Por la reunificación de las familias
La reunificación de familias de inmigrantes debe ocupar un lugar prioritario en la agenda nacional y la actual legislación
En el fragor de los debates por programas como el Dream Act, DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) y el TPS, no se le ha prestado la suficiente atención al hecho que el término medio de espera para un petitorio legal de unificación de familias tiene retrasos realmente absurdos e injustificados.
Como ejemplo, para una pareja de residentes legales, tramitar la inmigración de un hijo soltero que reside en México lleva 21 años. ¡Más de dos décadas!
Y no es que las olas migratorias sean tan masivas como para justificar esta anomalía. De hecho, de las 226,000 visas basadas en reunificación familiar que el gobierno concede cada año, 122,000 aún no han sido procesadas.
Es un problema de retrasos administrativos debido a las obsoletas restricciones de visado. Puede solucionarse si existiera la voluntad política de hacerlo.
Casi cuatro millones de personas están esperando que se resuelvan las peticiones que presentaron hace ya años para la reunificación de sus familias. Son residentes legales y ciudadanos estadounidenses; nacidos en nuestro país o quienes a su vez emigraron en el pasado.
El trabajo del gobierno en este aspecto es dolorosamente lento y ha sufrido escollos especialmente durante los cuatro años de la administración antiinmigrante de Donald Trump.
Pero ha pasado ya un año del control demócrata en la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes sin cambios.
Esto resulta doblemente extraño considerando que el presidente Joe Biden basó su campaña electoral entre latinos en la promesa de dar fin a la separación de familias y a aprobar una reforma migratoria general.
Y si bien en lo primero se refería estrictamente a la política de Trump de arrancar a hijos de sus padres que vienen pidiendo asilo, no existe una diferencia real entre ello y mantener separadas muchas más familias en un limbo migratorio.
No debería haber oposición tangible a este pedido. Después de todo, la unidad familiar es uno de los valores más fundamentales de nuestra sociedad.
En la actualidad y todavía en negociaciones, en Washington se debate la inclusión de provisiones de visas familiares en el paquete de reconciliación presupuestaria. Todavía es posible. Es una oportunidad que quizás no vuelva para de una vez por todas hacer que este retraso se contraiga y desaparezca.
En ese sentido, la campaña de grupos como Value Our Families y otros son esenciales para mantener el tema vigente en la conciencia pública nacional.
De todos los líderes en Washington que pueden contribuir a que esta situación se solucione y que estas provisiones sean parte del acuerdo final es el senador por Nueva York Charles Schumer. El líder de la bancada mayoritaria en el Senado carga con la mayor responsabilidad para remediar este agudo problema.
A él le solicitamos que haga de la solución a este problema una prioridad en este año que acaba de comenzar. A él y al resto de los demócratas hoy en el poder les pedimos que no olviden las promesas que hicieron durante la campaña electoral. Nosotros no las olvidaremos.