación crediticia mínima, pero ayuda a construirla, y tiene un límite de $2,500. La tasa de interés es del 16% (hay tarjetas de crédito que lo tienen más elevado) y el plazo de devolución es de 12 meses.
Hay otros préstamos como el Credit Builder Loan que se asegura ahorrando en una cuenta y que se reporta a los bureaus de crédito. El monto máximo es de $1,500 y el mínimo $55 con un 9% de APR a pagar entre seis y 12 meses.
Espinoza dice que estos créditos no son tan populares como quizá deberían serlo pero no es por la falta de demanda sino de entendimiento de los productos.
Lo recomendable es acudir a los bancos comunitarios y credit unions además de asesores financieros como los centros de empoderamiento financiero de la ciudad de Nueva York u organizaciones comunitarias que puedan poner en contacto a quien solicita un préstamo con una mejor solución que acudir a un prestamista del día después.
“Estamos compitiendo con prestamistas tiburones (loan sharks) y nuestra gente tiene necesidades”, explica Espinoza antes de lamentar que lo peor de los créditos predatorios de la industria financiera alternativa es que tengan que pagarse en plazos semanales, sin tiempo para que se rehagan las cuentas de los clientes, y que el pago mínimo sea sobre todo interés.
“La gente se acostumbra a pagar interés y nunca rebaja capital”, dice de esta red de prestamistas que es ubicua en vecindarios de bajos recursos allá donde está permitida.
Estar preparado
El consejo de Espinoza es estar preparado para eventualidades que van a llegar. No se sabe si por una visita a un médico o si es porque se ha roto una tubería o el carro pero todo el mundo tiene gastos no previstos o presupuestados.
¿Cómo? “Hay que estar en el mercado”, dice Eric Espinoza de Neighborhood Trust. Es decir, tener una cuenta con un banco comercial, comunitario o una unión de crédito para tener un perfil de crédito.
En caso de que no se tenga este perfil hay que buscar productos financieros que permitan trabajar en ellos. “Para los indocumentados puede ser intimidatorio y más en estos momentos”, reconoce Espinoza pero los bancos no comunican con los servicios de inmigración y alguien con documentos puede ayudar a dar los primeros pasos en una cuenta.
Este asesor recomienda estudiar bien las necesidades y objetivos que uno tiene y elegir la entidad que mejor le ayude para conseguir satisfacerlas.