Stringer cifra las pérdidas fiscales en $3,200 millones en el próximo semestre
La contraloría pide ahorros a la Ciudad y asistencia a pequeños negocios y artistas
El contralor de la ciudad de Nueva York, Scott Stringer, está pidiendo a todas las agencias de la ciudad que se preparen para el golpe económico desatado por el coronavirus.
Stringer estima que dada la falta de actividad en terrenos claves como el turismo, el entretenimiento, y el sector de servicios, la Ciudad va a perder $3,200 millones en ingresos estimados por impuestos en los próximos seis meses.
Es un dinero que se va a echar a faltar a la hora de asistir a los más impactados por la crisis con la red social y las necesidades que haya de volver a poner en marcha la economía motivo por el que el contralor hace un llamamiento para que el presupuesto de la ciudad identifique ahorros potenciales de un 4% en casi todos los departamentos.
El objetivo es que mediante ahorros se consiga aportar al presupuesto $1,400 millones anuales, algo que debe incorporarse al presupuesto del alcalde que se espera para dentro de un mes. Stringer considera que los únicos departamentos que no tienen que adherirse a esta objetivo de ahorro son el de Salud e Higiene Mental además del de Salud y Hospitales.
Alivio a negocios
El contralor considera necesario que dadas las posibilidades de recesión la Ciudad, el estado y el Gobierno Federal va a tener que asistir a los negocios más afectados por la inactividad económica. En este sentido, propone que se retrasen los pagos de impuestos por ventas que se deben el 20 de marzo por parte de hoteles, restaurantes y locales comerciales.
Desde su oficina se hace un llamado a que el departamento de pequeños negocios (SBS)amplíe el programa de asistencia para organizaciones sin ánimo de beneficios y particularmente en el área de las artes y la cultura. “El SBS necesita ampliar el grado y la escala de la asistencia si la situación cambiante así lo demanda”.
Otra de las propuestas de Stringer es que la Ciudad pase por alto todas las multas impuestas a los negocios y que el Gobierno federal cree un programa de asistencia similar al que se puso en marcha tras el 11S para el Bajo Manhattan. El retraso de los pagos de otros impuestos debe estar en la mesa y considerar si las circunstancias apuntan a aceptar retrasos.