Cofundador de Twitter vende primer tuit por más de $2 millones en pleno 15 aniversario de la red social
Durante sus primeros meses de vida en 2006, Twitter era básicamente una herramienta de comunicación interna para los empleados de Odeo, pero un terremoto ese mismo año en San Francisco, California, lo cambió todo
Por Marc Arcas
SAN FRANCISCO, California – “Justo creando mi cuenta de twttr”. De este mensaje, el primero jamás publicado en la red social, hace mañana, domingo, 15 años, y tras él se esconde una historia de visionarios, traiciones y un éxito inesperado hasta erigirse en el foro sobre actualidad de la opinión pública mundial.
El autor del primer tuit fue su cofundador y actual consejero delegado, Jack Dorsey, el 21 de marzo de 2006 y justo ahora, una década y media después, lo ha puesto a la venta en una subasta pública por internet en la que la puja más alta por el momento es de $2 millones y medio de dólares.
Una red para los amigos
Cuando la red social del pájaro azul nació hace 15 años, sus creadores tenían en mente un producto muy distinto del que conocemos hoy en día, más orientado a ser una plataforma de comunicación entre amigos y conocidos que un gigantesco foro público desde el que durante la Presidencia de Donald Trump se llegó a gobernar EE.UU.
“La palabra ‘twitter’ (piar, en inglés) era perfecta. La definían como ‘una corta explosión de información sin importancia’ y ‘el piar de los pájaros’ y eso era exactamente el producto que teníamos”, explicó el propio Dorsey en una entrevista sobre los orígenes de la compañía.
Como en el caso de su principal competidor, Facebook, y de otras tantas empresas tecnológicas exitosas, la narrativa sobre sus principios y sobre a quién cabe atribuir la idea varía según a quién se pregunte, y durante años se obvió la participación de una de las cuatro personas a quienes a día de hoy se considera fundadores.
Traiciones y celos en los orígenes
Evan Williams y Biz Stone (ambos exempleados de Google), Jack Dorsey (por entonces estudiante en New York University) y el emprendedor Noah Glass concibieron el prototipo del producto durante una sesión de “brainstorming” (lluvia de ideas) cuando todos trabajaban para Odeo, una empresa de pódcasts fundada por Glass.
Fue precisamente este último quien lideró el equipo encargado de desarrollar Twitter y a quien los empleados de esa primera época describen como el “líder espiritual” de la plataforma, absolutamente implicado y obsesionado con este nuevo servicio cuya función pocos terminaban de entender.
Sin embargo, Williams -que por entonces se había hecho con el control de Odeo- despidió a Glass por motivos que nunca se han llegado a aclarar (la versión más extendida es un choque de personalidades), y, en paralelo, le desterró de la narrativa oficial sobre los orígenes de la compañía.
No fue hasta años después, con Twitter ya consolidado como gigante de la comunicación en internet, cuando paulatinamente se fue poniendo en valor la figura de Glass, que admitió sentirse traicionado por su antiguo colega, y a quien actualmente se considera fundamental en la creación de la plataforma.
El terremoto y el valor del “live”
Durante sus primeros meses de vida en 2006, Twitter era básicamente una herramienta de comunicación interna para los empleados de Odeo, que se mandaban mensajes SMS a través de ella, en su mayoría contenidos anodinos entre amigos y colegas.
Pero algo cambió radicalmente la madrugada del 3 de agosto de ese año: un pequeño terremoto de magnitud 4.4 en la escala de Richter hizo temblar muy tímidamente el suelo de San Francisco, algo percibido por unos pero no por otros.
“¿Alguien acaba de notar el terremoto?” “Acabo de notar ese terremoto. Nadie más aquí lo notó” “¡Maldición, siempre me los pierdo!”, la plataforma pasó a convertirse espontáneamente en un espacio en el que comentar e informarse de la actualidad y desde entonces el “live” o “vivo” pasó a vincularse para siempre con Twitter.
Quien recoge estos tuits históricos es Biz Stone, uno de los cuatro fundadores, en una entrada en el blog de la compañía en que explica cómo su pareja no le creía cuando decía haber notado el terremoto, y que tuvo que ser Twitter el que le diese la razón.
En el centro del debate
Desde entonces han pasado 15 años y es precisamente esta capacidad de Twitter para ejercer de foro de la actualidad y de la inmediatez de la información de la que deriva su principal reto para los próximos tiempos: decidir dónde están los límites de la libertad de expresión en internet.
Por el momento, la empresa del pájaro azul ha comenzado 2021 con una de las decisiones más arriesgadas y polémicas de toda su historia: cerrar permanentemente la cuenta del que en los últimos cuatro años fue su tertuliano más célebre, el expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021).