Termina encuesta a padres sobre las escuelas y tres madres hispanas opinan sobre el complicado regreso a clases 2020
La Ciudad se mantiene firme en abrir los edificios escolares en el otoño, pero son las familias las que deciden si van o no a los niños a los salones o seguirán con las enseñanza a distancia
El proceso de encuestar a los padres que se ha venido realizando desde hacer varias semanas, para definir la decisión de miles de familias de la Gran Manzana sobre cómo será el regreso a las clases de sus hijos en el otoño, termina este viernes. Pero para la madre mexicana Ligia Estington, su opinión ya está muy clara: Entre lecciones totalmente remotas o un modelo híbrido con asistencia presencial, de uno o tres días a la semana, la inmigrante prefirió que sus dos pequeños reinicien sus actividades a distancia, lo más que se pueda.
“Tengo dos hijos. Uno va para primer grado y otro para segundo grado, aquí en el Alto Manhattan. Yo de corazón prefiero que reciban todas las clases en la casa. Es una decisión muy difícil para todos, pero en lo personal me da miedo. Ellos no se saben cuidar”, comentó la joven madre nacida en Guerrero.
El Departamento de Educación de la Ciudad (DOE) maneja el reto de reiniciar las actividades en más de 1,7000 planteles, teniendo como desafío mantener a la comunidad escolar segura ante la pandemia del coronavirus.
Los estudiantes que opten por instrucción 100% online igual deberán acudir a los edificios escolares cada tres meses para actividades muy específicas, de acuerdo con una serie de normas que el DOE presentó esta semana.
“Tenemos que adaptarnos”
La dominicana Sagrario Pegueiro sí está de acuerdo, aunque con ciertos temores, que su pequeño Alexander de cinco años asista a clases presenciales.
“Yo prefiero que él tenga la oportunidad de jugar con otros niños. Nosotros tenemos que acostumbrarnos a que el mundo cambió. Es muy difícil. No dejo de tener miedo. Pero yo también necesito la opción de trabajar. En mi caso lo mejor es que él vaya a la escuela. Tenemos que adaptarnos”, dijo.
La también la quisqueyana Juana Lewis, quien tiene 11 nietos en edad escolar, prefiere que con “estrictas medidas” los estudiantes se integren a las aulas, porque considera que las lecciones a distancia “nunca serán lo mismo”.
“En mi familia hay muchos debates en el tema. Pero tenemos la certeza que lo mejor es que la Ciudad abra las escuelas, obviamente con menos niños por salón. Yo estoy de acuerdo que sean por lo menos doce. Hay muchos otros edificios, como de universidades, que no abrirán y allí se podrían distribuir niños”, indicó la inmigrante que formó parte de la Sociedad de Padres de varios planteles en Washington Heights.
Juana cree que se pueden tomar muchas medidas de protección y alternativas de distanciamiento social, y que el mantener a los niños en las casas “sería un error”.
“Yo sé de muchos padres que tienen que salir a trabajar para pagar sus ’biles’ y no saben qué hacer. Muchas veces los tienen que dejar con hijos más grandes. Y eso es un riesgo. Nuestros jóvenes necesitan más educación”, explicó.
Todo depende del COVID-19
En medio de aproximaciones sobre cómo funcionarán las escuelas el próximo año escolar, luego de 5 meses y medio de planteles cerrados, no todas las cartas están claras para 1 millón 100 mil estudiantes que atienden las escuelas públicas de la ciudad.
En realidad, todo lo definirán dos variables: qué tan controlada se mantenga la pandemia del coronavirus en la ciudad de Nueva York y el resultado de las consultas con las familias y cada comunidad escolar que terminan este viernes, lo cual permitirá estructurar horarios y disponibilidad de maestros, en función a la capacidad de cada aula.
El alcalde Bill de Blasio anunció firmemente que las escuelas están en camino de abrir en septiembre a menos que la tasa de infección de COVID-19 de la ciudad supere el 3%.
Los porcentajes de infección se han mantenido entren el 1% y 2% durante las últimas semanas. Si las escuelas vuelven a abrir y la ciudad alcanza una tasa de positividad del 3%, lamentablemente los planteles cerrarán una vez más.
Hay otros escenarios que todavía analiza el DOE: si un estudiante o miembro del personal da positivo en COVID-19, se deberán cerrar edificios escolares enteros para el respectivo rastreo.
En una misiva a la comunidad escolar, el canciller de Educación Richard Carranza solicitó a todos los miembros del personal de la escuela que se hagan la prueba de COVID-19 en los días previos de la apertura de los planteles.
“Se les dará prioridad para obtener resultados rápidos en los 34 sitios de pruebas administrados por la Ciudad. También se le pide a todo nuestro personal que se haga un examen mensualmente durante el año escolar. Esta prueba gratuita también está disponible para las familias”, indicó en su mensaje.
Vuelta a clases en tiempo de COVID-19:
- Los estudiantes que tomen la alternativa de clases presenciales asistirán a los edificios escolares durante 5.5 horas al día, casi una hora menos que el día escolar típico de 6 horas y 20 minutos.
- No habrá recreo.
- La mayoría de las escuelas permitirán la mitad o un tercio de sus estudiantes lo que significa que los alumnos asistirán cinco días cada dos o tres semanas.
- Los horarios dependerán de cuántos eligen clases remotas a tiempo completo, cuánto espacio hay en el edificio y cuántos maestros se les permitirá trabajar desde casa debido a adaptaciones médicas.
- Los horarios cambiarían de manera constante, de semana a semana, tanto para los grupos de clases online como los mixtos.
En números: Distancia social en la escuela
- 25% será la capacidad de los autobuses escolares, la Ciudad ha alentado a las familias a buscar otras alternativas de transporte.
- 9 a 12 alumnos podrá tener cada aula para cumplir con las reglas de distanciamiento social. Los estudiantes no podrán compartir lápices, cuadernos y juegos didácticos.
- 6 pies deberá ser la distancia entre los alumnos en pasillos, baños y autobuses. Será totalmente obligatorio el uso de las máscaras.