Cuida el egoísmo de tu hijo antes de que sea tarde y se vuelva un hábito
Sigue estos importantes consejos antes de que tu pequeño siempre caiga en dramas cuando no se cumple su voluntad
En el desarrollo de su personalidad, el niño pequeño suele actuar con egoísmo frente a otros pequeños durante la interacción y los juegos. Pero antes de que este comportamiento sea parte de su actitud cotidiana, asegúrate de empezar a vigilar cada uno de sus pasos con estos consejos interesantes.
Y es que entre los primeros cinco años de vida, los niños conviven con sus amiguitos casi a la defensiva. Buscan hacer respetar sus ideas, sus palabras, sus juguetes, todo. Pero qué pasa cuando sugieren algún juego y no le gusta a los demás, en su egoísmo decide tomar sus cosas y marcharse, dejando a los otros niños sin diversión al alcance.
Es entonces cuando debes estar al pendiente de sus conductas y sus hábitos, pues aunque quieras tratar a tu nene como el rey de la casa, el egoísmo infantil lo podría llevar a querer siempre ser el centro de todo o de lo contrario en su rabia terminará por destruir sus relaciones afectivas.
Las siguientes son ideas que ayudan a los niños a superar el egoísmo. La paciencia, la constancia y el amor que los padres le pongan a este propósito, serán claves para conseguir el éxito.
No forzar a los menores de tres años a compartir. Es importante iniciar a tempranas edades, pero antes de los 3 años lo indicado es invitarlos a compartir sin forzarlos, pues aún no tienen total comprensión del concepto. Una forma de ir creando conciencia en ellos, es por ejemplo, cuando al visitar otras casas o al recibir visitas en la propia, se le da un bombón para él y otro para su invitado, así estarán en igualdad de condiciones y le será más fácil compartir. Son primeros pasos que darán frutos más adelante.
Seguir un proceso. Debes enseñarle a distinguir entre lo que es suyo y lo que no, haciéndole ver que las cosas ajenas debe cuidarlas y volver a dejarlas en su sitio cuando se terminen de usar. Es importante proseguir la educación con un intercambio de juguetes, así como darle la oportunidad de que aprenda a regalar. Eso le hará sentir mejor y alimentará desde pequeño su lado generoso.
No siempre de primero. Hay que enseñarle a que espere su turno y tolere el hecho de que hay niños que estarán primero que él. Por ejemplo las fiestas de cumpleaños son una magnífica ocasión para enseñarles a compartir, ya sea porque son los homenajeados o los invitados.
Nunca reforzar la conducta egoísta. La autoridad y la firmeza de los padres son determinantes para evitar ceder cuando hacen pataletas por no querer compartir. Es un error declinar en estas situaciones. A largo plazo el más perjudicado será el niño.
Elogiarlo cuando comparta sus cosas. Para los pequeños es muy importante el elogio de sus padres. Esto refuerza el acto positivo (generosidad) y ayuda a erradicar el negativo (egoísmo). Pero tampoco conviene hacer demasiada “fiesta”, no hay que exagerarse en las ponderaciones, pues de esta manera el niño no lo hará por la virtud como tal, sino por ganarse los aplausos de los papás.
Compartir con alegría, como dice la canción. Cuando otro niño se antoje de alguna de sus pertenencias, hay que invitarle a ceder y negociar, pueden turnarse, intercambiar por espacios de tiempo, y así evitar que se forme un drama.
Los libros como medio de enseñanza. Se puede sacar provecho al gusto que tienen niños por la lectura y elegir historias que destaquen valores como la amistad, generosidad y solidaridad. Seguramente les quedará sonando las enseñanzas de los cuentos y las aplicarán en los momentos oportunos.
Que nos vean compartir. Los adultos deben demostrar que compartir conlleva múltiples beneficios, a diferencia del egoísmo que trunca el camino de la felicidad.