Débiles y sin ayudas

Tras meses de pandemia, restaurantes y bares llegan al segundo cierre interior con las finanzas comprometidas

Sería un golpe demoledor para una industria que trata de sobrevivir a la pandemia.

Sería un golpe demoledor para una industria que trata de sobrevivir a la pandemia. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

El cierre del reducido servicio interior de bares y restaurantes no puede llegar en un peor momento. Hay dos grandes diferencias con respecto a lo que ocurrió al principio de la pandemia y así lo expusieron en un comunicado los presidentes de las Cámaras de Comercio de cada condado de la ciudad: la primera es que aquellos cierres llegaron cuando el clima económico aún era bueno y los restaurantes estaban en mejor situación financiera.

El segundo es que entonces hubo un estímulo económico por parte de Washington — la ley CARES– tanto para mantener la demanda para la oferta de la hostelería (cheques de ayuda directa, refuerzo al seguro de desempleo y transferencias a los estado) como para mantener los negocios (préstamos parcialmente perdonables como el PPP).

Hoy los restaurantes y bares abiertos tienen unas finanzas precarias por los meses de la pandemia y en Washington ni siquiera hay acuerdo sobre un paquete de ayudas, que tal y como está diseñado, no va tendrá un fuerte impacto en un sector clave en la ciudad.

Es posible que este fin de semana sea amargo porque además es un momento duro debido al invierno. Pesa a las estructuras en las calles para acomodar el servicio exterior, esta no va a ser la temporada alta que es otros años.

“Tememos que miles de pequeños negocios se vean forzados a cerrar permanentemente y despedir a sus empleados lo que tiene un impacto irreversible en la recuperación económica y el tejido social de la ciudad”, se explicaba el viernes por parte de Lisa Sorin, Randy Peers, Jessica Walker, Tom Grech y Linda Baran, presidentes de las Cámaras de Comercio del Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island, respectivamente.

Las cifras apuntan a que más de 130,000 personas no han podido recuperar aún su trabajo en el sector. El 44% de la mano de obra del sector son hispanos y que más del 60% del total de los trabajadores en este sector son inmigrantes. Muchos de ellos se quedaron sin las ayudas del CARES Act para la pandemia por su status migratorio.

Los empresarios también están viendo esfumarse su forma de vida. El 88% no pudo pagar el alquiler de su local en octubre y recientemente el contralor del Estado, Thomas DiNapoli, estimaba que en los próximos seis a 12 meses entre un tercio y la mitad de todos los establecimientos que existían antes de la pandemia podrían cerrar.

Eso significa el fin de 12,000 bares y restaurantes y unos 159,000 empleos. La NYC Hospitality Alliance, que estima en miles los restaurantes y bares que ya han cerrado.

El director de esta Alianza , Andrew Rigie, explicaba que aunque la seguridad y la salud es lo más importante pero los datos no justifican el cierre. “Manhattan – donde más restaurantes hay en el estado- tiene un ratio de positividad de algo más del 2.7%, menos de la mitad que muchos condados en el estado donde comer dentro de un restaurante es posible como Albany con un 7.2%, Westchester (6.0%) y Suffolk (6.1%)”.

Rigie se quejaba de que la mayor parte de los contagios se producen en las reuniones en las casas, no en restaurantes.

Después del esfuerzo en adaptarse a las demandas de la pandemia, y de que la apertura interior solo se permite al 25%, Rigie lamentaba que el cierre ahora pueda comprometer a “incontables negocios y empleos” y pedía al Gobierno federal que se apruebe la RESTAURANTS Act, un programa de revitalización del sector.

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