La comunidad LGBTIQ+ lucha contra otra “epidemia”: el uso de armas
Gays Contra las Armas (GAG) promueve leyes para el uso sensato de armas en los Estados Unidos
NUEVA YORK – Stanley Almodovar, Amanda Alvear, Oscar Aracena Montero, Rodolfo Ayala, Juan Chavez, Luis Daniel Conde, Simón Carrillo, Mercedez Flores… son algunos de los nombres de los 49 jóvenes y adultos de entre 19 y 49 años que murieron el 12 de junio de 2016 en el bar Pulse, en Orlando Florida, una herida abierta entre la comunidad LGBTIQ+, pero que fue el primer latido de un movimiento cuyo sonido suena más fuerte con el tiempo.
Igual que en los años ochenta y noventa contra el VIH-Sida, esta comunidad sale a las calles de Nueva York a alzar la voz, pero ahora contra el virus que estimula el uso de las armas, una batalla que hasta el 2016 habían dejado a otras organizaciones, como Moms Demand Actions. El ataque en uno de los espacios donde esta comunidad se sentía más segura obligó a sus miembros abrir los ojos y reconocer la importancia de sumarse a una lucha que consideraban lejana. El problema se acercó a ellos como nunca.
Los tiroteos no son la única forma en que este grupo social siente que el “virus” está afectando a sus miembros, ya que los suicidios con el uso de armas van en aumento y una gran parte de esas víctimas con jóvenes gays, lesbianas o transgénero.
“Los jóvenes LBG tienen 4 veces más probabilidades de intentar suicidarse que los jóvenes heterosexuales”, indica el grupo. “El 40% de los adultos transgénero ha intentado suicidarse y el 92% de ellos intentó suicidarse a los 25 años”.
El 12 de junio pasado, Gays Againts Guns (GAG) organizó un evento en memoria de las víctimas de hace tres años, con un peculiar desfile de personas vestidas de blanco y velos, pancartas, las fotografías de las 49 víctimas mortales y un distintivo: la esfera de cristal, que en esta ocasión también estuvo de luto, no giraba para embellecer una pista de baile, pero fue parte del recuerdo de aquella noche fatídica.
“Soy alguien y merezco estar a salvo de las armas, aquí, ahora”, dijo la activista Cathy Marino-Thomas en un mitin de GAG frente a The Stonewall Inn, el bar donde hace 50 años surgió el movimiento LGBTIQ+ en protesta por la persecución policiaca.
Marino-Thomas es parte de este colectivo que alerta y presiona a legisladores para detener el uso de armas, que se ha sumado a los enemigos de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), la cual defiende “a capa y a pistola” el uso de pistolas, metralletas, rifles… y un largo etcétera.
GAG alerta que su comunidad es una de las minorías que más padecen este “virus” en los Estados Unidos, sobre todo porque el odio se manifiesta en su contra con la muerte como resultado.
“Las personas queer siguen siendo indebidamente vulnerables a la violencia con armas de fuego, especialmente por la oleada de delitos de odio basados en prejuicios desde la elección de Donald Trump”, afirma la organización con base en datos del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California.
Esta agrupación no discrimina, invita a todas las personas a sumarse a su causa, sobre todo aquellas que forman parte de grupos vulnerables, como mujeres, discapacitados, las minorías religiosas, las personas discriminadas por su color de piel.
“Juntos estamos comprometidos a romper de manera no violenta la cadena de la muerte de la industria de las armas”, afirma el grupo en referencia a inversores, fabricantes, la NRA y políticos. “Damos la bienvenida a todos los enfoques hacia un futuro más seguro, y esto comienza directamente con leyes de armas sensatas, no la erradicación de las armas en conjunto”.
Adam Eli, uno de los miembros de GAG, condujo el evento The Stonewall Inn, habló fuerte y claro, dio la voz a Brando Wolfe, quien sobrevivió al ataque en el bar Pulse debido a que fue al baño, pero sus dos amigos murieron en la pista de baile.
“Seremos siempre guerreros. Cada uno de nosotros está enfrentando la decisión: podemos dejar que el miedo y el odio venga a nosotros o podemos luchar por lo que es correcto”, fueron las palabras que Wolfe pidió a Eli que hiciera a los asistentes del memorial repetir a coro. “¡Acción!… no dejaré de pelear por mis mejores amigos”.