Hay más de 150 casos de abusos sexuales a niños por sacerdotes católicos en Colorado
Una investigación sobre abuso sexual infantil por sacerdotes en Colorado encuentra docenas de víctimas
DENVER, Colorado – La Fiscalía de Colorado presentó este miércoles un detallado reporte en el que recogen 166 casos de abusos sexuales a menores cometidos por 43 sacerdotes católicos desde 1950 y hasta el presente y que denuncia la pasividad de las autoridades eclesiásticas para tomar medidas.
El reporte, un documento de 263 páginas preparado por la Oficina del Fiscal estatal, contiene “relatos gráficos y perturbadores” de abusos de menores que fueron documentados por las autoridades pertinentes y que deben distinguirse de otras denuncias no investigadas o no verificadas.
En total, la fiscalía de Colorado presentó 166 casos de menores victimizados por 43 sacerdotes católicos, con la mayoría de los incidentes (127) denunciados en la Arquidiócesis de Denver durante las décadas de 1960 y 1970.
Además, la mayoría de las víctimas (149) son varones que en el momento del crimen tenían entre 10 a 14 años. Y tres sacerdotes, todos ellos en Denver, cometieron la mayoría de los abusos.
El incidente más reciente verificado por la Iglesia católica es de 1989 en Pueblo, y la denuncia más reciente ante la Iglesia es de 2011, en esa misma ciudad.
“Los datos de nuestra investigación indican que históricamente pasaron 19,5 años antes de que las diócesis de Colorado restringiera la autoridad de un sacerdote abusivo luego de recibir indicaciones de que ese sacerdote estaba abusando niños”, dice el reporte, firmado por el fiscal estatal Phil Weiser.
Pero todo cambió a principios de esta década, cuando las diócesis católicas de Colorado comenzaron a “suspender inmediatamente” a los sacerdotes acusados (cuyos nombres se revelan en el informe), incluso antes de que se iniciasen investigaciones de esas denuncias.
Las investigaciones, que buscaban verificar que ninguno de los sacerdotes denunciados sigue activo e identificar otras potenciales víctimas, fueron posibles porque la Iglesia católica dio acceso a los archivos personales de los sacerdotes, incluso aquellos inactivos o ya fallecidos.
Por eso, tras la difusión del reporte, el Arzobispo Samuel Aquila, de la Arquidiócesis de Denver, agradeció el trabajo realizado por el fiscal estatal Weiser y por el fiscal federal Robert Troyer por “llevar adelante la difícil tarea” de compilar la información sobre los abusos.
“La Iglesia debe permanecer vigilante en cuanto a nuestros esfuerzos de proteger a los niños. Si cualquier sobreviviente desea hablar conmigo personalmente, mi puerta está abierta”, aseveró el religioso en declaraciones escritas . “Confío que este reporte independiente sea un paso importante para la salud y la justicia de los sobrevivientes y para la transparencia de nuestra arquidiócesis. Los invito unirse a mí para rezar por todas las víctimas de abuso sexual”, agregó Aquila.