Al menos el 70% de las armas registradas en México llegan desde EEUU, la mayoría desde Texas

Las armas cruzan la frontera de norte a sur, al contrario de lo que dice Trump

En Estados Unidos se puede comprar un arma en un supermercado como Walmart.

En Estados Unidos se puede comprar un arma en un supermercado como Walmart. Crédito: Getty Images

Desde que Donald Trump llegó a la presidencia de los Estados Unidos, ha repetido en numerosas ocasiones que los inmigrantes que acceden al país desde México llegan a EEUU para delinquir y que muchos llegan armados. El presidente no acostumbra a validar sus afirmaciones con datos, pero diferentes estudios indican que la tasa de delincuencia entre la población general es mayor que la registrada entre inmigrantes. Y las armas no cruzan de sur a norte, sino al revés.

“Los inmigrantes procedentes de Centroamérica huyen de la violencia que se da en sus países”, afirma Eugenio Weigend, experto en armas del Centro para el Progreso Americano. Esa violencia de las maras, de los carteles o de delicuentes comunes se nutre de armas procedentes del norte.

El 70% de las armas registradas en México llegan desde Estados Unidos y, según apunta el experto, la procedencia del otro 30% no está clara, por lo que una parte podría ser también de EEUU. Del total de armas compradas en EEUU, la mitad llegan desde Texas -donde este sábado murieron 22 personas en un tiroteo en El Paso-, un 20% desde Arizona y otro 20% desde California.

Lograr un arma en la frontera de Estados Unidos con México es muy sencillo, al igual que en el resto del país presidido por Trump. Hay dos formas de hacerse con un arma de fuego. La primera es acudir a una armería, donde antes de venderla el comprador pasa por una revisión de antecedentes. La otra opción es acudir a una tienda de armas donde, como si se tratara de un supermercado, el cliente se hace con un arma sin ningún control previo.

Un “mercado gris” de las armas

De esta manera, se crea “un mercado gris” en torno al tráfico de armas. El experto del Centro para el Progreso Americano lo define de esa manera. “Es gris porque la compra es legal, pero cruzar la frontera con ella es ilegal”, explica.

Este fenómeno crea un incremento de la violencia con armas de fuego en Centroámerica.

“A finales de los años 90, un 15% de los delitos se cometían con armas de fuego, ahora rondamos el 70%”, asegura Weigend. En su opinión, la violencia en estos países no es algo que ocurra únicamente por culpa de las armas de EEUU. “Hay factores internos como la corrupción que hacen que se creen conflictos, pero las armas ayudan a que vayan a más”.

Según el experto, la solución pasa por revisar los antecedentes o establecer nuevas normativas a nivel nacional para que cualquiera no se pueda hacer con un arma de fuego.

“Poco a poco vamos avanzando, se está dando un cambio de mentalidad en Estados Unidos. Desde el tiroteo de Florida, mucha gente se ha planteado este problema de forma seria”, indica Weigend.

El Centro para el Progreso Americano ha realizado estudios que indican que más del 90% de la población estadounidense desea que se revisen los antecedentes de todos los compradores.

Uno de los principales problemas para llevar esto adelante es que el mercado de armas supone un ingreso importante para el país. “La Asociación Nacional del Rifle tiene mucho poder y hace que congresistas y senadores bloqueen medidas para el control de la venta de armas”, apunta.

Aun así, se han dado pequeños pasos a nivel estatal, donde se han aprobado más de 60 regulaciones que no han sido apoyadas por la Asociación Nacional del Rifle, frente a menos de 20 en las que esta organización se mostraba de acuerdo.

Eugenio Weigend critica las contradicciones del presidente Trump: “Si de verdad quiere hacer un país más seguro, debería regular la venta de armas que hace que se delinca en su propio país”.

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