Perra ‘bilingüe’ ayuda en la terapia de niños separados de sus padres

Un inmigrante colombiano entrenó a una labradora, en inglés y español, para ofrecer momentos de alegría en algunos centros de ciudad en Nueva York

La ejemplar ha sido disciplinada desde hace 3 años por el bogotano  para dar alegría a los demás.

La ejemplar ha sido disciplinada desde hace 3 años por el bogotano para dar alegría a los demás. Crédito: Mariela Lombard | El Diario NY

Cuando Molly Jo llega a refugios y centros de cuidado, en donde niños transcurren largos días, porque por alguna razón han sido separados de sus padres, los rostros empiezan a cambiar. Más que una mascota de compañía, más que un animal entrenado para facilitar ciertos procesos a los humanos, esta labrador color chocolate, tiene la peculiaridad de responder órdenes en dos idiomas: inglés y español. Sí, es una perra bilingüe.

El colombiano Guillermo Roa, “Memo”, se convirtió en el entrenador de Molly, cuando apenas era una cachorra. Hoy, 3 años después, es una ejemplar que entre otras actividades, es el componente principal de un proceso de terapia con menores en refugios, que en muchos casos son hispanos y han sido separados de sus padres.

“Molly Jo, atiende comandos en dos idiomas, cuando visitamos centros como Kind, que son refugios de niños, el contacto con ella los ayuda, en primer momento a superar el miedo que en algunos casos, le tenían a los animales”, explicó el entrenador.

Y es que superar el temor es quizás la primera barrera que deben enfrentar estos niños en contacto con una mascota de terapia. La perra fue entrenada sistemáticamente por “Memo”, entre otras cosas, para dar compañía y amor incondicional.

“La experiencia es fascinante. Cuando visitamos a estos centros a los cuales llevamos a Molly, como es el caso del Convenant House, Yai y Kind, que tienen objetivos muy diferentes, es edificante ver como niños y adolescentes, tienen horas de contacto con esta mascota y la energía cambia en el lugar. Aún más, cuando ella es capaz de comprender ambos idiomas”, indicó Roa.

La perroterapia, comenta el inmigrante colombiano, es una vía para controlar la ansiedad. En casos de albergues en donde están refugiados niños, algunos de los cuales lamentablemente están en un limbo legal migratorio, porque sus padres fueron detenidos en la frontera o por otra situación, la visita de un perro puede ser más que un momento de relajación.

“Yo lo califico como un tiempo de encuentro con la amabilidad, como un espacio en el cual estos niños pueden olvidarse de todo y conectarse con una criatura amorosa que entiende su idioma, que juega con ellos sin condiciones. Nuestro equipo está fascinado con los resultados. Finalmente, Molly está entrenada para comunicarse adecuadamente con su entorno y creeme que la dinámica con los juegos infantiles y la compañía es simplemente maravillosa”, relató “Memo”.

Hay otros centros con niños especiales, con dificultades para comunicarse, en donde la experiencia ha sido, a juicio de Roa, muy interesante.

Huyendo de la violencia

Roa, residenciado en Long Island, llegó hace 20 años a este país buscando un mejor porvenir. Huyó de la violencia y la falta de oportunidades, reiniciando su vida con su esposa y sus dos hijos.

“Empecé trabajando, como todos, cuando llegamos aquí, en lo que sea. En mi caso en un ‘deli’, pero mi necesidad por estar en contacto con los perros, siempre estuvo allí. Cuando niño tuve mi primer pastor alemán, que me lo regalaron en una caja. ¡Qué emoción tan verraca! Desde ese día no he podido estar lejos de ellos”, narró.

Una vez en este país ayudaba a pasear los perros de vecinos y amigos, pero un día su esposa le sugirió que se matriculara en un curso ‘on line’ en The ‘Animal Behavior Collegue’, en el cual se certificó como entrenador de perros en el 2013.

Lo que por muchos años era simplemente una conexión amorosa, con los “mejores amigos del hombre”, pasó a ser un enfoque profesional al estudiar de manera profunda técnicas de “obediencia canina y el comportamiento comprensivo”, dijo Roa.

Luego, en 2017, obtuvo la certificación de ‘Therapy Dog Evaluator del American Kennel Club’ y hasta la fecha tiene en su haber estar al frente del proceso de entrenamiento de más de 200 animales, de todo tipo, con énfasis en balancear el comportamiento de los perros, independientemente de su raza.

Aunque Molly es quizás la ejemplar que se ha hecho más notoria, porque forma parte, entre otras muchas actividades, de un voluntariado terapéutico con niños en dos idiomas, Roa subraya que durante todos estos ocho años como entrenador profesional, ha tenido como vértice principal de trabajo que estas mascotas tengan una buena convivencia con sus amos.

“Lo primero que quiero dejar claro, cuando estoy en contacto con un perro y su familia, es que debe ser tratado no como un humano, sino como un animal. La idea es lograr que sea balanceado, sea divertido, obediente y exista armonía en la convivencia, que haga feliz a su entorno, pero nunca va a actuar como un humano. En eso siempre hemos insistido”, razonó.

June Bleich y Memo forman parte del voluntariado que tiene como objetivo bajar la ansiedad en niños en dificultades.

La historia de Molly

Un día June Bleich, una residente del vecindario New Hyde Park, en Long Island, que ha trabajado incansablemente en donaciones en santuarios de animales, llegó muy triste al sitio donde se encontraba Roa, porque se le había muerto su labrador amarillo.

“Yo la consolé y le dije simplemente, que ya había cumplido su etapa, pero que no dejara de tener otra mascota”, contó.

Luego de varios meses la señora regresó con la cachorra de tres meses y le pidió a “Memo” que se dedicara a entrenarla. Tres años después de un trabajo de disciplina, atiende instrucciones perfectamente en ambas lenguas.

“Los perros entienden por el movimiento de nuestro cuerpo. Ellos perciben por asociación. Yo le hablaba a Molly en inglés casi siempre, pero también en algunas situaciones también en español. Ella empezó a reaccionar en una lengua y en otra. Estos animalitos, entienden por una fusión entre la gestualización y los sonidos, es una experiencia inmensa, que además está puesta al servicio de un voluntariado”.

La señora June le indicó que su objetivo con respecto a su entrenamiento, era convertirla en una perra de terapia.

“Las técnicas de entrenamiento fueron: corrección consistente y elogios instruidos de una manera tranquila y amorosa. Mientras veo que Guillermo y Molly llevan esa alegría sincera, a quienes están en Covenant House, visitando a jóvenes y adolescentes, en situaciones tan especiales, no puedo evitar emocionarme “, comentó Bleich.

Una opción de entrenamiento

Para conocer las alternativas con las cuales puede contar con un perro que tenga una sana convivencia con su familia, una vida saludable o ser entrenado en diversas  visite: GRrrr Pet Services o llame al 516- 492 4837

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