La esquizofrenia es menos probable en niños que crecen con perros
Un estudio reveló que entre más temprana edad sea la edad en que relacione un pequeño con un can, menos posibilidades tendrá de desarrollar ese trastorno
Además de ser un animal fiel, obediente, cariñoso y protector que brinda a sus dueños compañía, bienestar emocional y amor incondicional, una investigación descubrió que los niños que crecen con un can podrían tener un beneficio inédito: reducir las posibilidades de padecer esquizofrenia.
Un estudio publicado en la revista Plos One reveló que tener contacto a una edad temprana con perros disminuye la posibilidad de desarrollar el trastorno en la edad adulta, de acuerdo con el diario Clarín.
Robert Yolken, profesor de neurovirología pediátrica en el Hospital Johns Hopkins y autor principal de la investigación, reveló que él y sus colegas analizaron la relación entre la exposición a un gato o un perro doméstico durante los primeros 12 años de vida y un diagnóstico posterior de esquizofrenia o trastorno bipolar.
Los investigadores se impactaron por una disminución estadísticamente significativa en el riesgo de desarrollar esquizofrenia si se está en contacto con un canino. Sin embargo, no hallaron ningún vínculo entre el contacto con estos animales de compañía con el desarrollo de trastorno bipolar en edad adulta.
“Los hallazgos sugieren que las personas que están expuestas a un perro como mascota antes de cumplir 13 años tienen significativamente menos probabilidades, hasta un 24%, de ser diagnosticadas más tarde con esquizofrenia”, aseguró Yolken.
“El mayor efecto protector se encontró en los niños que tenían un perro doméstico al nacer o que estuvieron expuestos por primera vez después del nacimiento pero antes de los 3 años“, agregó el experto.
Investigaciones anteriores identificaron vínculos entre la exposición temprana a perros y gatos con alteraciones del sistema inmune a través de diversos medios, incluidas respuestas alérgicas, contacto con bacterias y virus o cambios en el microbioma de un hogar.
Yolken considera que esta alteración inmune puede influir en el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos a los que una persona está genéticamente predispuesta.
“Hay varias explicaciones plausibles para este posible efecto ‘protector’ del contacto con perros, tal vez algo en el microbioma canino que se transmite a los humanos y refuerza el sistema inmunitario contra la esquizofrenia o la somete a una predisposición genética”, agregó el investigador.
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