¿Votar por correo o el 3 de noviembre? Ninguna de las dos: esta es la mejor opción para usted y para Estados Unidos
No quiero que el voto por correo abrume el proceso
Voy a votar por adelantado. En la mayoría de los estados, los estadounidenses ya no tienen que esperar hasta el día de las elecciones para emitir su voto. Minnesota y Virginia comenzaron a votar personalmente por adelantado el 18 de septiembre. A mediados de octubre, los votantes en varios estados indecisos (battleground states) también comenzarán a emitir sus votos. El período de votación por adelantado en Nueva York comienza el 24 de octubre. Para el día de las elecciones, ya se habrán emitido millones de votos.
No voy a votar el 3 de noviembre porque las filas, sin duda, serán larguísimas. No voy a votar por correo porque hay muchas probabilidades de que la papeleta sea invalidada por tecnicismos de la ley electoral o recusada como fraudulenta, y porque, incluso si se cuenta mi voto, me preocupa que una tonelada de correo desemboque en una crisis constitucional.
Me explico: hace varios años, el presidente Obama nombró una comisión para atender lo de las largas filas en los colegios de votación. Se emitió un informe con importantes recomendaciones. Sin embargo, nada ha cambiado mucho en ese frente y el problema se ve agravado por la renuencia de los funcionarios de colegio a trabajar durante la pandemia. La American Bar Association, además de un gran número de organizaciones, está reclutando nuevos funcionarios de colegio para aliviar los cuellos de botella que se anticipan. Pero aun así, hay problemas en el ambiente.
Muchos estados tienen la opción de votar por correo y, debido a la crisis de salud, los procedimientos se han liberalizado en toda la nación, incluso en Nueva York, lo que permite que la gente aproveche esa oportunidad. En algunos estados, la votación por correo está siendo impugnada en los tribunales, lo que refleja los exabruptos del presidente en contra de ese tipo de votación. ¿Por qué Trump está empeñado en evitar la votación por correo? Probablemente porque cree que las papeletas enviadas por correo favorecerán a Joe Biden. Es difícil saber si tiene razón, pero parece convencido de que habrá un “cambio al azul”, pues en los estados donde él lleve la delantera el día de las elecciones, un conteo posterior de las papeletas enviadas por correo puede mover los totales a favor de Biden.
No sé si el presidente tiene razón para estar nervioso de que se dé tal cambio, pero los demócratas no deben adoptar una actitud de “esperemos hasta que se cuenten todas las papeletas enviadas por correo”. Si millones de demócratas votan por correo, y el día de las elecciones los votos de la maquinaria favorecen al presidente, podemos esperar que este último cuestione la legitimidad de contar luego del 3 de noviembre, incitado, sin duda, por una avalancha de demandas para prohibir el conteo de las papeletas enviadas por correo.
Por lo tanto, un aumento en los votos por correo podría llevar a que un estado tarde semanas en determinar quién fue su ganador. ¿Por qué representa esto un problema? Aparte de la inestabilidad política que esto causaría, la ley requiere que los compromisarios (electors) victoriosos de cada estado se reúnan y voten por el presidente el 14 de diciembre. Si incluso unos pocos estados se ven abrumados por votos por correo y demandas que impugnen su validez, y no nombran compromisarios presidenciales para mediados de diciembre, podrían ocurrir dos escenarios, ninguno de los cuales será agradable.
Por un lado, al reducirse el número total de compromisarios, también se reduce el número mágico necesario para ganar el Colegio Electoral. La Constitución requiere una mayoría del “número total de compromisarios nombrados”. Un candidato podría ganar con menos de los 270 votos que normalmente se requieren.
Por otro lado, si el que un estado no nombre compromisarios impide que Trump o Biden alcancen la mayoría, se podría invocar la disposición constitucional que requiere que la Cámara de Representantes elija un presidente.
El procedimiento que sigue la Cámara es aún más antidemocrático que el del Colegio Electoral. Cada estado, ya sea grande o pequeño, tiene un voto, y cualquier partido que controle la delegación de un estado otorgaría su voto a Trump o a Biden. Incluso si los demócratas retienen o aumentan su control general de la Cámara en noviembre, lo que importa para este procedimiento es el partido que controla la mayoría de las delegaciones estatales. Actualmente, los republicanos tienen 26, el número mágico para que la Cámara elija un presidente.
Como si estas dos posibilidades no fueran lo suficientemente preocupantes, hay otro resultado que podría cambiar las elecciones. Si un estado tambalea ante cientos de miles de papeletas impresas, su legislatura estatal puede intentar nombrar directamente a los compromisarios sin ni siquiera considerar al aparente ganador del voto popular. En 21 estados, los republicanos controlan la legislatura y la gobernación. ¿Se atreverían a circunvalar el conteo para simplemente nombrar una lista de compromisarios favorecedores de Trump?
Así que voy a votar personalmente y por adelantado. No quiero que las papeletas enviadas por correo abrumen el proceso y puedan causar un caos electoral. Cuantos más votos se emitan el día de las elecciones o antes, más probable es que las elecciones terminen el 3 de noviembre. Algunos estados importantes, como Pensilvania, no tienen esta opción. Sin embargo, aquellos de nosotros que sí podamos votar por adelantado deberíamos hacerlo.
(Este artículo se publicó originalmente en inglés en el Daily News)
Goldfeder es abogado consejero en el bufete de abogados Stroock & Stroock & Lavan LLP y enseña derecho electoral en la Escuela de Derecho de la Universidad de Fordham.