Agente fronterizo irá 12 años a la cárcel por tráfico de drogas. Su esposa también
El agente movió "millones de dólares" en drogas con la ayuda de su esposa
El agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) Manuel Salas Porras, de 52 años, con 25 de servicio, ha sido condenado este jueves a 12 años y 7 meses de cárcel por tráfico de drogas y lavado de dinero. Estos son los detalles del caso:
El condenado trabajó en varios aeropuertos de California y se aprovechó de su condición de agente la ley para mover drogas. Utilizó con este fin a un conductor de camiones comerciales y movilizó “cientos de kilos de California a Illinois”, según apunta la Fiscalía.
Las operaciones las realizaba junto a su esposa Sayda Orellana, de 50 años. De acuerdo con la acusación, la pareja envió desde Los Ángeles a Chicago cocaína, heroína y marihuana en cantidades equivalentes a “millones de dólares”.
La investigación comenzó cuando el conductor de camiones fue detenido en Gallup, Nuevo México, en marzo de 2012, con cerca de 260 kilos de narcóticos con un valor aproximado de 1,5 millones de dólares. Después el chófer se declaró culpable y dijo que había “trabajado” con Salas y Orellana transportando narcóticos a Chicago “en múltiples ocasiones”.
Cada vez que el conductor llevaba el camión a Chicago, recibía dinero en efectivo y la pareja le indicaba cómo distribuirlo en varias cuentas bancarias, incluida una a nombre de Orellana.
Este jueves un juez del Distrito Central de California, Cormac Carney, ha condenado a Salas por los delitos de conspiración para distribuir sustancias controladas, conspiración para cometer lavado de dinero y por proporcionar declaraciones falsas. Su esposa ha recibido una pena igual por su rol en la red de distribución de narcóticos y por cuatro cargos adicionales de lavado de dinero.
Al referirse a Salas, que está suspendido indefinidamente de su cargo, el Fiscal de Distrito, Nick Hanna, aseguró que “no podemos tolerar que un oficial de control de la ley desempeñe un papel en actividades que amenazan el bienestar de los ciudadanos estadounidenses”.
“La sentencia de hoy sirve de aviso para todos los empleados del Gobierno de que la integridad y la confianza pública en nuestra agencia será mantenida en el más alto nivel”, agrega por su parte David Downing, agente especial a cargo de la oficina de campo, en Los Ángeles, de la Administración para el Control de Drogas (DEA).