El “Gran Hermano” en Nueva York: la policía vigila a ciudadanos con 15,000 cámaras de reconocimiento facial

Amnistía Internacional pidió a las autoridades que cesen de implementar tecnología de vigilancia invasiva sobre la población

Escuelas de Nueva York aseguran que trabajan con "estándares de oro" pautas del regreso a clases presenciales

Escuelas de Nueva York aseguran que trabajan con "estándares de oro" pautas del regreso a clases presenciales Crédito: Edwin Martínez | Impremedia

Amnistía Internacional (AI) denunció este jueves que la Policía de la ciudad de Nueva York tiene a su disposición más de 15.000 cámaras de vigilancia con las que puede hacer seguimiento de los ciudadanos a través de un programa de reconocimiento facial y ha pedido a las autoridades que prohíban esta práctica.

En la plaza de Times Square, uno de los lugares más transitados de la Gran Manzana, la presencia de las cámaras de la policía es evidente en todos los cruces. Levantando un poco la vista por encima de los paseantes, turistas y figurantes y a la altura de los letreros luminosos que visten los edificios de este emblemático lugar, es fácil contar una veintena de cámaras sin hacer un gran esfuerzo.

Hay cientos de “cámaras de video o cámaras de vigilancia aquí. La mayoría de ellos están al aire libre, pero también hay varias cámaras aquí que no podemos ver. Realmente se siente como un estado del Gran Hermano donde nos están monitoreando y no sabemos exactamente cuáles serán las repercusiones de ser vigilados”, asegura a Efe en Times Square el activista Derrick Ingram, comparando Nueva York con la novela distópica “1984”, de George Orwell.

Según la ONG, la Policía puede alimentar un software de reconocimiento facial con imágenes de 15.280 cámaras de vigilancia en los distritos de Manhattan, Brooklyn y El Bronx y según apunta Ingram, conocido también como Dwreck, en este momento “la Policía de Nueva York tiene más de 22.000 casos abiertos (desde 2017) en los que utilizan reconocimiento facial, pero no son transparentes sobre los detalles” y se niegan a ofrecer más información.

UN EJÉRCITO DE VOLUNTARIOS

La organización de defensa de derechos humanos, que considera esta práctica “invasiva y discriminatoria”, asegura que ha localizado estas cámaras con la ayuda de 5.500 voluntarios de 144 países.

Según Amnistía, las cámaras cubren el 47 % de las intersecciones de la ciudad, “una vasta superficie de vigilancia generalizada”.

En el distrito de Brooklyn están desplegadas 8.220 cámaras, más del doble que en El Bronx (3.470) o Manhattan (3.590).

De acuerdo con el conteo de AI, el barrio de East New York, en Brooklyn, una de las áreas con más violencia de la ciudad, es el que cuenta también con un mayor número de cámaras de vigilancia (577). Según datos del censo, el 54,4 % de sus habitantes son negros, el 30 % hispanos y el 8,4 % blancos.

“Estamos hablando de programas virtuales y de cómo las personas negras, las personas no binarias y las personas transgénero son identificadas erróneamente con estos sistemas defectuosos y la calidad del software”, dice Dwreck, que colabora con AI en la campaña contra el reconocimiento facial, antes de denunciar que “no se ha investigado lo suficiente sobre cómo se utilizan estas cámaras”.

EL CASO DE DWRECK INGRAM

Ingram, que tiene 29 años y trabaja como director de comunicación de la ONG “Warriors in the Garden”, fue grabado en video en una manifestación del movimiento antirracista Black Lives Matter (Las vidas negras importan) en junio de 2020, y el 7 de agosto decenas de policías trataron de entrar en su apartamento bajo acusaciones de haber atacado a un agente.

“Me desperté a las siete de la mañana con más de 40 agentes fuera de mi apartamento. Escanearon mis redes sociales, utilizaron lo que creemos que es tecnología de reconocimiento facial basada en fotografías que pudieron obtener de varios medios de comunicación y la policía de Nueva York me intimidó y amenazó, me mintieron y me dijeron que había órdenes de arresto”, cuenta Dwreck que explica que la policía tenía perros, drones, francotiradores y un ariete listo para derribar la puerta.

“Fue un evento bastante traumático”, explica a Efe el activista, que se libró de ser detenido porque comenzó a emitir en directo lo que estaba sucediendo.

NUEVA YORK, UNA CIUDAD “ORWELLIANA”

“Esta extensa red de cámaras puede ser utilizada por la policía para un reconocimiento facial invasivo y corre el riesgo de convertir a Nueva York en una ciudad de vigilancia orwelliana”, dijo el investigador de inteligencia artificial y derechos humanos de Amnistía Internacional, Matt Mahmoudi, citado en un comunicado.

Mahmoudi agregó que nadie en la ciudad es anónimo, sin importar si va a una manifestación, a pasear por un barrio o a comprar a la verdulería: “Tu cara puede ser rastreada con la tecnología de reconocimiento facial que emplea imágenes de miles de cámaras repartidas por todo Nueva York”.

El informe es la continuación de una campaña internacional lanzada por AI el 25 de enero para luchar por la prohibición de la tecnología de reconocimiento facial, que para la organización “amplifica la vigilancia policial racista y amenaza el derecho a la protesta”.

Según Amnistía, esta tecnología podría emplearse por los estados para vigilar a “ciertos individuos o grupos basados en sus características, incluida su etnia, raza y género, sin una sospecha individualizada razonable de comportamiento criminal”.

En el caso de Nueva York, la ONG denuncia que han solicitado sin éxito a la Policía detalles sobre el software y su funcionamiento.

“Ha habido una flagrante falta de información sobre el uso del software de reconocimiento facial por parte de la policía de Nueva York, lo que hace imposible que los neoyorquinos sepan si se está rastreando su rostro en la ciudad y cuándo lo hacen “, señaló Matt Mahmoudi.

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