Llegan los $600 y saben a poco
Cuatro de cada 10 personas dedicarán el dinero de estímulo económico a pagar gastos corrientes y el resto hará gastos necesarios o ahorros
El miércoles cambia el Gobierno de EE UU y con él las prioridades federales económicas justo en un momento de fuerte crisis económica debido a la crisis de salud de la COVID.
La nueva Administración quiere que haya más dinero en los bolsillos de unos americanos a los que se les acumulan facturas sin pagar. Según el Center on Budget and Policy Priorities 14 millones de hogares , uno de cada cinco inquilinos, debe dinero de la renta de su vivienda.
El que desde hoy es el nuevo presidente de EEUU quiere mandar cheques por valor de $1,400 más a los contribuyentes de forma inmediata.
Con ello se completaría el pago de impacto económico por motivo de la pandemia hasta $2,000, una cantidad que llega a muchos hogares en los que las finanzas personales están bajo mínimos.
El cheque de $600 es una cantidad que sabe a poco. Según una encuesta de Bankrate el 53% de quienes lo han recibido o anticipan tener ese dinero no creen que sea suficiente para sostener sus necesidades durante un mes.
$600 vuelan rápido y, por comparar, es la misma cantidad que se concedió semanalmente a quienes habían perdido su empleo como estímulo adicional a su cobro del seguro de desempleo desde abril hasta julio.
La encuesta de Bankrate revela que el 18% no considera que sea suficiente como para que se note nada en este momento en sus finanzas personales. La mayoría no cree que les dé para más de un mes y es una minoría, el 8%, quienes tienen planeado gastarlo en algo no esencial. Prueba de que ese dinero llega a a hogares con muchas presiones financieras es que el 42% planea usarlo en el pago de facturas mensuales, es decir, gastos corrientes, y el 32% lo destinará a cuestiones esenciales diarias.
Un 25% planea pagar deuda con ello y un porcentaje ligeramente superior quiere dedicar una parte a ahorros.
La larga duración de la pandemia, y con ella la crisis, está vaciando del ahorros a muchos americanos de bajos y medios ingresos. Una encuesta de la misma Bankrate hecha una semana antes apuntaba a que solo cuatro de cada 10 hogares podría cubrir un costo inesperado de $1,000 con ahorros. El 38% tendría que pedir prestado y el 18% lo dejaría durante meses en el balance de tarjeta de crédito.
Llegue antes o después el resto de la ayuda económica– que tiene que ser aprobada por el Congreso– esta crisis está revelando muchas debilidades de las finanzas personales que en muchas ocasiones tienen su raíz en los bajos salarios que incluso durante los buenos tiempos mantienen en la pobreza a muchas familias.
Un objetivo de futuro para estas finanzas es plantear seriamente la formación del ahorro cuando la economía empiece a enderezarse. Para quienes tienen los dólares contados en gastos corrientes por lo bajo de sus salarios es mucho más difícil presupuestarlo pero las reglas de oro para ahorrar son:
- Automatizarlo. Cada vez que se cobre el salario mandar inmediatamente una cantidad pequeña y manejable a una cuenta de ahorros que no se toque. Si no llega al bolsillo, no se echa de menos
- Fijarse un objetivo por el cual se ahorra: emergencias, una compra, un viaje, los imprevistos, etcétera.
- Qué sea posible: No por tener más objetivos se alcanzan. Hay que ser realista, si solo puede ahorrar pequeñas cantidades céntrese en ello, en lo que puede hacer, si se pone el listón del ahorro muy alto, puede hacerse imposible.