Denuncian ‘acuerdos de trabajo’ verbales como táctica para robar salarios a trabajadores
Un exempleado del restaurante Don Álex de Jackson Heights inició acciones contra su empleador, y el Departamento de Trabajo advierte sobre este tipo arreglos ilegales
Hace 15 años el peruano Juan F Álvarez llegó desde su natal Callao a Nueva York, y empezó a trabajar en un restaurante de un paisano, en Jamaica, Queens, luego de hacer un acuerdo verbal para laborar jornadas de hasta 13 horas, por un salario semanal que no superaba los $150. Tras varios meses de estar allí y recibir frases ofensivas como “cholito muerto de hambre”, por parte de otra de las dueñas del local, y sentir que lo estaban “esclavizando”, el joven prefirió renunciar y buscar nuevos rumbos.
El tiempo pasó, y en mayo del año pasado, el cocinero se encontró en la calle a su antiguo patrón, quien según el trabajador, se mostró muy contento de volverlo a ver y le ofreció nuevamente empleo: esta vez en el restaurante Don Álex, de la calle 84 y 37 Avenida, en Jackson Heights. Esperanzado en que su exjefe ahora sí le pagara lo justo, Juan aceptó, pero según sus propias palabras, volvió a “caer en la trampa”.
“No hicimos nunca un contrato ni nada escrito. Ni me puso a llenar ningún papel, todo fue de palabra. Me dijo que yo iba a trabajar cuatro días a la semana, de 2:00 de la tarde a 11:00 de la noche, a $15 la hora, pero la verdad había días que salía hasta la 1:30 de la madrugada. Desde el primer momento no me pagó bien”, asegura el joven, quien afirma que debe velar por su mamá, su abuela y su sobrina en su país, por lo que empezó a pasar las verdes y las maduras.
“Yo tenía mis gastos, pero nunca me pagaba a tiempo. A veces me daba $500 y cuando le pedía que me pagara, me decía: ‘mira, gordito, no te preocupes que yo te voy a pagar. No creas que yo te voy a engañar, si yo te quiero como a un hijo’… como a la cuarta semana de estar trabajando, me pagó, pero no completo y tampoco me pagó las horas extras. Se empezó a atrasar más y más y me decía que después arreglábamos”, cuenta el cocinero, quien debía someterse a una operación en septiembre, hecho del que estaba enterado su jefe.
“Me decía que no me pagaba lo que me debía todavía, para que cuando me operaran yo pudiera contar con ese dinero, porque iba a estar varias semanas sin ganar nada, y a él eso le preocupaba. Se hacía el buenito, pero cuando me operaron, ni siquiera me fue a visitar y cuando lo llamaba para pedirle mi dinero, en medio de mi recuperación, no contestaba”, recuerda el trabajador, visiblemente frustrado.
Álvarez agregó que incluso una vez, “cuando me recuperé, lo seguí hasta el tren pidiéndole que me pagara y no le importaba. Lloré de coraje, porque me sentía limosneando algo que me gané trabajando duro. Ni descanso para comer tenía cuando trabajaba. Y lo peor, es que él mismo aceptaba que gracias a mí ese lugar pasó de tener la letra C en calificación a la letra A. Pero un día vi que eran tan caradura (descarados) y sentí que me había rebajado tanto, que me cansé y vine a Make the Road a pedir ayuda y empecé el caso contra él”.
Casos muy comunes
Modesta Toribio, organizadora de trabajadores de MRNY, asegura que casos como el del peruano son muy comunes, ya que patronos, en gran medida hispanos, se aprovechan del desconocimiento que algunos empleados tienen de las leyes y a veces los engañan con acuerdos verbales para aprovecharse.
“Muchos empleadores quieren arreglar por ciertas horas y días de trabajo intensos por menos de lo que deben pagar según manda la ley, y eso no tiene validez y otros, como el del caso de Juan, creen que porque son los acuerdos son de palabra al final no van a valer y pueden hacer lo que quieran, pero hay leyes que los obligan a pagar”, aseguró la defensora de los derechos de los trabajadores, quien aconsejó a quienes no marcan tarjeta o no firman ningún papel, llevar control de días y horas trabajados y hasta tomar fotografías en los sitios de trabajo para presentar cuando se inicien casos.
El cocinero peruano, quien presentó su denuncia ante el Departamento de Trabajo del Estado, exigiendo el pago de más de $9,000 de robo de salarios, asegura que aunque al final su antiguo jefe cumple al final con sus obligaciones, “el dolor y la humillación” que siente, ya no se lo va a quitar nadie.
“Me da cólera (rabia) que la propia gente de uno nos robe, que sean tan explotadores, que incluso a los mexicanos que trabajaban ahí, cuando llegaban borrachos los dejaba trabajar cinco horas así y luego los mandaba para la casa, supuestamente, como castigo, pero no les pagaba las horas que los había tenido ahí. Es un ladrón”, agrega el exempleado.
Patrono niega las acusaciones
Osvaldo Yayica, el patrono señalado por el cocinero confirmó que se enteró de la denuncia tras recibir una carta del Departamento de Trabajo hace un mes y medio, pero no solo admitió que no la ha respondido, porque aun está hablando con sus abogados sino que negó las acusaciones de su exempleado.
“A Juan aquí nadie lo está robando. Yo siempre lo traté como un amigo, yo le enseñé a cocinar, lo conozco desde hace 15 años y habíamos llegado a un convenio de trabajo que cumplí, pero solo que había días que estaba de viaje y no podía pagar a tiempo, pero yo sé que le debo como $500 y le pido que venga y se siente conmigo y con gusto se los entrego”, comentó el empleador, negando que el monto de la deuda de salarios no pagados sea casi de $10,000. “Yo he actuado de manera correcta y aquí todos mis empleados lo saben y si el Departamento de Trabajo quiere venir e investigar, pues que venga y mire”.
Otro caso similar
El mexicano Jesús Solorio, quien trabajó cinco años en un restaurante de la Avenida Roosevelt, del que prefiere reservarse el nombre para no afectar el caso que apenas va a iniciar, asegura haber vivido una situación similar a la del peruano.
“A mí me puso el señor de cocinero seis días, 10 horas cada día y me ofreció $400 y como yo era recién llegado y no tengo papeles yo pensaba que estaba bien, pero luego supe que así no tenga papeles puedo reclamar y ahora me estoy asesorando para ver si me devuelven lo que me robaron”, comenta el trabajador, quien confiesa que antes de dar el paso tuvo un dilema consigo mismo. “Nosotros los mexicanos tenemos palabra y yo pensaba que como habíamos hecho un arreglo de palabra, no estaba bien después reclamar, pero entendí que una cosa es tener palabra y otra dejarse explotar y por eso le digo a los paisanos que no permitan abusos”.
Y sobre este tipo de táctica, que se ha vuelto común para robar salarios a la comunidad inmigrante, el Departamento de Trabajo del Estado advirtió que, no solo es ilegal, sino que hizo un llamado a los trabajadores que se vean afectados para que denuncien los casos, a fin de poder recobrar sus pagos.
“Todos los trabajadores tienen derecho al menos al salario mínimo y horas extras. Los acuerdos escritos no alteran la ley de ninguna manera. Todos los trabajadores a los que no se les pagan los mínimos legales deben comunicarse con nosotros de inmediato y trabajaremos para recuperar lo que se les debe”, aseguró Jill Aurora, vocera del Departamento de Trabajo, advirtiendo que hay castigos severos a los malos empleadores. “Todos los empleadores que operan bajo esta suposición falsa deben cesar tales prácticas de inmediato o enfrentar las costosas consecuencias. Cualquier trabajador que desee presentar una queja por robo de salarios debe llamar al 1-888-4-NYSDOL”.
Robo de salarios en cifras:
- No olvide que así haya acuerdos verbales por menor valor, es ilegal que un patrono pague menos del salario mínimo que es $15 la hora, más pago de horas extra después de la hora 40 laborada en una semana sin importar su estatus migratorio.
- 120 millones de dólares recuperados en los últimos años.
- 150,000 trabajadores que han denunciado robo de salarios han recuperado su dinero en los últimos años.
- 18.1 millones de dólares en salarios recuperados en la primera parte del 2015.
- 19,000 trabajadores beneficiados.
- 30.2 millones de dólares en salarios recuperados en 2014.
- 27,000 trabajadores beneficiados.
- 23 millones de dólares recuperados en 2013.
- 30,000 trabajadores beneficiados.
- 20 millones de dólares en salarios recuperados en 2012.
- 19,700 empleados beneficiados.
- 26 millones de dólares en salarios recuperados en 2011.
- 26,400 trabajadores beneficiados.
Dónde pedir ayuda:
- Si usted tiene una queja acerca de su empleador, no dude en llamar al 311 y solicitar la Oficina de Normas Laborales del Departamento de Asuntos del Consumidor
- Para presentar quejas y reclamos, el Departamento de Labor del Estado ofrece ayuda en la línea 888-469-7365 o a través de la página https://www.labor.ny.gov/home/
- Asimismo puede llamar a la línea del distrito de Nueva York al 212-775-3880
- La organización Make the Road NY tienen una oficina especializada en ayuda a recuperar salarios. Puede llamar al (718) 565 85 00 ext. 4472 a Modesta Toribio
- Organización NICE: (718) 205-1687