Indocumentados que trabajaron para Trump lo describen como tuiquismiquis

Testimonios de inmigrantes sin papeles que estuvieron al servicio del magnate convertido en presidente

La imagen en pocos minutos cautivó a los internautas

La imagen en pocos minutos cautivó a los internautas Crédito: MANDEL NGAN | Getty Images

Inmigrantes indocumentados que trabajaron para Donald Trump antes de que fuera presidente de Estados Unidos lo describen como tiquismiquis, una persona remilgada, delicada, obsesiva o que hace reparos por cosas de poca importancia.

Quienes trabajaron en alguna de las propiedades de Trump sin tener papeles refieren las meticulosas instrucciones que debían cumplir, como tener en el clóset seis atuendos idénticos para jugar golf, cocinar bien la carne de la hamburguesa que debe ir acompañada de una Diet Coke en botella de cristal pequeña y con un popote de plástico que nadie debió haber tocado.

Los testimonios de trabajadores indocumentados fueron publicados este miércoles por el periódico The Washington Post y son parte de los múltiples casos que se han documentado sobre la contratación de inmigrantes sin papeles en las empresas Trump, a quienes como presidente se ha encargado de perseguir, encarcelar y deportar.

Dos empleadas domésticas que estuvieron a cargo de limpiar la residencia de Trump en Bedminster, New Jersey, recuerdan que en el buró de su recámara siempre debía haber tres paquetes de pastillas de menta para el aliento de la marca Tic Tac, de los cuales dos deberían estar llenos y uno a la mitad.

La misma regla de dos llenos y uno a la mitad aplicaba para los estuches de maquillaje en polvo de la marca Bronx Colors de Suiza con el que se embadurnaba el rostro y con el que solía manchar el cuello de las camisas, por lo que frecuentemente tenía que estar cambiándose la prenda.

Sobre los encuentros directos que tuvieron con el magnate, los trabajadores dicen que Trump solía preguntarles su nombre, cuánto tiempo tenían trabajando ahí y si les gustaba su empleo, luego sacaba un billete de $50 o $100 dólares que les daba como propina.

Cuentan que el jabón que usa para bañarse es de la marca Irish Spring y que la barra no debe ser tirada aunque ya esté muy delgada, porque es él quien decide cuando algo debe ser desechado.

Recuerdan el regaño que en una ocasión le puso a su suegro en un campo de golfo luego de que el papá de Melania llegó portando una de sus gorras rojas con la leyenda ‘Make America Great Again’.

También hablan de los berrinches que solía hacer, de las discusiones familiares y del miedo que provocaba entre el personal cuando se anunciaba el código GG-7, que refería la llegada del patrón, ya que acostumbraba a echarle un ojo a la cristalería y a pasar el dedo índice sobre muebles o cuadros para verificar que no estuvieran empolvados.

Los exempleados de residencias, empresas y campos de golf de Trump también hablan de la tristeza y la rabia que les provocó cuando quien fuera su patrón se volcó en contra de los indocumentados porque ellos mismos estaban a su servicio.

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