A gasolina y a podrido, así huele y sabe la comida después del COVID-19

Muchas personas no sólo pierden el gusto y el olfato, sino que también los experimentan deformados

coronavirus

En algunos casos, padecer coronavirus puede cambiar los olores y los sabores. Crédito: Shutterstock

Parosmia es el nombre de la distorsión del olfato que hace que las cosas huelan distinto y, en general, desagradable, y también afecta el gusto. Según el National Institute on Deafness and Other Communication Disorders, en Estados Unidos entre uno y dos por ciento de la población tiene problemas con el sentido del olfato.

Pero la pandemia de coronavirus puede incrementar este porcentaje. A gasolina y a podrido, así huele y sabe la comida después del COVID-19 según los reportes de personas que se han recuperado de la enfermedad, pero que siguen batallando con las secuelas.

Un reporte del Washington Post recogió testimonios de sobrevivientes de coronavirus que han experimentado una deformación de sus sentidos del gusto y el olfato incluso semanas después de haber cursado la enfermedad.

La doctora Jennifer Spicer le dijo a la publicación que, aunque recuperó gradualmente el gusto y el olfato, un día advirtió que su copa de vino sabía a gasolina y que no aguantaba el sabor de la pasta de dientes de menta. Además, la carne le huele a podrido y el café, también a gasolina.

Otros sobrevivientes también le relataron al WP que experimentan olores fétidos en los productos de limpieza o que todo tiene un aroma a cigarrillo. Incluso existen grupos privados en Facebook donde las personas que sufren parosmia o anosmia (pérdida de olfato y gusto) pueden compartir sus síntomas y sus experiencias.

El doctor Justin Turner del Centro de Olor y Sabor del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt explicó a la publicación que la distorsión de estos sentidos puede deberse a que el cerebro está haciendo nuevas conexiones luego de la anosmia, pero a veces las neuronas receptoras olfativas no se conectan perfectamente.

Y aunque falta mucho por saber sobre la relación del COVID-19 y los trastornos del gusto y el olfato, se recomienda a los pacientes recuperados entrenar su olfato mediante aceites esenciales de rosa, clavo, eucalipto y limón que deben aspirarse durante unos 15 segundos al menos dos veces al día durante varias semanas.


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