Obesidad: hábitos alimenticios que aumentan la grasa abdominal

Una excesiva acumulación de grasa abdominal va mucho más allá de un problema estético. Es uno de los principales factores de riesgo de síndrome metabólico y enfermedades crónicas, descubre cuáles son los hábitos alimenticios que son causa directa del exceso de grasa visceral

bajar de peso

Con estas recomendaciones no perderás peso rápidamente, pero te permitirá crear hábitos saludables que te permitan alcanzar tu peso ideal Crédito: Shutterstock

La obesidad se ha convertido en una epidemia a nivel mundial que se relaciona con graves consecuencias, entre las que se destaca la aparición de una larga lista de enfermedades crónicas. Uno de los factores más preocupantes es el exceso de grasa abdominal, que más allá de ser un problema “estético”, es extremadamente perjudicial para la salud. Es uno de los más notorios factores de riesgo del síndrome metabólico, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y el cáncer. El término médico para catalogar a este tipo de grasa no saludable que suele acumularse en el abdomen, es “grasa visceral.” Lo cual se refiere a la grasa que rodea el hígado y otros órganos del abdomen. Un dato bastante interesante al respecto es que no se trata de una condición que sea exclusiva de la obesidad, incluso las personas de peso normal con exceso de grasa abdominal tienen un mayor riesgo de problemas de salud.

Si bien bajar de peso es una medida indispensable, realizar un cambio en el estilo de vida y ciertos hábitos alimenticios es simplemente fundamental. Con base en ello nos dimos a la tarea de seleccionar  las peores costumbres cotidianas que aumentan por segundos la grasa abdominal y el riesgo de contraer todo tipo de enfermedades degenerativas.

1. Alimentos y bebidas azucarados

A estas alturas no es ningún secreto hablar sobre las devastadoras consecuencias de un alto consumo de alimentos azucarados, la realidad es innegable: muchas personas ingieren más azúcar todos los días de lo que creen. Lo más preocupante es que el azúcar se encuentra en una larga lista de alimentos cotidianos que no necesariamente son los más evidentes como postres, pasteles y dulces. El azúcar se encuentra en exceso en muchos alimentos cotidianos que consideramos como saludables, como son el yogurt, los cereales, las barritas energéticas y una amplia gama de salsas. Además, los refrescos, las bebidas de café aromatizadas y el té dulce se encuentran entre las bebidas endulzadas con azúcar más populares. Se cuenta con diversos estudios en los que se ha demostrado un vínculo entre la ingesta alta de azúcar y el exceso de grasa abdominal. Esto puede deberse en gran parte al alto contenido de fructosa de los azúcares agregados. Si bien existen muchas referencias, entre las más relevantes se encuentra un estudio controlado de 10 semanas, realizado en personas con sobrepeso y obesidad quienes consumieron el  25% de las calorías diarias en bebidas endulzadas con fructosa. El resultado fue que experimentaron una disminución en la sensibilidad a la insulina y un aumento en la grasa abdominal. Un segundo estudio informó una reducción en la quema de grasa y la tasa metabólica entre las personas que siguieron una dieta similar alta en fructosa.

Refrescos
Refrescos. /Foto: Shutterstock

2. Alcohol

Es importante aclarar que no todo es blanco y negro, el alcohol en cantidades moderadas puede tener efectos positivos; tal es el caso particular del vino tinto que se asocia con beneficios para reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo bajo ninguna circunstancia consumirlo en exceso será recomendable, un alto consumo puede provocar inflamación, enfermedad hepática, obesidad, depresión y otros problemas de salud. De manera específica se cuenta con algunos estudios en los que se ha demostrado que el alcohol suprime la quema de grasa y que el exceso de calorías del alcohol se almacena en parte como grasa abdominal, de ahí el popular término “barriga cervecera.” Un estudio encontró que los hombres que consumían más de tres bebidas por día tenían un 80% más de probabilidades de tener exceso de grasa abdominal que los hombres que consumían menos alcohol. La cantidad de alcohol consumida en un período de 24 horas también parece influir. En otro estudio, los bebedores diarios que consumían menos de una bebida al día tendían a tener la menor cantidad de grasa abdominal, mientras que aquellos que bebían con menos frecuencia pero consumían cuatro o más bebidas en los “días de bebida” tenían más probabilidades de tener exceso de grasa abdominal.

Consumo de alcohol
Consumo de alcohol./Foto: Unsplash

3. Excesivo consumo de grasas trans

Actualmente todos sabemos que no todas las grasas son iguales, de hecho las fuentes de grasas saludables son un magnífico aliado de la salud y pérdida de peso. Sin embargo, las grasas trans son simplemente las menos saludables del planeta, se crean agregando hidrógeno a las grasas insaturadas para hacerlas más estables. Son uno de los elementos más populares en una larga lista de alimentos ultraprocesados y normalmente la industria alimenticia los agrega con el objetivo de extender la vida útil de los alimentos, además de potenciar su textura y sabor. Son típicas de productos como bollería industrial, galletas, mezclas para hornear y comidas preparadas. Se ha demostrado que las grasas trans provocan inflamación y esto puede provocar resistencia a la insulina, enfermedades cardíacas y varias otras enfermedades. Otro de sus devastadores efectos sugiere que las dietas que contienen grasas trans pueden causar un exceso de grasa abdominal.

Cupcakes.
Cupcakes./Foto: Pixabay

4. Seguir una dieta baja en proteínas

Obtener una cantidad adecuada de proteínas en la dieta es uno de los factores más importantes para prevenir el aumento de peso. Las proteínas no solo son un macro nutriente indispensable que se relaciona con una larga lista de beneficios para la salud física y mental, seguir una dieta rica en proteínas aporta saciedad, aumenta la tasa metabólica y conduce a una reducción espontánea en la ingesta de calorías. Por el contrario, la ingesta baja de proteínas puede hacer que aumente la grasa abdominal a largo plazo. Diversos estudios con sustento científico lo comprueban: las personas que consumen la mayor cantidad de proteínas son las menos propensas a tener exceso de grasa abdominal. Además, los estudios en animales han encontrado que una hormona conocida como neuropéptido Y (NPY) aumenta el apetito y promueve el aumento de grasa abdominal. Los niveles de esta hormona, aumentan cuando la ingesta de proteínas es baja. 

Proteínas. /Foto: Shutterstock

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