Trabajadoras domésticas de NYC tienen un nuevo escudo contra la explotación y la discriminación laboral

Ahora, por una ley aprobada por el Concejo de NYC, los empleadores de menos de cuatro personas están obligados a seguir las normas laborales vigentes contra la discriminación contempladas en el Código de Derechos Humanos de la Ciudad

Una nueva norma protege a 300,000 trabajadoras domiciliarias de NYC

Una nueva norma protege a 300,000 trabajadoras domiciliarias de NYC Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

Las trabajadoras de limpieza, niñeras y cuidadoras de personas de la tercera edad de la Gran Manzana se anotaron un paso gigante en su lucha por décadas para superar la discriminación, el racismo y algunas vestigios de la era de la esclavitud.

Este jueves el Concejo Municipal aprobó la enmienda del Código Administrativo que amplía la definición de empleador en la ley de Derechos Humanos, lo cual obliga a las personas que contratan a esta fuerza laboral, clasificada como de atención domiciliaria, a no discriminar por motivo de discapacidad, raza,religión, edad y nacionalidad.

Además, pone a las mujeres que prestan estos servicios bajo el paraguas de la ley de equidad de las trabajadoras embarazadas.

“Varias organizaciones que hacen vida en la ciudad de Nueva York, tenían años luchando por la aprobación de esta ley. Llega en un momento oportuno en el cual estamos tratando de recuperarnos de las dolorosas heridas que dejó la pandemia a estas trabajadoras”, comenta emocionada la mexicana Daniela Contreras, organizadora de la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar (NDWA).

Daniela de 37 años y residente de Brooklyn llegó a Nueva York cuando tenía 10 años. Su madre quien falleció recientemente fue también por décadas empleada de limpieza. Como inmigrante, trabajadora doméstica y ahora como activista conoce en carne propia las “humillaciones” que en muchas oportunidades esta fuerza laboral debe enfrentar.

“Lo más importante para las organizaciones que luchan por los derechos de estas mujeres que en su mayoría son de color, no manejan bien el idioma y son indocumentadas, es que sepan que aquí tienen derechos. Que cuentan con instituciones y grupos que las defienden. Y que deben empoderarse para luchar siempre por su dignidad”, expresó Daniela.

La inmigrante mexicana Daniela Contreras llama a sus compañeras a conocer sus derechos. (Foto: F. Martínez)

NY lidera protecciones a las domésticas

Nueva York nuevamente es vanguardia en todo el país en la protección de este grupo de trabajadoras de atención domiciliaria.

Ya el 31 de agosto de 2010, la Asamblea Estatal había aprobado la primera carta de derechos del país, para mejorar sus condiciones laborales, lo cual garantiza su salario mínimo y días de descanso.

Ahora, once años después, la ciudad de Nueva York asciende en otro peldaño. Ya que los empleadores de menos de cuatro personas no estaban obligados a seguir las leyes laborales vigentes contra la discriminación contempladas en las disposiciones de Derechos Humanos de la Ciudad. Ahora sí.

El proyecto de Ley 338, votado por la mayoría demócrata del Concejo Municipal, había sido presentando desde 2018 por la concejal Debi Rose de Staten Island.

“Tardó mucho en aprobarse, protegerá a más de 300,000 trabajadoras del hogar en la ciudad de Nueva York”, dijo la legisladora local.

El presidente del Concejo Municipal, Corey Johnson, dijo que la pandemia de COVID-19 dejó claro cuán vulnerables son estos trabajadores.

“Durante lo más agudo de la pandemia, hubo muchas de estas mujeres que no tuvieron tiempo libre, que no pudieron quedarse en sus casas”, reaccionó.

Historias de abuso

En efecto, muchas de estas empleadas, como describen los activistas,  fueron sometidas a trabajar para familias “encerradas” durante meses por la pandemia, permaneciendo meses sin volver a sus casas. 

“Mi patrona en Manhattan me dijo que si salía de la casa el domingo que me tocaba, no regresara. Porque era un riesgo que yo me contagiara. Mi marido se quedó sin trabajo. Esa situación me puso contra la pared. Seguí trabajando por tres meses entre abril y junio pasado, cuidando con mucho amor a dos niños. Al final, la señora me dijo que me tenía que descontar una serie de cosas. Y me terminó pagando lo que le dio la gana”, relató la boliviana Dulce Paredes, de 40 años.

Otras corrieron peor suerte.

La inmigrante ecuatoriana Valentina Romero, de 40 años, cuenta que trabajaba para una familia en Williamsburg, en Brooklyn, cuidando a un anciano. Sus jefes aún sabiendo que estaban todos contagiados no le informaron. Y ella llevó el virus a su casa en Queens.

“A ellos solo le importó que yo aseara al señor y le cocinara. Yo me contagié con ellos y a la vez yo infecté a mi mamá que murió por el COVID-19 en el Hospital Elmhurst en agosto pasado. Finalmente cuando no pude regresar, ni siquiera me llamaron para saber cómo me sentía. Y a la fecha no me han pagado tres días de trabajo porque se fueron a vivir a Long Island”, compartió la inmigrante.

Con el impulso que otorgan los recientes cambios legales en la Gran Manzana, los cuales adicionan protecciones a estas trabajadoras, tanto Dulce como Valentina podrían buscar asesoría legal y tratar de recuperar los salarios, sin miedo por su estatus migratorio. 

Pero más allá de las historias de abusos laborales que se multiplicaron durante la pandemia, la realidad es que el desempleo es lo que más abruma a quienes laboran con familias de manera permanente o por días.

Un informe reciente del Instituto de Estudios Políticos  y el programa “Nosotras Soñamos en Negro” (WeDiB) una organización de mujeres afrocaribeñas que trabaja en conexión con la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, estima que el 62% de las domésticas inmigrantes negras han perdido todo o parte de sus ingresos debido al COVID-19. 

La trinitaria Gail Haywood, residente de Brooklyn, es parte de la organización ‘WeDiB‘ y se ha integrado a todos los movimientos que desde que estalló la pandemia han buscado “justicia” para una masa laboral conformada en un 94% por mujeres.

“Solo seguimos luchando por un asunto de Derechos Humanos e igualdad, nada extraordinario. Es un avance que tengamos esta nueva ley para que cuando la economía se recupere por completo, podamos volver con una mejor posición. Si algún sector esta pandemia ha sido castigado ha sido el nuestro”, manifestó la caribeña quien se encuentra desocupada.

Por otro lado, para centenares de mujeres inmigrantes indocumentadas que hacen trabajo doméstico como ‘jornaleras’, es decir que esperan en paradas por unas horas de limpieza para poder sobrevivir, el futuro pocas veces luce prometedor, independientemente de que se aprueben nuevas legislaciones que las amparen contra la discriminación y obliguen a salarios mínimos, que en el caso de Nueva York es $15 mínimo la hora.

La trinitaria Gail Haywood celebra este paso legal por la igualdad y por los Derechos Humanos (Foto: F. Martínez)

Es el momento de vencer el miedo

La colombiana Vicenta García, de 42 años, quien perdió su empleo se vio obligada a esperar turnos por trabajos eventuales en la parada de Williamsburg en Brooklyn. La inmigrante barranquillera es la otra cara de quienes no trabajan con la intermediación de agencias, ni recomendaciones especiales.

“Las familias te contactan de manera informal y te dicen tengo $50 para que me trabajes haciendo unas cosas en la casa. Terminas trabajando seis horas en un día. Obvio, que lo legal son $90. Pero ese es el momento en que te chocas de frente con la necesidad: o regresas con los bolsillos vacíos, o llevas algo para comer”, destacó.

El dilema de Vicenta, es el de miles que sienten que tienen pocos derechos porque están en las sombras, por no tener papeles o no dominar bien el idioma.

“A veces te terminan pagando incluso menos de lo que negociaste, porque te dicen: ‘Solo tengo esto de efectivo. Pero te sigo llamando para otros trabajos. ¡Además tu no pagas taxes!’ (impuestos)”, puntualiza.

Por su parte, Daniela Contreras de NDWA al fragor de los nuevos recursos legales y las nuevas protecciones aprobadas por el Concejo Municipal entiende los temores de sus compañeras, pero invita a las trabajadoras con dudas a conectarse con los recursos y las organizaciones existentes en la ciudad de Nueva York.

“Yo sufrí abusos laborales, mi madre fue víctima de vejaciones por años, pero hoy mismo debemos entender que tenemos que informarnos y saber que contamos con herramientas que nos protegen. Nuestro trabajo es una profesión vital para muchas familias. No cualquiera es niñera, no cualquiera sabe cuidar a un adulto mayor, hay cocineras que terminan siendo grandes chef. Lo primero, es valorarnos y estar informadas de nuestros derechos”, concluyó la activista.

Luego de tres años de marchas y luchas, activistas de la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar celebran esta victoria. (Foto: F. Martínez)

Radiografía de las trabajadoras domésticas en NY:

  • $21,320 es el ingreso anual de las trabajadoras domésticas de la ciudad de Nueva York cuando el promedio de los demás trabajadores es de $51,250 de acuerdo con un reporte compartido por NDWA.
  • 78% de esta masa laboral nació fuera de Estados Unidos.
  • 38% son hispanos / latinos, el 27% negros (no hispanos) y el 18% asiáticos.
  • 1/4 de estos trabajadores no reciben ni siquiera el sueldo mínimo de $15 por ahora con base a una investigación de la Universidad de Cornell.
  • 2% a 3% de los encuestados en una encuesta a trabajadoras hispanas trabajaban de 31 a 40 horas por semana durante lo más duro de la pandemia, en comparación con más del 33% de horas adicionales antes del COVID-19.
  • 54% de estos trabajadores depende de programas de asistencia pública, incluidos Medicaid y cupones de alimentos..
  • 34% está criando a niños menores de 18 años, incluido el 15% que son madres solteras.
  • 21% de este conglomerado laboral suele trabajar los 7 días de la semana, sin día de descanso, concluyó un estudio de la ‘City University’ en Nueva York.
  • 50% no recibe ningún tiempo libre remunerado, ya sea por vacaciones, tiempo personal o días de enfermedad.
  • El 58% conoce la ley de licencia por enfermedad y seguridad pagada de la ciudad, pero solo el 21% la ha utilizado.
  • 50% de los trabajadores domésticos de la ciudad de Nueva York tienen cobertura médica a través de Medicaid u otros programas públicos, y otro 39% tiene cobertura a través de otras fuentes.
  • 22,000 de estas trabajadoras del hogar aproximadamente no tiene cobertura de salud.

¿Cómo conocer las protecciones que tengo?

  • En Nueva York existe decenas de organizaciones sin fines de lucro que incluso cuentan con clínicas jurídicas, talleres educativos y soporte emocional para los trabajadores auxiliares domiciliarios.
  • La Oficina de Normas y Asuntos Laborales (OLPS) del Departamento de Asuntos del Consumidor (DCA) es el recurso esencial de la NYC para los trabajadores domésticos de la Gran Manzana.
  • Llame al 311 (212-NEW-YORK desde fuera de NYC)
  • Envíe un correo electrónico a OLPS@dca.nyc.gov
  • Organizaciones como el Proyecto de de Justicia Laboral en Brooklyn, NICE en Queens y la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar (NDWA) cuentan con recursos de soporte y asesoría para estos grupos laborales en específico.

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