Tarjeta Roja: Renato Ibarra, otra nefasta historia de impunidad al estilo mexicano

Otra vez, la Liga MX se hace "ojo de hormiga" con un caso de violencia y sigue normalizándola

El futuro de Renato Ibarra es incierto.

El futuro de Renato Ibarra es incierto. Crédito: Eloisa Sánchez | Imago7

La impunidad, uno de los peores males de México: un problema complejo, eterno y completamente inmanejable. Cerca de un 94% de los crímenes que se cometen en este país se queda sin responsables y claro, es la razón más importante por la que el crimen es un estilo de vida en el país y un cáncer atroz.

Y una vez más, el fútbol mexicano se ha puesto del lado de esta horrenda práctica y sin consecuencia alguna, alguien que fue acusado de feminicida, está estrenando equipo en la Liga MX… repito, sin consecuencias.

Para contextualizar: En marzo, Renato Ibarra fue llevado a los separos e incluso trasladado al reclusorio por una acusación de su ex pareja por intento de feminicidio, quien después se retractó tras arreglarse por debajo del agua con varios millones con Ibarra; solo eso lo salvó de una sentencia en prisión.

Por cierto, el América aseguró que estaba en contra de todo tipo de violencia y daría por terminado su contrato.

Es cierto, legalmente no se procedió contra Ibarra, pero el hecho ocurrió y este tipo de gestos permean en una sociedad que ya de por sí tiene totalmente normalizada la violencia de género.

Permea todavía más que una institución como la Liga MX que se dice en contra de estas prácticas, le otorgue el perdón a este sujeto y pueda volver a jugar y a cobrar muchos millones como si nada. Con esto dejan claro que tanto la liga como sus miembros son unos hipócritas y que solo les interesa manosear el capital humano a su conveniencia.

Así como los dueños del balón se organizan vetando periodistas, jugadores y equipos completos o elucubrando el “pacto de caballeros”, así deberían ponerse de acuerdo para evitar a toda costa una situación como esta.

Y también, así como los periodistas se organizan para “reventar” directivas, técnicos y jugadores, así se deberían organizar, para, por ningún motivo, hablar bien de este individuo.

En fin, una vergüenza La Liga por no prohibirlo, una vergüenza el América por no condenarlo y sobre todo, una vergüenza el Atlas por recibirlo, al hacerlo insulta a todos sus aficionados, sobre todo a sus aficionadas y respalda una conducta que estamos tratando de erradicar desesperadamente de este pobre país.

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