Fallece adolescente dominicana con cáncer en Manhattan
La madre de Gamery Garabito estuvo a su lado gracias a que recibió una visa humanitaria
La adolescente dominicana Gamery Garabito, de 15 años, no pudo ganar su lucha contra el cáncer que había hecho metástasis, y el pasado martes falleció en el Hospital Langone del NYU, en Manhattan. La menor estuvo acompañada hasta su último respiro por su madre, quien logró venir desde República Dominicana gracias a una visa humanitaria de emergencia.
Garabito llevaba más de un mes internada recibiendo tratamiento para el cáncer de cerebro y colon que sufría, y no había podido ver a su madre Natividad Jiménez, debido a que luego que ella viajara a Quisqueya a buscar a su otro hijo enfermo, le quitaron su visado y le negaron la entrada de vuelta a Estados Unidos.
Las imágenes de la jovencita desde la cama del hospital padeciendo de la mortal enfermedad conmovieron a la comunidad, a funcionarios electos, y a las mismas autoridades consulares dominicanas aquí en Nueva York y las estadounidenses en Santo Domingo.
El congresista Adriano Espaillat, junto a la embajadora de Estados Unidos en la República Dominicana Robin S. Bernstein, el diputado de Ultramar, Alfredo Rodríguez, y María Mateo, del Consulado Dominicano en Nueva York, se movilizaron para lograr traer a la madre de vuelta a la Gran Manzana.
Jiménez recibió una visa de emergencia, y ya llevaba una semana al lado de su hija, cuidándola en sus últimos días, luego que su condición se agravara debido a que el cáncer se había esparcido a otras partes de su cuerpo, haciendo metástasis.
Jiménez había viajado a Santo Domingo precisamente a solicitar una visa para su pequeño de 10 años, quien ya está también mostrando síntomas de cáncer de colon, luego que le fuera diagnosticada la misma mutación que a su hermana Gamery. Sin embargo, en el consulado estadounidense además de negarle el permiso migratorio a su hijo, le cancelaron la visa a la madre sin explicación.
Tras lograr volver a la Gran Manzana, Jiménez mostró su inmensa gratitud, principalmente hacia el congresista Espaillat, quien también es de origen dominicano, a quien agradeció por su solidaridad y preocupación por la situación de su familia. “Él y su oficina siempre se mantuvieron en contacto conmigo. Han sido unos días difíciles sin ver a mi hija. Nunca perdí las esperanzas de estar a su lado y poder darle el amor y el apoyo que ella necesita en estos momentos difíciles de su vida”.