Inmigrantes dominicanos recuerdan los 178 años de Independencia de la isla con una presencia creciente en NY
La perspectiva es que la inmigración quisqueyana hacia NY no se va a desacelerar
Exactamente fue en un invierno de 1964 cuando siendo apenas una niña la dominicana Leticia Durán pisó la ciudad de Nueva York. Desde ese momento la convirtió en su casa. Ahora, 50 años después, describe en detalle que todavía su “corazón sigue en la isla”.
“Aquí he trabajado, he luchado, y a pesar de este frío, ya difícilmente pueda pensar en volver. Aunque voy con frecuencia y disfruto inmensamente cuando voy. Pero no sé mucho de las cosas políticas de allá. No tengo idea si el presidente de la isla, lo hace bien o lo hace mal”, refiere la inmigrante que se hizo ciudadana de EEUU y todavía trabaja en el sector salud.
Este domingo, cuando se conmemora el 178 aniversario de la Independencia de la República Dominicana, los más de 850,000 dominicanos que viven en la Gran Manzana, como Leticia, tienen una razón adicional para pensar en el futuro de su isla: “uno lo que desea es que tanto a los de allá como los de aquí, que somos muchos, sigamos teniendo oportunidades de trabajar y hacerlo bien. Yo tengo dos países en mi vida”.
A diferencia de Leticia su paisana Margarita Liscano, nacida en El Cibao, llegó a Nueva York recientemente. De hecho, es la primera vez que recordará la independencia de su país como inmigrante. Pero, en este punto, asegura que lamentablemente la mayoría de sus compañeros de escuela “solo sueñan” con salir.
“Vengo de un país bellísimo. Con gente muy especial. Pero así trabajes fuerte los salarios, la inflación, no compensan tener calidad de vida. Aquí hay otros retos, pero si trabajas duro puedes vivir mejor”, asegura la mesera de 20 años, en un restaurante de la avenida St Nicholas en el Alto Manhattan.
De acuerdo con los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) encontrar un empleo es el mayor desafío que tienen los jóvenes en la República Dominicana, sobre todo entre los 15 y 24 años, donde la tasa de desempleo se ubica en un 15.5 %.
Razones intactas para dejar la isla
El dirigente político residenciado en Nueva York, Luis Rodríguez, de la organización Alianza País, asegura que las razones por las cuales muchas generaciones emigraron, siguen estando “intactas”.
“Dentro del 60% y 62% de todos los sondeos en la isla indican que especialmente los más jóvenes quieren abandonar el país para buscar una mejor vida. El sueño del regreso no deja de ser un simple sueño para los dominicanos”, aseguró el activista.
A juicio de Rodríguez la concentración de la riqueza en su país, sigue siendo abrumadoramente desigual. Y la crisis del desempleo, la inflación y la corrupción son calamidades que no se asoman tengan a corto plazo una solución estructural.
La migración continúa
De acuerdo con el Instituto de Políticas de Migración (MPI) el número de inmigrantes dominicanos ha aumentado rápidamente en los últimos 60 años, en un patrón de migración provocado por la agitación política y económica tras el asesinato del dictador Rafael Trujillo en 1961.
“En 1960, la población inmigrante dominicana era de 12,000 en todo el país, ese número se quintuplicó en una década a 61,000, casi se triplicó entre 1970 y 1980, se duplicó tanto en la década de 1980 como en la de 1990 y ha seguido creciendo”, concluye el análisis.
Casi 1.2 millones dominicanos viven en Estados Unidos, lo que se traduce en que son alrededor de un 3% en general de la población inmigrante.
Y en este contexto, el 60% de los quisqueyanos viven en Nueva York y Nueva Jersey.
Un cambio en la isla
El activista político Luis Rodríguez insiste que a aunque en agosto de 2020 las elecciones presidenciales desbancaron al Partido de Liberación Dominicana (PLD), luego de 20 años en el poder, difícilmente se puede hablar que hayan escenarios que se acerquen a un cambio en la calidad de vida de quienes viven en la isla.
“El gobierno del presidente Luis Abinader disfruta sin duda de la simpatía de las mayorías, pero eso se debe a que todavía aglutina el descontento del desastre acumulados por muchos años. Pero eso no significa que haya un cambio notable en la gobernabilidad, que permita pensar que los dominicanos tengan un mejor futuro”, sostiene el inmigrante.
Un informe reciente de CID Gallup y otras encuestadoras citadas por medios locales de Santo Domingo, dan cuenta que el mandatario Luis Abinader tiene una aceptación entre el 68% y el 70%. Otros reportes indican que es el mejor valorado en toda Latinoamérica después del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso.
En esta en sintonía está el músico Juan Martínez, quien llegó a la ciudad hace doce años. El inmigrante opina que sí observa cambios positivos en su país por signos muy claros en la lucha contra la corrupción.
“Creo que el presidente Abinader está haciendo un excelente trabajo como nunca se había visto. Está metiendo preso a los corruptos, a los que destruyeron a mi país, a quienes se robaron nuestro dinero. Por eso muchos huyeron para buscar una mejor vida”, asegura.
Juan, con 70 años, interpreta cuando puede la guitarra y bandoneón con sonidos y ritmos de su isla: “nos acostumbramos a estar en este país que es maravilloso, pero de alguna manera trajimos a esa tierra para acá, con la música, con nuestra comida”, comentó en una esquina de la agitada Washington Heights.