George Floyd tenía coronavirus, aunque autopsia final no lo relaciona directamente con su muerte
El informe forense del condado no concluye que la presión de la rodilla del agente sobre el cuello de la víctima provocara su muerte
La muerte de George Floyd se debió a un paro cardiorespiratorio. Es decir, su corazón se paró, según la autopsia final que publicó este miércoles el médico forense del condado de Hennepin.
El informe del doctor Andrew Baker dice que el cuello de Floyd estuvo bajo presión durante los más de ocho minutos que la rodilla del expolicía Derek Chauvin estuvo sobre él, pero no concluye que esa fuera la causa directa de la muerte.
El resultado de esta nueva autopsia indica que Floyd tenía varios moretones y cortes en la cabeza, cara, boca, hombros, brazos y piernas. Sin embargo, tampoco encontró evidencia de que estas heridas hubieran acabado con su vida.
La autopsia independiente que encomendó la familia de la víctima discrepa con la conclusión del forense del condado. Los resultados de la primera apuntan a que el hombre murió de asfixia y pérdida del flujo sanguíneo.
El examen médico revela que Floyd tenía una enfermedad cardíaca y antecedentes de hipertensión arterial. Un informe de toxicología encontró niveles moderados de fentanilo y metanfetamina. La autopsia independiente no incluyó informe toxicológico.
El forense del condado indicó que recientemente Floyd dio positivo de coronavirus, pero nada indica que haya una relación entre la enfermedad respiratoria que causa el virus y su muerte.