El duelo por el poder entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG que desgarra a México y amenaza a EEUU

Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación se imponen como las organizaciones criminales trasnacionales “más amenazantes” para México y EEUU

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Crédito: Pedro Pardo | AFP / Getty Images

CIUDAD DE MÉXICO – El Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tienen presencia en el 60 y 75 % del territorio nacional, de acuerdo con datos del Congreso estadounidense, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y la Fiscalía General de la República (FGR) de México.

Para las autoridades del vecino país del norte es indiscutible que ambas organizaciones criminales se imponen, como ninguna otra, en la República Mexicana. Pero su dominio también se extiende a lo largo y ancho del territorio estadounidense.

Las cifras más actualizadas de la DEA (2015) y del Departamento de Justicia (2019) indican que el Cártel de Sinaloa tiene presencia y/o influencia en el 74 % de las 50 entidades federativas de Estados Unidos. En cambio, el CJNG opera –directa o indirectamente– en el 70 % del territorio estadounidense.

Aunque las autoridades estadounidenses no tienen claro cuál de los dos cárteles es el más influyente y poderoso, reconocen que en los últimos años, tanto en México como en Estados Unidos, el Cártel de Sinaloa perdió fuerza, mientras que el CJNG repuntó.

“El Cartel de Sinaloa está ahora bajo presión y su futuro sigue sin estar claro. Algunos analistas advierten que Sinaloa sigue siendo poderoso, dado su dominio internacional y su infiltración en los niveles superiores del Gobierno mexicano. Otros analistas sostienen que Sinaloa está en declive por su ruptura en facciones y la violencia por tensiones intra-organizacionales”, se lee en el reporte “México: Crimen Organizado y Organizaciones de Tráfico de Droga” (2019) del Servicio de Investigación del Congreso estadounidense (CRS, por sus siglas en inglés).

Acerca del CJNG, el CRS indica que “evidentemente ha luchado con su ex socio Sinaloa en varias regiones”, por lo que “varias autoridades –como el Departamento de Justicia– lo han considerado el nuevo sindicato del crimen más poderoso y expansivo de México”.

Sin embargo, el gobierno estadounidense reconoce una fortaleza del Cártel de Sinaloa, que le permite imponerse al CJNG: la ubicación geopolítica de su centro de operaciones (Sinaloa).

Para el CRS, “el estado de la costa oeste de Sinaloa, con su largo litoral y áreas de difícil acceso, es favorable para el cultivo de drogas y sigue siendo el corazón del tráfico de drogas en México. El cultivo de marihuana y adormidera ha florecido en el estado durante décadas. [Sinaloa] ha sido la fuente de los narcotraficantes más notorios y exitosos de México”.

Los territorios del crimen

Si México fuera un pastel y lo dividiéramos en tres partes iguales, tendríamos un escenario de disputa entre las principales empresas criminales que luchan por imponerse en sus mercados de origen, además de buscar salir de su “zona de confort” para expandir y diversificar sus operaciones, sobre todo a lo largo de las costas mexicanas, por donde fluyen armas y el tráfico de drogas y de sustancias activas para su elaboración.

La información del think tank (o centro de inteligencia) Stratfor Global Intelligence refiere la existencia de nueve principales organizaciones criminales trasnacionales en México.

El noroeste mexicano (Baja California, Durango, Nayarit, Sonora y Sinaloa), junto con los estados de Aguascalientes, México y la capital del país son territorio del Cártel de Sinaloa y de grupos que en algún momento se desprendieron o estuvieron ligados a él –como los cárteles de los Beltrán Leyva, los Arellano Félix  y La Federación–, además de organizaciones –como la del Cártel Carrillo Fuentes– opuestas al grupo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.

Parte del norte y noreste de México (Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas), del centro (Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala), sur y sureste del país (Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán) son territorio de operaciones de grupos criminales provenientes de Tamaulipas, como los son el Cártel del Golfo Los Zetas.

El último pedazo del pastel mexicano pertenece al crimen organizado asentado en Tierra Caliente, como el CJNGLa Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. Estas agrupaciones se disputan el control de Aguascalientes, Ciudad de México, Estado de México y Nayarit con los cárteles provenientes de Sinaloa, así como Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Veracruz con aquellos provenientes de Tamaulipas, además de sostener influencia en Colima, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán y Querétaro.

En el caso del territorio estadounidense, las cifras más recientes (2015) de la DEA indican la existencia de ocho principales grupos criminales: los cárteles del Golfo, los Beltrán LeyvaLos Caballeros TemplariosLos ZetasJuárez, además del CJNGSinaloa y Las Moicas, este último originario de Michoacán, vinculado pero no supeditado a La Familia, que aunque es reconocido por la DEA no es reconocido por el Gobierno de México.

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La zona centro del norte de Estados Unidos tiene más influencia del Cártel de Sinaloa, aunque no es una zona de asentamiento y operaciones de esta organización criminal que tiene mayor influencia en las costas del sureste –sobre todo en California– y del noroeste –sobre todo de Maine a Virginia– del país vecino.

Sin embargo, este año la DEA dio a conocer que el CJNG desplazó al Cártel de Sinaloa en el control territorial de Chicago, que es la tercera ciudad con el mayor número de población en Estados Unidos, después de Nueva York y Los Ángeles.

La información oficial indica que a pesar de ello, las entidades de Illinois (donde está Chicago), Nueva York y California (donde está la ciudad de Los Ángeles) tienen más influencia del Cártel de Sinaloa que de cualquier otra organización del crimen organizado.

Acerca del CJNG, el gobierno de Estados Unidos reconoce mayor presencia en el estado de California, el sur de Mississippi y en el sur de Maryland, estos dos últimos localizados en la parte este de la unión anglosajona.

Los más buscados

México y Estados Unidos libran una batalla en contra del crimen organizado.

Allá quieren tratar a los narcotraficantes como terroristas, una medida extrema en un país que sufre de sobredosis de heroínacocaínafentanilo y metanfetaminas.

En México, en cambio, la fragmentación y diversificación de actividades criminales agrava los niveles de violencia, en un contexto en que los militares no pueden abandonar las calles y en que la corrupción revela los vacíos de Estado.

La crisis actual –en ambos países– no sólo está relacionada con la falta de medidas adecuadas para dar solución a un fenómeno multidimensional y transterritorial.

También se debe a un proceso de reacomodo de fuerzas posterior al periodo de hegemonía del Cártel de Sinaloa, así como al repunte de los mercados de la heroína y de los opioides sintéticos de los últimos años, refiere la DEA en uno de sus informes (DEA-DCT-DIR-065-15).

“Las actividades de las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas afectan significativamente la seguridad tanto de Estados Unidos como de México”, indicó en diciembre del año pasado el Congreso estadounidense.

Además de acabar con los líderes de los cárteles, utilizar inteligencia financiera y combatir la corrupción y las redes criminales, para el gobierno estadounidense es importante aplicar una nueva estrategia que consiste en “focalizar” el combate al crimen organizado en el nivel medio de operación de cada uno de los principales grupos criminales, con la finalidad de “perjudicar la capacidad de regeneración” de la estructura delictiva.

De acuerdo con la DEA, en la lista de los nueve fugitivos más buscados están cuatro mexicanos.

La segunda persona más buscada en este 2020 es Jesús Alfredo Guzmán Salazar. El hijo de “El Chapo” Guzmán es acusado de conspiración para poseer –con la intención de distribuir por importación y exportación– sustancias controladas.

En cuarto lugar está Rafael Caro Quintero. El fundador del Cártel de Guadalajara es solicitado por los delitos de secuestro y asesinato en 1985 de Enrique Camarena Salazar, agente de la DEA.

Además es buscado por cometer crímenes violentos, ayudar en la comisión de delitos relacionados con chantaje e instigación, así como por haber tenido posesión de narcóticos (cocaína y marihuana) para distribuirlos. En la actualidad, la DEA ofrece $20 millones de dólares por información que lleve a la captura de Caro Quintero.

La quinta persona más buscada por la DEA es Ismael “El Mayo” Zambada García. Tras la supuesta muerte (2014) de Juan José “El Azul” Esparragoza Moreno y la recaptura (2016) de “El Chapo” Guzmán, “El Mayo” habría tomado las riendas del Cártel de Sinaloa.

El Gobierno estadounidense lo acusa de conspiración para vender y distribuir más de cinco kilogramos de cocaína y más de una tonelada de marihuana. También es señalado de conspirar para importar sustancias controladas, lavado de dinero, posesión de armas de fuego para delinquir, crímenes violentos, asesinato en un país extranjero, secuestro, entre otros.

En la sexta posición de los más buscados está el líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes. La DEA ofrece 10 millones de dólares por información que lleve a la captura de “El Mencho”, acusado de los delitos de tráfico de drogas, participación y conspiración en actividades de crimen organizado y posesión ilegal de armas de fuego.

Se sabe que Estados Unidos tuvo bajo su custodia a Oseguera Cervantes a partir de 1994.

El hoy jefe de uno de los grupos de narcotráfico más sanguinarios de México fue sentenciado en una corte federal del distrito norte de California por acusaciones de “conspiración para distribuir heroína”.

Cumplió cárcel por unos tres años, pero luego quedó en libertad.

A los 25 años, Oseguera Cervantes fue arrestado en Sacramento. Junto a él fue detenido su hermano Abraham. A ambos los acusaron de participar en una red criminal que distribución de heroína, de acuerdo con un reporte de Univision (2016).

Ambos se declararon culpables, lo que significó que les rebajaran sus respectivas sentencias: cinco años para “El Mencho” y 10 para su hermano.

La liberación de “El Mencho” y su posterior deportación a México afianzaron su poder como líder del CJNG. En ese proceso de crecimiento del grupo delincuencial, también participó activamente Abigael González Valencia, “El Cuini”, quien hoy cumple una sentencia de cárcel en México, tras haber sido procesado en California, Estados Unidos.

De acuerdo con la DEA, la fortuna de Nemesio Oseguera podría ser de hasta mil millones de dólares.

Por Efrén Flores

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