¿Puede la desmotivación acabar con una empresa?

El buen ambiente labor es fundamental

Para dar tu imagen más profesional, elige trajes de colores neutros (gris, azul) y para que no sea aburrido también puedes añadir un poco de color que combine con tu personalidad./Shutterstock

Para dar tu imagen más profesional, elige trajes de colores neutros (gris, azul) y para que no sea aburrido también puedes añadir un poco de color que combine con tu personalidad./Shutterstock  Crédito: Shutterstock

Tener trabajadores que se limiten a cumplir con su horario y a realizar su tarea de forma rutinaria es un peligro para las corporaciones. La implicación de las personas resulta imprescindible para alcanzar las metas propuestas; de lo contrario, en el mundo que vivimos, la desmotivación acabará con la propia empresa.

En un mundo tan competitivo y cambiante, donde prima la flexibilidad y la adaptación permanente, necesitamos innovar constantemente en nuestro producto y a nuestros clientes, que son de alguna manera los verdaderos directores hacia donde debemos orientar los productos.

Pero a las empresas la configuran las personas. El capital humano es su esencia. Porque, en el siglo XXI, la sociedad ha cambiado tanto, y las personas responden a patrones tan diferentes, que no se van a mover por lo que se movían hace veinte años. Eso los empresarios deben saberlo, para no cometer el error de llevarlas al desastre.

Hay que liderar comunicando. Los líderes deben saber informar y estar abiertos a escuchar. Es necesario que implementen vías de comunicación posibles para que todo el mundo sienta que su opinión será tenida en cuenta y que va a ser escuchado siempre que lo desee. Además, liderar para motivar consiste en delegar sin demasiada supervisión, valorar el trabajo de los demás y tener un arraigado sentido de la justicia y la igualdad.

Debemos hacer partícipes en los objetivos a las personas que trabajan en las empresas. Los trabajadores deben conocer las metas y retos empresariales para sentirse parte de la corporación. Además de saber qué se espera de ellos, es necesario que tengan autonomía, que dirijan su propia parcela de responsabilidad.

Deben saber que hay posibilidades de mejora. Nadie quiere verse eternamente en el mismo puesto. La formación es decisiva para motivar. Con ella los trabajadores saben que podrán avanzar, buscar nuevos retos y sentirse vivos profesionalmente.

Salario emocional. Las personas se implican con su empresa cuando se sienten bien tratadas, esto es: tienen un espacio cómodo para trabajar, se les ofrecen ventajas tecnológicas, se tienen en cuenta sus necesidades personales y familiares y se los reconoce como parte necesaria del engranaje corporativo.

Responsabilidad social corporativa. Los trabajadores que se sienten orgullosos de la actividad de su empresa en favor de la sociedad, del medioambiente, de las personas desfavorecidas… experimentan una mayor motivación.

Clima laboral. Es necesario que la gente se siente valorada dentro de sus logros, eso hará que se genere un buen clima laboral, en el que los logros se celebren en equipo y los errores se vean como oportunidades de mejora.

Salario económico. Una retribución justa que permita atender las necesidades propias y de las personas al cargo, hacer planes de futuro, es también un importante factor de motivación laboral.

Hay también una poderosa forma de motivar y es mediante el entrenamiento de “técnicas de habilidades corporativas emocionales”. El entrenamiento para un buen manejo emocional permite reforzar el desempeño de los trabajadores, afianzar su confianza, mejorar su autoestima y, en definitiva, proporcionar felicidad, que es la clave de la motivación laboral.

http://www.ieieamerica.com/

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