¿Puede el aceite de coco beneficiar la pérdida de peso? Descubre lo que dicen los expertos
Más allá de una moda, el consumo de aceite de coco se ha vuelto un popular aliado en la dieta cetogénica y paleo. Descubre sus cualidades para potenciar la pérdida de peso
En los últimos años todo se ha dicho acerca del consumo de aceite de coco, lo cierto es que los alimentos naturales han tomado una especial relevancia y al grado que son considerados un gran aliado nutricional y medicinal. Hoy sabemos que el aceite de coco es conocido una larga lista de beneficios que van desde mantener la piel suave, hasta reducir los niveles de azúcar en la sangre y es por ello que se asocia con grandes propiedades saludables. Muy al contrario de lo que en algún momento se pensó, el aceite de coco es un buen aliado para promover la pérdida de peso y es por ello que actualmente forma parte importante en diversas pautas alimenticias, al ser muy utilizado para cocinar diversos platillos, refrigerios, bebidas de café, panadería y batidos.
¿Por qué el aceite de coco es bueno para perder peso?
El aceite de coco es considerado una fuente de grasas saludables, es por ello que actualmente es un elemento importante en diversas tendencias de nutrición y salud. En el mundo naturista y de las celebridades, lo recomiendan como alimento que ayuda a eliminar la grasa del vientre, frena el apetito, fortalece al sistema inmunológico, previene enfermedades cardíacas y que puede evitar la demencia. Lo cierto es que el aceite de coco se ha convertido en una de las opciones de grasas sanas, más utilizadas sobre todo en corrientes alimenticias como la dieta cetogénica y paleo. Según datos revelados por la Universidad de Harvard, el aceite de coco tiene la peculiaridad de estar compuesto en un 100% de grasas y de las cuales el 80-90% se trata de grasas saturadas. Es por ello que el producto final se caracteriza por tener una textura firme a temperatura fría o ambiente.
Sus beneficios para perder peso se han relacionado con su poder saciante que ayuda a disminuir el hambre y también su aporte en este tipo de grasas, se caracteriza por contener unas grasas específicas llamadas triglicéridos de cadena media (MCT). Se destacan por metabolizarse de manera diferente a los triglicéridos de cadena larga (LCT), que se encuentran en productos como el aceite de oliva y la mantequilla de nueces. Los MCT están compuestos por ácido cáprico, caprílico, caproico y láurico, y gracias a esta composición se absorben rápida y directamente en el torrente sanguíneo, específicamente por la vena porta que se encuentra en el hígado, y se utilizan como combustible inmediato. A la vez se ha comprobado que tienen menos probabilidades de acumularse como grasa corporal.
Se cuenta con un estudio que avala los beneficios del aceite de coco para aumentar la sensación de saciedad y mejorar la regulación del apetito, los investigadores comprobaron que agregar alimentos ricos en grasas como el aceite de coco a las comidas puede aumentar el volumen del estómago, lo que induce una mayor sensación de saciedad que las comidas bajas en grasas.
También se cuenta con otro estudio en el cual se encontró que el aceite de coco, se relaciona con menos probabilidades de desencadenar diabetes y aumento de peso. Lo cierto es que una de las principales razones por la que ocurre el aumento de peso, es cuando las personas consumen más calorías de las que usan para obtener energía, todos los alimentos y aceites ricos en grasas son portadores de un alto valor calórico. Una cucharada de aceite de coco (13,6 gramos gramos) contiene 121 calorías, si bien es un aporte mayor que la manteca de cerdo y la mantequilla y un poco menos que el aceite de girasol. Es por ello que agregar alimentos ricos en grasas y densos en calorías a una dieta que incluye el consumo de carbohidratos y muchas calorías, es bastante factible que dificulte la pérdida de peso.
Con base en lo anterior podemos afirmar que se cuenta con referencias científicas que avalan los beneficios del aceite de coco, para promover la pérdida de peso; siempre y cuando se consuma con cautela, en versiones orgánicas y como parte de una dieta baja en carbohidratos y calorías. Complementario a ello existen otras referencias que han demostrado que comer aceite de coco puede disminuir la inflamación, aumentar los niveles de colesterol HDL (conocido como un buen protector del corazón) y promover la sensibilidad a la insulina.