Biden cambia ruta de Estados Unidos en política exterior, pero tiene deuda con Latinoamérica

El mayor logro del presidente, hasta ahora, es avanzar nuevamente con la agenda climática, abandonada por el expresidente Trump

El presidente Biden avanza con la agenda ambiental de EE.UU.

El presidente Biden avanza con la agenda ambiental de EE.UU. Crédito: BRENDAN SMIALOWSKI | AFP / Getty Images

Aunque son apenas 100 días despachando desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden ha logrado importantes avances en política exterior, sobre todo en cuanto la batalla contra el cambio climático y reforzar relación con aliados del G-7, pero el demócrata tiene una deuda pendiente con sus vecinos latinoamericanos.

“El mayor triunfo de Biden en sus primeros 100 días ha sido el retorno de EE.UU. al multilateralismo y en concreto a renovar el Acuerdo de París, para enfrentar el cambio climático y tomar el liderazgo, así como empezar a restaurar regulaciones ambientales derogadas por (Donald) Trump“, destacó Manuel Pérez-Rocha, investigador del Institute for Policy Studies en Washington y del Transnational Institute (TNI) en Amsterdam.

En en el mismo tenor se pronunció Alexandra Schmitt, analista senior de Políticas del Center for American Progress (CAP), al considerar que EE.UU. tiene pendientes acciones para poner “en el camino correcto y recuperar el camino perdido”, en referencia al retraso que significó la Administración Trump.

“El objetivo de reducir los niveles de emisiones de EE.UU. en un 50% es sumamente importante para establecer el tono y el ritmo para los próximos cuatro años”, destacó la experta.

Un sondeo de Morning Consult reveló que la visión sobre EE.UU. ha mejorado con el inicio de gobierno del presidente Biden.

Por ejemplo, en Alemania mejoró en 47 puntos porcentuales; en Japón 39 puntos y en Francia 37 puntos.

Otros países con un aumento fueron Australia con 21 puntos, Brasil con 10 puntos, Canadá con 32 puntos, Italia 23 puntos, México 15 puntos, España 26 puntos y Reino Unido con 30 piuntos.

América Latina e inmigración

Pérez-Rocha, al igual que decenas de grupos de activistas en EE.UU. señalan que el mayor fracaso de Biden ha sido mantener el Título 42 de Salud Pública, que permite a su gobierno la deportación de miles de inmigrantes sin posibilidades de petición de asilo.

“El mayor fracaso de Biden es mantener vigente las restricciones de Salud pública bajo el Título 42, que permite la expulsión de migrantes en la frontera sin el derecho de buscar asilo”, expuso el experto. “Y exponiendo a los migrantes a muchos riesgos en las ciudades fronterizas en México”.

Eso pone al mandatario en ruta a su principal reto: la aprobación de la reforma migratoria, que permitiría otorgar la ciudadanía a millones de indocumentados.

“El mayor reto es aprobar en el Congreso la reforma migratoria que dé acceso a la ciudadanía estadounidense a millones de personas indocumentadas, incluyendo ‘dreamers”, personas con Estatus de Protección Temporal y personas trabajadoras del campo”, destacó el experto, quien agregó que esa acción ayudaría a “apaciguar y desterrar el odio xenofóbico desatado por Trump en contra de los migrantes y personas de color”.

Un análisis de Dean Schafer y Andrés Besserer, de Foreing Policy in Focus, destacó también el reto que representa para Biden la política exterior conectada a asuntos migratorios, ya que las posturas xenófobas de los grupos más conservadores, alentados por la postura de Trump.

“Los republicanos están presionando a Biden para que externalice aún más las fronteras estadounidenses mediante la aplicación de dólares estadounidenses para construir más instalaciones de inmigración en México y América Central”, advierte el reporte. “Enmarcar la inmigración como una ‘crisis’ hace que una política de inmigración abierta parezca radiactiva, a pesar de ser igualmente popular y económicamente más beneficiosa”.

Ninguno de los expertos menciona el resultado de una política que prepara la vicepresidenta Kamala Harris para Centroamérica, aunque infieren sobre la “extensión de las fronteras” estadounidenses hacia la región para evitar la migración irregular.

Los analista tampoco mencionan asuntos de seguridad, relacionados con el narcotráfico, así como el tráfico de armas y la posición que Biden habría de asumir hacia América Latina, a donde se van la mayor parte de ese armamento, según el reciente libro de Ioan Grillo, Blood Gun Money: How America Arms Gangs and Cartels.

Los derechos humanos

Schmitt consideró que la Administración Biden tiene un amplio espacio para comprometerse en la defensa de los derechos humanos.

“Si bien es admirable que la administración haya tomado medidas para deshacer los peores abusos de la Administración Trump, como detener la separación de familias en la frontera y buscar reincorporarse al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, otras decisiones socavan la retórica de la administración en torno a la importancia de derechos humanos“, consideró la experta.

Agrega que la aprobación del presidente Biden de miles de millones de dólares en ventas de armas a los Emiratos Árabes Unidos y Egipto “es un gran error”.

“Si los derechos humanos están en el centro de las decisiones de política exterior de Estados Unidos, no deberíamos entregar armas estadounidenses a gobiernos con antecedentes de cometer abusos”, adelantó. “Revertir estas decisiones y poner restricciones más estrictas sobre a quién vende o brinda asistencia de seguridad Estados Unidos contribuiría, en gran medida, a alinear la retórica y la política de la administración en materia de derechos humanos”.

Avances y críticas

>> El principal avance enlistado por los expertos es con relación a las acciones contra el cambio climático.

>> Se aplaude reintegración de EE.UU. al Acuerdo de París.

>> Hay críticas sobre la “extensión de las fronteras” en Centroamérica para evitar la inmigración.

>> Sugieren un mayor control sobre la venta de armas a regímenes con historial de abusos.

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