La mejor manera de proteger la salud del corazón: eliminar los alimentos ultraprocesados
No es ningún secreto decir que los alimentos ultraprocesados, son considerados el enemigo más letal de la buena salud. Recientemente un largo estudio de 10 años, publicado en European Heart Journal; comprobó: las personas con antecedentes cardíacos que consumen recurrentemente alimentos ultraprocesados tienen un 66% más de probabilidades de tener un segundo, y fatal, ataque cardíaco y un 40% más de probabilidades de morir por cualquier causa
No existen dudas: una dieta rica en alimentos ultraprocesados, casi siempre conduce al desastre. Actualmente, una de las medidas más importantes para prevenir enfermedades crónicas, gozar de un peso saludable y vivir más, es la nutrición. Es por ello que la calidad de la alimentación es un aspecto determinante en nuestro estado de salud y sobre todo cuando se trata de la salud del corazón. Recientemente, un estudio de 10 años publicado en el European Heart Journal encontró hallazgos muy relevantes entre un continuó consumo de alimentos procesados y la salud cardiovascular. De manera específica, los investigadores descubrieron que las personas con enfermedades cardiovasculares que han tenido un ataque cardíaco o un derrame cerebral, que consumen recurrentemente alimentos ultraprocesados: tienen un 66% más de probabilidades de tener un segundo, y fatal, ataque cardíaco o accidente cerebrovascular y un 40% más de probabilidades de morir por cualquier causa.
De acuerdo con los investigadores que participaron en el estudio, comer de manera saludable a tiempo parcial y consumir alimentos ultraprocesados: no disminuye los peligros de estos mortales productos. La razón principal, es por que se trata de alimentos que se destacan por su alto contenido en: proteínas hidrolizadas, maltodextrinas, grasas hidrogenadas y aditivos como colorantes, conservantes, sodio, grasas saturadas, agentes antiaglutinantes, potenciadores del sabor y edulcorantes, son solo algunos de los elementos que figuran en las etiquetas de los ingredientes. Y la realidad, es que pueden ser terribles para la salud en general y del corazón. Por lo tanto una de las medidas más importantes, es siempre revisar las etiquetas de los ingredientes de los alimentos teóricamente “saludables”, como es el caso de productos engañosos como los cereales para el desayuno, las barritas de granola, ciertas galletas y yogurts de frutas.
Según los expertos que participaron en el estudio, una buena recomendación al ir de compras es llevar una lista de los ingredientes nocivos y darse a la tarea de comprobar que los productos que elegimos no los contengan. Esta es una medida importante incluso, en las personas que no han tenido un lamentable antecedente de ataque cardíaco o derrame cerebral.
Lo cierto es que suceden muchas cosas malas derivadas de un alto consumo de alimentos procesados, entre las principales relacionadas con la salud del corazón es su preocupante contenido en sodio. Es bien sabido, que los alimentos ricos en sodio pueden contribuir a tener una presión arterial alta, así como los ricos en grasas saturadas que pueden incrementar los niveles de colesterol, lo que pueden aumentar las probabilidades de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Otro de los hallazgos importantes y que surgieron de manera complementaria en el estudio, es la directa relación entre el consumo de vitamina D y la salud del corazón. El estudio único en su tipo y de larga duración, encontró que las personas con deficiencia de vitamina D tenían más probabilidades de tener presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares (factores de riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular). Mientras, que las personas con los niveles más bajos de vitamina D tenían el doble de riesgo de enfermedad cardíaca que las personas con niveles saludables.
Lo cierto es que la vitamina D, juega un papel crucial en nuestro estado de salud. Por lo tanto, de acuerdo con el estudio aumentar el consumo de vitamina D al rango normal aporta grandes beneficios a largo plazo. De hecho, los investigadores comprobaron que mantener un nivel por encima de 35 ng/ml de vitamina D, aumenta las probabilidades de tener un corazón, cerebro, huesos, músculos, una función del sistema inmunológico y un metabolismo de la glucosa: mucho más saludables y estables.
Se cuenta con información en la cual se ha comprobado que el 24% de las personas en los Estados Unidos, tienen niveles muy bajos de vitamina D; para mayor contexto: suelen estar por debajo de 13 ng / ml. Mientras, que otro 50% tiene niveles por debajo de 35 ng /ml. Lo que recomiendan encarecidamente los médicos e investigadores, es darse a la tarea de hacerse un análisis de sangre para identificar si se padece alguna deficiencia, y en dado caso saber el nivel de la misma. Complementariamente se aconseja la exposición solar (es la principal fuente de vitamina D), el consumo de suplementos y por supuesto aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitamina D: pescados grasos como el salmón, las sardinas, la trucha, la caballa y los arenques, hígado vacuno, yema de huevo, quesos y lácteos. También es normal encontrarla en algunos alimentos fortificados, como es el caso de los cereales.
De acuerdo con los autores del estudio, en caso de tener análisis de sangre con niveles de vitamina D bajos, se recomienda el consumo de un suplemento diario según lo prescrito por su médico. Una de los esquemas más recomendados por el autor del estudio y que sigue personalmente es comer salmón a diario y tomar 2000 UI de D3 al día para mantener estables los niveles. Además, es una maravillosa medida para fortalecer al sistema inmunológico y disminuir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas de cualquier tipo. Así que ya lo sabes, la combinación estrella para realmente proteger la salud del corazón y disminuir el riesgo de accidentes cardiovasculares es: evitar a toda costa los alimentos ultraprocesados, sobre todo los ricos en sodio y grasas saturadas y asegurar un adecuado consumo de vitamina D. También es muy importante realizar actividad física, asegurar un buen descanso, controlar el estrés y mesurar el consumo de alcohol.
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