Grasas saturadas: no todas son igual de malas para la salud del corazón

Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte, comer altas cantidades de grasas saturadas está relacionado con un aumento en el colesterol "malo", lo cual aumenta el riesgo. De acuerdo con un estudio encabezado por la Universidad de Oxford, los efectos podrán variar dependiendo el alimento sobre todo cuando se trata de carnes rojas y procesadas

Hamburguesas con queso

Crédito: Pixabay

La salud cardíaca es uno de los aspectos de salud más determinantes. Teniendo en cuenta el incremento en los casos de hipertensión y diversas enfermedades cardiovasculares, cada día son más las personas interesadas en realizar ajustes en su dieta. Lo cierto es que el deterioro de la salud cardíaca se ha relacionado con diversos factores asociados estrechamente con el estilo de vida y de manera particular en lo referente a la dieta, se ha encontrado una directa relación entre el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y sodio. Recientemente un estudio encabezado por la Universidad de Oxford, en Reino Unido, el cual contó con el apoyo de más de 100,000 personas ha encontrado un vínculo potencial entre el consumo de grasas saturadas de la carne y el desarrollo de enfermedades cardíacas.

De acuerdo con declaraciones de la autora del estudio, la Dra. Rebecca Kelly, del Departamento de Salud de la Población de Nuffield, Universidad de Oxford, Reino Unido: “La asociación entre las grasas saturadas y el riesgo de enfermedad cardiovascular en estudios observacionales no ha sido clara anteriormente; nuestros hallazgos son importantes porque brindan una posible explicación: la relación puede variar según la fuente de alimento. Descubrimos que las grasas saturadas de la carne pueden estar asociadas con un riesgo más alto que otras fuentes de alimentos, que se caracterizan por su alto contenido en este tipo de grasas.” Además, se encontró que aquellos que solían consumir grandes cantidades de carne, también tenían un índice de masa corporal (IMC) más alto que los bajos consumidores. 

Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo. Es un hecho que comer cantidades altas de grasas saturadas está relacionado con un aumento de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) o colesterol “malo”, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular. Con base en ello han salido a la luz todo tipo de evidencias científicas en las que los diferentes tipos de alimentos ricos en grasas saturadas, en particular la carne y los lácteos, pueden tener diferentes asociaciones con las enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, este estudio examinó cómo la grasa saturada de varios alimentos se relaciona con la cardiopatía isquémica, el accidente cerebrovascular y la enfermedad cardiovascular total (enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular combinados).

Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que incluyó a 114,285 participantes del Biobanco del Reino Unido que no tenían enfermedades cardiovasculares al inicio del estudio. Como parte del proceso inicial del estudio los voluntarios, completaron evaluaciones dietéticas enfocadas en detalles sobre los alimentos que consumieron el día anterior para estimar su ingesta habitual de grasas saturadas totales y grasas saturadas de diferentes alimentos. También completaron un cuestionario detallado de estilo de vida, se tomaron muestras de sangre y medidas corporales.

El estudio se destacó por un largo período de tiempo, en el cual los investigadores rastrearon a los participantes durante alrededor de 8,5 años utilizando información de registros hospitalarios y de defunción vinculados. Todo este seguimiento fue realizado con el objetivo de averiguar si desarrollaron una enfermedad cardiovascular. Durante el período de seguimiento, la enfermedad cardiovascular total, la enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular se produjeron en 4.365, 3.394 y 1.041 participantes, respectivamente.

Posteriormente estos datos se analizaron para evaluar su había algún vínculo entre la ingesta de grasas saturadas totales y grasas saturadas de diferentes alimentos, con los resultados de las enfermedades cardiovasculares. Los análisis tuvieron en cuenta múltiples factores médicos, socioeconómicos y de estilo de vida.

Los hallazgos fueron contundentes: no hubo asociaciones claras entre las grasas saturadas totales y los resultados de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, consumir un 5% más de energía total de las grasas saturadas de la carne se asoció con un 19% y 21% de riesgos elevados de enfermedad cardiovascular total y enfermedad cardíaca, respectivamente.

Según las declaraciones oficiales de la Dra. Kelly: “Nuestros resultados sugieren que las diferencias en el IMC pueden ser responsables, en parte, de la asociación entre las enfermedades cardiovasculares y la grasa saturada de la carne. No es posible determinar si esto se debe a un impacto específico de la grasa saturada de carne en el IMC o porque aquellos con un IMC más alto consumen más carne.”

A modo de conclusión podemos decir que aunque queda mucho trabajo por hacer, cada día son más los estudios científicos que aclaran importantes aspectos sobre cómo influye la calidad de los alimentos que consumimos en nuestro estado de salud, longevidad, ánimo y en la prevención de enfermedades futuras.

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