Emiliano Sala: declaran culpable al hombre que organizó el vuelo en el que murió el futbolista argentino
El británico David Henderson fue declarado culpable de haber puesto en peligro la seguridad de un avión. El organizador del vuelo en el que falleció el futbolista en enero de 2019 conocerá su sentencia el 12 de noviembre
El organizador del vuelo en el que murió el futbolista argentino Emiliano Sala fue declarado culpable de haber puesto en peligro la seguridad de un avión.
Sala, de 28 años, y el piloto David Ibbotson, de 59, murieron en el accidente ocurrido en el canal de la Mancha en enero de 2019.
David Henderson, de 67 años, admitió haber gestionado un vuelo para un pasajero sin permiso o autorización y este jueves fue declarado culpable en un tribunal de Cardiff, Gales.
El jurado deliberó durante siete horas y meda hasta alcanzar el veredicto por mayoría.
Henderson será sentenciado el 12 de noviembre.
Abogados que representan a la familia de Sala dijeron que la condena de Henderson es bien recibida, pero añadieron que las acciones de este hombre fueron “solo una pieza en el rompecabezas” de cómo se estrelló el avión.
Qué pasó
La avioneta en la que viajaba Sala, pilotada por el británico Ibbotson, se dirigía de la ciudad francesa de Nantes a la capital galesa cuando se estrelló en el canal de La Mancha el 21 de enero de 2019.
Ambos ocupantes del vuelo murieron, lo que generó conmoción tanto en Argentina como en Reino Unido.
La avioneta, una Piper Malibu monomotor, llevaba al futbolista a incorporarse a su nuevo equipo tras la firma de un contrato multimillonario por su traspaso del Nantes al Cardiff City.
El cuerpo del prometedor delantero fue recuperado del fondo del mar el mes siguiente, pero ni los restos de la avioneta ni el cuerpo de Ibbotson se pudieron encontrar.
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Falta de permisos
Henderson cambió su versión preliminar y el pasado 18 de octubre se declaró culpable de haber organizado el vuelo pese a no contar con todas las autorizaciones.
El jurado oyó cómo Ibbotson, que habitualmente pilotaba para Henderson, no tenía una licencia de piloto comercial ni cualificación para volar de noche. Además, su permiso para pilotar la aeronave monomotor había caducado.
Henderson le pidió que pilotara la avioneta ya que él estaba de vacaciones con su esposa en París.
Poco después de saber que la aeronave se había estrellado, Henderson envió varios mensajes de texto a diferentes personas a las que les pidió que se quedaran calladas, con la advertencia de que se podía “abrir una caja de pandora”, según se explicó durante el juicio.
Henderson, exmiembro de la Fuerza Aérea británica, admitió ante el tribunal que temía que hubiera una investigación de sus negocios.
El fiscal Martin Goudie dijo que Henderson fue “imprudente o negligente” en la manera como operó el avión al poner su negocio por encima de la seguridad de los pasajeros.
Goudie añadió que Henderson creó una cultura de ruptura de las regulaciones de la navegación aérea entre los pilotos que contrataba.
Fay Keely, propietaria de la aeronave, le había dicho a Henderson que no permitiera que Ibbotson la manejara después de haber sido contactada por la Autoridad de Aviación Civil (CAA, por sus siglas en inglés) respecto a dos infracciones aéreas cometidas por el piloto.
Pese a esto, Henderson permitió que Ibbotson continuara volando y en un mensaje al piloto dijo: “Ambos tenemos una oportunidad para hacer dinero fuera del modelo de negocio, pero no si molestamos a los clientes o llamamos la atención de la CAA”.
El fiscal acusó a Henderson de mentir en sus declaraciones ante los investigadores, y en su discurso de cierre ante el jurado, dijo que el hombre dirigía “una organización incompetente, indocumentada y deshonesta”.
“Una cuestión de papeleo”
Por parte de la defensa, Stephen Spence alegó que las acciones de su cliente fueron “un simple asunto de papeleo” y que no llevaron a la probabilidad de un peligro.
Spence dijo que su cliente sabía que Ibbotson, que llevaba décadas volando para él, era un piloto con experiencia.
El abogado explicó en el tribunal que la única diferencia entre una licencia comercial y una privada, como la que tenía Ibbotson, es que te permiten o no transportar pasajeros por dinero, pero que no tiene que ver con la capacidad.
Henderson dijo al subir al estrado que llamó a Keely después de que prohibiera que Ibbotson fuera el piloto y la convenció para que le dejara volar de nuevo.
Keely dijo que no recuerda tal llamada.
La reacción del entorno de Sala
Tras conocerse el veredicto, Daniel Machover, que representa a la familia Sala, dijo en un comunicado: “La condena de Henderson es bienvenida y esperamos que la CAA garantice que se pone fin a vuelos ilegales como este.
“La acciones de David Henderson son solo una pieza del rompecabezas de cómo el vuelo que David Ibbotson pilotaba ilegalmente se estrelló en el mar el 21 de enero de 2019.
“Todavía no conocemos información clave sobre el historial de mantenimiento de la aeronave ni todos los factores detrás del envenenamiento por monóxido de carbono revelados en el informe de la Rama de Investigaciones de Accidentes Aéreos (AAIB, por sus siglas en inglés) de agosto de 2019.
“Las respuestas a estas preguntas solo pueden ser establecidas adecuadamente en la indagatoria sobre la muerte de Emiliano, prevista para febrero del año que viene”, concluyó.
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