ICE libera a transgénero hondureña después de 1,051 días
Kelly González Aguilar dejó Honduras a los 12 años debido a los golpes y abusos de su propia familia por “dedicarse a cosas de niñas”
La hondureña Kelly González Aguilar, quien durante años estuvo confinada en aislamiento solitario, recuperó esta semana su libertad y abandonó el centro de detención en el que estaba internada al este de Denver, informaron este jueves dirigentes proinmigrantes de Colorado.
Relacionado: Transgénero mexicana gana asilo y demanda por discriminación laboral
“Muchas gracias a todas las personas que respaldaron la campaña #FreeKelly, firmando peticiones, llamando al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), llamando a los congresistas, participando en semanas de acción, escribiendo cartas a Kelly, creando eventos de solidaridad y mucho más”, expresó Alma Rosa Silva Banuel, del equipo de la mencionada campaña.
Kelly Gonzalez Aguilar is finally free after over 2 years and 11 months in US immigration detention! Thank you to all those took action on Kelly's case, without you she would not be free today 💛 #FreeKelly pic.twitter.com/EZNXv2iEO4
— AmnestyCanada (@AmnestyNow) July 15, 2020
Según la información provista por la Coalición Latina Trans de Colorado (TLC) y por el Comité de Servicios de Amigos Americanos (AFSC), González Aguilar, de 23 años, abandonó el centro de detención de la empresa privada GEO el pasado martes por la mañana, luego de 1,051 días de encierro y de que 90,000 personas firmasen un petitorio a favor de su libertad.
“Firmemente creemos que el ICE se vio forzado a dejar libre a Kelly en gran medida por la movilización comunitaria en línea y frente al centro de detención, y por inundar de mensajes las casillas de correo de sus oficinas”, sostuvo Yessica González, de TLC.
Relacionado: La cantante Karina, en el día contra la homofobia, bifobia, y transfobia, apoya así a su hijo transgénero
González Aguilar abandonó Honduras a los 12 años y llegó sola a México escapando de los golpes y abusos de su propia familia por “dedicarse a cosas de niñas”. En México, sin embargo, su situación empeoró y fue víctima de tráfico de personas y de abuso sexual durante cinco años.
A los 18 años, González Aguilar ingresó a Estados Unidos como mujer transgénero y pidió asilo. Pero por no presentarse a las audiencias de inmigración (aparentemente por no haber sido informada por el abogado a cargo del caso) fue detenida por el ICE hace tres años y llevada primero a un centro para indocumentados en Louisiana, luego a Nuevo México y más tarde a Colorado.
Durante ese tiempo, según su actual abogada, Tania García, la hondureña nunca fue acusada de ningún delito ni declarada culpable de ningún crimen. Su pedido de asilo fue denegado por un juez con “una profunda falta de entendimiento” de las personas trans.
Además, el ICE le negó el tratamiento de hormonas que González Aguilar ya estaba recibiendo y la mantuvo meses enteros dentro de su celda las 24 horas del día.
Eventualmente, el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes (NCIJ) intervino en favor de González Aguilar y la Corte del Décimo Distrito Federal, con sede en Denver, impidió que la hondureña fuese deportada, pero no autorizó su libertad.
Relacionado: FBI colabora en pesquisa del asesinato de transgénero Alexa en Puerto Rico
Nuevas gestiones, en las que intervinieron dos legisladoras de Colorado (la senadora estatal Julie Gonzales y la representante estatal Brianna Titone, ambas demócratas) finalmente culminaron con la liberación de González Aguilar.
Pero, dijo la abogada García, es posible que los daños emocionales y psicológicos sufridos por la hondureña hayan resultado “muy malos” para ella. Y su situación inmigratoria aún no se ha definido.
“Sabemos que la lucha de Kelly no ha terminado. Su lucha continúa, pero no la estará enfrentando sola”, dijo la Yessica Gonzales.
“La liberación de Kelly nos hace ver que el ICE podría haberla dejado libre en cualquier momento desde que a ella se le quitó su libertad. También es un recordatorio que el ICE tiene la potestad de dejar libres a todas las personas en su custodia. Y es un recordatorio que la movilización comunitaria funciona”, concluyó.