Editorial: Sí a la educación sexual en las escuelas

“No digas gay” ("Don't Say Gay") es una iniciativa que va en detrimento de los derechos ganados sobre identidad de género

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El gobernador republicano en Florida, Ron DeSantis. Crédito: Getty Images

La sociedad estadounidense vive una fase de polarización muy preocupante porque se ha llegado a un punto de retroceso que amenaza con poner en peligro hasta la integridad educativa.

Esta semana avanzó en Florida una propuesta legislativa que prohíbe a las escuelas públicas del estado educar sobre orientación sexual a los estudiantes. 

“No digas gay” (“Don’t Say Gay”) es una iniciativa que va en detrimento de los derechos ganados sobre identidad de género y la necesidad de preparar de manera adecuada a los chicos a navegar y sentirse cómodos con su sexualidad.

Es lamentable que funcionarios de pensamientos arcaicos, como el gobernador republicano Ron DeSantis, vean “totalmente inapropiado” que los maestros tengan ese tipo de conversaciones con los alumnos.

Según DeSantis las escuelas deben enseñar a los niños sólo a leer y escribir. Pues se equivoca, porque una educación integral consiste en formar alumnos con una mente abierta y tolerante porque vivimos en una sociedad diferente.

Los conservadores quieren tapar el sol con un dedo. Hoy más que nunca se necesita que las escuelas sean el referente donde los chicos formen un pensamiento crítico. A través de una buena enseñanza sexual -por ejemplo- se puede hacer frente a todo ese ‘contenido basura’ al que están expuestos los chicos en Internet.

Además, para los alumnos de la comunidad  LGBTQ, las escuelas son un refugio. En muchos casos los maestros son ese hombro de apoyo que ellos necesitan cuando hasta en sus propios hogares no encuentran comprensión.

Nos unimos a los grupos de activismo que han levantado su voz de protesta porque esta legislación está destinada a estigmatizar a las personas LGBTQ, aislar a los niños LGBTQ y hacer que los maestros teman brindar un salón de clases seguro e inclusivo.

Hay que hacer todo lo posible para evitar que ‘No digas gay’ se convierta en realidad, y más aún que no se expanda esta idea discriminatoria a otros estados.

Aplaudimos que el gobierno federal tome partido para salir en defensa de los estudiantes LGBTQ porque lo de Florida no es un caso aislado. Hay todo un movimiento ultraconservador que quiere regular lo que los estudiantes pueden leer o aprender. 

La educación sexual en los recintos escolares no tiene por qué ser un tema tabú. Los padres también tienen que involucrarse y apoyar a sus hijos en esta lucha.

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