El Alacrán de la Sierra ya no es un desconocido

Alejandro García, nombre de este cantante salvadoreño, promueve el tema 'Amor limosnero', de Joan Sebastian

Alejandro García espera que la pandemia termine para comenzar la primera gira de su carrera. Foto: Universal Music

Alejandro García espera que la pandemia termine para comenzar la primera gira de su carrera. Foto: Universal Music Crédito: Cortesía

Un día, invitaron a Alejandro García a cantar a un jaripeo en Santa Rita, una municipalidad del departamento de Copán, en Honduras, donde reside. Al final del evento, el cantante, cuyo nombre artístico es El Alacrán de la Sierra, se reunió con un grupo de amigos, y al calor de las copas entonó “A través del vaso”, una canción de la banda mexicana Los Sebastianes.

“Yo me la aprendí ligerito [muy rápido] y la canté con sentimiento, no sé si porque estaba tomado”, contó García hace unos días en una entrevista virtual. “El video se hizo viral y todo el mundo quería saber quién era ese chavo que cantó a capella“.

Ese “chavo” era hasta entonces un desconocido que por muchos años había cantado en las calles, cantinas y rodeos de El Salvador –su país natal; nació en Chalatenango–, Guatemala y Honduras para conseguir algo para comer. Solía colarse en los jaripeos y pedía a los organizadores que le permitieran actuar para pasar su sombrero y conseguir unas monedas.

Su suerte cambió en 2018, cuando se dio a conocer el video, en el que está al punto del llanto. Luego, su tío, quien también es su mánager, contactó a una disquera transnacional y consiguió que García firmara un contrato; esto sucedió en 2019.

Ahora, ya como cantante profesional, García promueve “Amor limosnero”, un tema que estrenó hace unos días y con el que rinde homenaje a Joan Sebastian, autor de esta canción. Hasta la fecha, el video oficial ya lleva casi 80 mil vistas.

García canta desde que se acuerda. A los seis años interpretaba “La de la mochila azul”, una canción que hizo popular Pedro Fernández. Luego, cuando creció, empezó a interpretar música de banda y norteña, dos géneros que son muy populares en Centroamérica.

Los inicios de García, de 23 años, no fueron nada fáciles. Su mamá murió cuando él tenía seis años y su papá no se hizo cargo de él porque tenía problemas con el alcohol. El cantante se quedó a vivir con unos tíos, a los que no les gustaba la idea de que el joven cantara. De ahí que desde muy chico se escapara de su casa y no regresara sino a veces hasta dos semanas después; se iba a buscar dónde cantar.

También vivió de la ganadería; ordeñaba vacas y herraba y marcaba caballos, de ahí su gusto por este género. Pero su pasión siempre fue la música, a tal grado que varias veces durmió en las calles buscando un lugar dónde actuar.

En cuanto pase la pandemia, García tiene planes de hacer su primera gira, que recorrerá México y varios países centroamericanos. Por lo pronto, y para demostrar que esto de la carrera va en serio, ya dejó de tomar.

“Le entraba ‘machín’ [mucho] a la bebida”, reconoció. “Ya tengo ocho meses de no tomar porque me voy a enfocar en mi carrera”.

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