Las Hadas de Cottingley: las misteriosas fotografías que aún cautivan al público un siglo después
13 lotes de las instantáneas trucadas que convencieron al mismísimo Sir Arthur Conan Doyle de la existencia de las hadas fueron vendidas en Reino Unido por $65 mil dólares
Corría el verano de 1917 cuando Elsie Wright, de 16 años, y su prima Frances Griffiths, de 9, saltaron a la fama tras revelar dos extrañas fotografías tomadas en un arroyo cercano a su casa en Cottingley (Inglaterra). En las mismas se veía claramente a las dos menores posando y jugando despreocupadamente con lo que a todas luces parecía un grupo de hadas, seres fantásticos alados de diminuto tamaño y rasgos antropomorfos con los que todos estamos perfectamente familiarizados por su presencia en los cuentos infantiles.
El asunto alcanzó una verdadera trascendencia cuando fue expuesto al público durante una reunión de la Sociedad Teosófica de Bradford en 1919 y, especialmente, tras atraer la atención del creador de Sherlock Holmes: Sir Arthur Conan Doyle. Ferviente apasionado de la fenomenología paranormal y devoto creyente en filosofías espiritualistas, Conan Doyle quedó tan fascinado ante esta aparente prueba de la existencia de seres faéricos que defendió vehementemente su veracidad, llegando a encargar a las pequeñas tres fotografías más.
Finalmente, todo resultó ser una farsa. En 1983, Frances admitió haber falsificado las fotografías superponiendo unas ilustraciones que ellas mismas copiaron del libro infantil Princess Mary’s Gift Book. De esto modo pasaron a la historia, protagonizando una de las mayores y más bochornosas estafas fotográficas de todo el s.XX. Curiosamente, las mujeres declararon hasta el final de sus días que los encuentros con las hadas fueron reales, y que la quinta y última fotografía era auténtica (la primera de este artículo).
Pues bien, el pasado 11 de abril varias series de estas legendarias instantáneas fueron puestas a la venta por la casa de subastas Dominic Winter Auctioneers en la localidad británica de Cirencester. No era la primera vez: ya en octubre del pasado año, esta misma compañía vendió dos de estas fotos por 20 mil libras ($26 mil dólares). El experto fotógrafo Chris Albury confirmó que buena parte de las pertenecientes a estos nuevos lotes proceden de la colección personal de Catherine Lynch, hija de la propia Frances Griffith.
Sin embargo, y pese a haber recaudado hasta 50 mil ($65 mil dólares) tras las pujas, resulta sorprendente que la primera y más representativa de todas (en la que se ve a Frances posando en actitud melancólica mientras un grupo de hadas danza en círculos en primer plano) no encontrara ningún comprador dispuesto a pujar lo suficiente por ella.
“No hay problema, volverá a la caja fuerte”, declaró Lynch sin disimular su asombro.
Sin duda, la noticia demuestra el interés que este curiosísimo episodio dentro del mundo de los trucajes fotográficos continúa despertando hasta el día de hoy. Además de alertarnos, por supuesto, de los peligros de defender ciegamente la autenticidad de algo sin haberlo comprobado y validado debidamente.