El consumo de carne roja y blanca produce niveles de colesterol similares
La clave de la salud no se encuentra en el tipo de proteína, más bien en la cantidad
El consumo de carne ya sea roja o blanca representa una gran fuente de proteínas de alta calidad y en general cuando se consumen de manera adecuada son un alimento importante para mantener una dieta equilibrada. Sin embargo durante años nos han hecho creer que el consumo de carne roja, es malo para la salud y inclusive diversos especialistas han sugerido como una mejor alternativa el consumo de carne blanca, como es el caso de pollo.
Recientemente un nuevo estudio ha llamado la atención, pues en lo que a niveles de colesterol y triglicéridos se refiere no se encontraron diferencias significativas entre los “colores” de las proteínas animales más consumidas en el mundo, como es el caso de la carne de res y la de pollo. Esta comprobado que la clave para mantenernos saludables, radica en comer menos carne.
Dicho estudio estuvo encabezado por un equipo de investigadores y especialistas en nutrición con sede en California, los resultados de su valiosa investigación fueron publicados en el American Journal of Clinical Nutrition.
La investigación fue realizada en 113 personas quienes durante 4 semanas, tuvieron una alimentación rotativa integrando carnes rojas (principalmente carne de res, y en segundo lugar cordero o cerdo), también en momentos establecidos consumieron carne de pollo o proteínas de origen vegetal. La primer parte de los resultados no sorprendió a los investigadores, ya que la dieta de plantas se relacionó con un impacto positivo en los niveles “buenos” de colesterol; lo que fue sorpresivo es que posterior al consumo de carnes rojas y blancas en las mismas proporciones, la diferencia entre los niveles de “colesterol malo” resultó insignificante.
Resulta interesante desmentir el mito sobre el consumo de las carnes rojas y su ya famosa relación con los altos niveles de colesterol malo, ya que avalado por la ciencia ambos tipos de carne resultaron con niveles casi idénticos.
Una de las más relevantes conclusiones derivadas de dicho estudio, radica en las recomendaciones sobre limitar el consumo de carnes en general. En consumo excesivo de carnes se relaciona con una mayor incidencia de padecer sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Una buena recomendación es optar por el estilo de alimentación mediterránea, que se destaca por un alto consumo en frutas, vegetales, cereales integrales, pescados y lácteos de manera ocasional y las carnes rojas, son consideradas como un complemento en los platillos (no el ingrediente principal).