Editorial: Un llamado a la comunidad
Es comprensible el temor que cuando se habla de redadas aunque tengan un alcance limitado
La estrategia de la administración Trump es sembrar el miedo en la comunidad inmigrante con la amenaza de redadas y las separaciones de familias ya establecidas en nuestro país. Es necesario que las autoridades locales reafirmen su compromiso de defenderlos y las organizaciones comunitarias estén alertas con información y recursos legales adecuados.
Hay una campaña de terror con los anuncios, marchas atrás y nuevos anuncios de redadas. Parte de ella son los comentarios y amenazas del presidente Donald Trump y de sus funcionarios. El domingo pasado el director interino de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS), Ken Cuccinelli, dijo que la Agencia para el Control de Aduana e Inmigración (ICE) estaba lista para deportar a un millón de personas.
El terror que se quiere imponer desde la Casa Blanca, hay que enfrentarlo con las armas que están a la mano. Estas son la información, la organización y los recursos.
Las redadas de las que se hablan tienen límites precisos. Serán en diez ciudades: Atlanta, Baltimore, Denver, Houston, Los Angeles, Miami, New Orleans, Nueva York y San Francisco. Se estima que serán enfocadas en alrededor de 2,000 grupos familiares o 10,000 personas que no se presentaron a las citas ante los tribunales de inmigración, por lo que se ordenó su deportación en ausencia.
Este es un operativo que supuestamente será preciso. Dicen que se lleva planeando hace varios meses, y que causó divisiones internas dentro del Departamento de Seguridad Interna. Ya se despidió a los que se oponían a dividir familias establecidas durante años dentro del país.
Es comprensible el temor que cuando se habla de redadas aunque tengan un alcance limitado. Para esta administración ningún indocumentado está a salvo, aunque no integre una lista de personas marcadas para la deportación. Cualquier persona sin papeles que se cruce ante los agentes de ICE son candidatos al arresto y la deportación.
Ante este clima las organizaciones comunitarias trabajan activamente para informar a los indocumentados de sus derechos -como el de permanecer callado- ante un arresto de este tipo. También en sitios como CASA en Baltimore, se informa a los transeúntes que hacer en caso de ser testigos de una redada.
Los consulados de México en Estados Unidos están en esta campaña de información y los de Guatemala y El Salvador coordinan sus acciones con las organizaciones pro inmigrantes. Es urgente que haya ayuda legal rápida y de acceso fácil a ella. La presencia de un abogado hace una gran diferencia
Las ciudades, especialmente en las que se realizarán las redadas, tienen que estar alertas para ayudar a los indocumentados. Esperamos que los alcaldes Eric Garcetti como Bill de Blasio, de Los Ángeles y Nueva York respectivamente, hayan tomado las precauciones necesarias.
A la larga, la mejor manera de combatir esta campaña de miedo es quitando a Trump de la Casa Blanca en 2020.