Kristen Bell sobre Frozen 2: “Soy demasiado parecida a Anna”
La actriz vuelve a poner voz a la princesa de Disney que rompió moldes en Frozen
Hemos tenido que esperar seis años para la secuela de “Frozen”, la película de animación más taquillera de la historia. Quizá precisamente porque las expectativas eran tan altas que Disney y los directores Jennifer Lee y Chris Buck no querían precipitarse. Así, “Frozen II” vuelve con los mismos personajes principales. La historia vuelve a girar en torno a las hermanas princesas Elsa y Anna, en cuyas voces repiten Idina Menzel y Kristen Bell. Pudimos charlar con Bell, 39 años, días antes del estreno del film este viernes 22 de noviembre.
Pregunta: Desde 2013 has interpretado a Anna en la primera película, en otras colaboraciones y ahora en “Frozen II”. ¿Qué significa este personaje para ti?
Kristen Bell: No sé si yo me he vuelto más Anna o Anna se ha vuelto más como yo. En el primer borrador de guion de la película original Anna era muy diferente. Creo que “estándar” es la palabra. Yo estaba emocionada de que me hubieran elegido para el papel y pensé que no me iba a perdonar el resto de mi vida si no pedía añadirle algunas cosas que yo necesité haber visto cuando tenía 10 años. Cuando veía películas de Disney, no había ninguna princesa que no tuviera la postura perfecta. Pero yo era una niña muy rara, dependiente, que mostraba mis sentimientos abiertamente y creía que el amor era mi súper poder. Hablaba demasiado y muy rápido. Era muy patosa. Sentí que con Anna tenía que representarme a mí misma por todos esos niños raros que hay ahí fuera. Me dieron el “sí” inmediatamente, fue increíble. Y mucho del alma original de Anna salió de mis improvisaciones durante las grabaciones, de la forma en que yo hablo normalmente, porque hablo antes de pensar.
P.: ¿Cómo ha evolucionado el personaje?
K.B.: Jennifer y yo nos sentamos antes de que escribiera el guion y me hizo un montón de preguntas sobre lo que yo sentía que era el siguiente paso para Anna, porque la intención nunca fue hacer un episodio 2 de Frozen. La primera fue una historia importante con la que el público se identificó y que se llevó con ellos al salir del cine. No era sólo entretenimiento. Le dije que quería que Anna lidiara con su codependencia. Creo que Anna vive para otra gente, lo que es muy bonito, pero paga un precio por ello, como tener baja autoestima. Y también quería añadirle mi experiencia cuando yo sufrí ansiedad y depresión. Qué haces cuando no sabes qué hacer. Creo que es una pregunta muy relevante de la que nadie quiere hablar. Yo siempre quise tener la respuesta y no me atrevía a preguntarla en alto. Pero mi mantra es: simplemente haz la siguiente cosa correcta. Y de ahí viene una de las canciones de la película.
P.: Esta película es más abstracta y mística, pero tu personaje es el que tiene los pies en el suelo…
K.B.: Anna siempre ha sido en nuestra mente la que tiene emociones más reales, ella es el corazón de la película y la que permite que todos los demás experimenten esa magia. Anna es un personaje de cuento de hadas, mientras que Elsa es un personaje mitológico. Jen escribe desde esas dos perspectivas, son dos mundos que colisionan.
P.: ¿Te sorprendió el éxito de la primera película?
K.B.: Cuando la vimos todo el equipo juntos, nos mirábamos unos a otros y estábamos emocionados de haber roto un molde. Hablaba de amor familiar y de amor propio, que personalmente creo que son más importantes que el amor romántico. Porque sin los primeros no se puede encontrar el romántico. Estábamos orgullosos, pero no teníamos ni idea de que el mundo estaba esperando por esa película. Nunca sabes. Veo a gente crear obras de arte brillantes todo el rato y a veces el mundo no está de buenas. Pero Frozen salió, yo estaba emocionada de ser una princesa Disney, y semanas después empezamos a mandarnos mensajes unos a otros. “¿Has visto la taquilla? Esta película realmente está aguantando, ¡es una locura!”. El momento de verdad fue el siguiente Halloween, cuando todo el mundo iba de Elsa. Había pasado un año y todos estos niños y adultos eran Elsa, fascinante.
P.: ¿Y ese éxito añadió presión a la segunda película?
K.B.: Yo soy demasiado parecida a mi personaje. Fui la única que no sentí la presión. Soy firme creyente en que si tú preparas un pastel el lunes y utilizas los mismos ingredientes el miércoles, volverá a salirte bien. En Frozen II tuvimos el mismo equipo creativo, el mismo elenco con algunos personajes nuevos muy cool… teníamos el mejor equipo posible.
P.: En los últimos años Disney ha hecho remakes con actores reales de sus clásicos. ¿Podría hacerse uno de Frozen?
K.B.: Por supuesto. Pero yo no podría interpretar a Anna, porque sería demasiado mayor. Creo que me gustaría ver a Mae Whitman como Anna. Es una actriz joven increíble lo suficientemente divertida para hacer una Anna honesta.