Plan ‘open restaurants’ de la Gran Manzana recibe primer revés judicial: se debe revisar su impacto ambiental

Un juez de la Corte Suprema de Nueva York, llama a la Ciudad a meter la lupa al programa que permitió mesas en calles y aceras para ayudar a la recuperación de este sector, en asuntos como los ruidos y el saneamiento

La Ciudad hará permanente el plan en 2023, pero con nuevas reglas.

La Ciudad hará permanente el plan en 2023, pero con nuevas reglas. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

El programa de Restaurantes al Aire Libre (‘Open Restaurants‘) que la Ciudad plantea convertirlo en un plan permanente para miles de negocios gastronómicos en la Gran Manzana, luego de ser el blanco de varias críticas, ahora recibió su primer revés judicial, el cual en principio obliga a revisar algunos formalismos en su ejecución.

El juez de la Corte Suprema de Nueva York, Frank Nervo, exigió en un fallo dado a conocer este miércoles que se revisen “minuciosamente” los impactos ambientales del plan en cuanto a ruido, saneamiento y estacionamientos.

La decisión de Nervo divulgada por medios locales, anula la enmienda del Texto de Zonificación aprobado por el Concejo Municipal, en el cual se eliminaron ciertas regulaciones en el uso de las calles y aceras, que permite que más de 12,000 de estos negocios se expandan con mesas al aire libre.

Un grupo de 22 neoyorquinos residentes de vecindarios como Greenwich Village, Chelsea, Hell’s Kitchen, East Village, Lower East Side y Williamsburg demandaron a la Ciudad en octubre pasado, por los esquemas de comidas al aire libre que surgieron como parte de ‘oxigenar’ a pequeños negocios devastados por la pandemia.

La Ciudad debe hacer revisiones

Los querellantes argumentan que la Ciudad simplemente “prejuzgó” los beneficios del programa, sin asegurarse de su impacto ambiental, y saltando la revisión minuciosa de este plan, bajo la Ley de Revisión de Calidad Ambiental del Estado (SEQRA).

Como consecuencia de la acción judicial, se obliga a examinar detenidamente los impactos potenciales del programa y su expansión en aspectos como el “ruido constante”, “peligros potenciales para la seguridad”, tráfico y estacionamiento, saneamiento y carácter del vecindario. 

Según estableció el juez en su sentencia, “los programas, como mínimo, han afectado los niveles de tráfico y ruido, y pueden haber tenido un impacto significativo en el saneamiento”.

Los peticionarios citan el aumento de quejas por ruido, en los lugares donde se implementó el programa, como evidencia adicional de los impactos ambientales. 

La Ciudad ahora tiene 30 días para apelar el fallo.

Será permanente, pero distinto

En otras interpelaciones públicas, portavoces del Departamento de Transporte (DOT) que coordina este plan, han asegurado que prosiguen con los análisis para convertirlo en algo permanente. 

En este sentido, adelantan que en los próximos meses, se conocerán nuevas regulaciones.

“Estamos trabajando para dejarlo permanentemente y convertirnos en la ciudad con mayores restaurantes al aire libre. Aunque también advierto que habrá regulaciones serias, con requisitos y el compromiso de tener espacios limpios y seguros”, indicó Ydanis Rodríguez, comisionado del DOT.

Se espera que en esta primavera haya mayores detalles sobre los cambios en las permisologías. Hasta ahora los funcionarios de la Administración Municipal adelantaron que en el 2023 no se permitirán algunas estructuras improvisadas que hay en las vías.

En el seno del Concejo Municipal hay opiniones muy divididas, también fuertes resistencias a que este programa, por lo menos tal como está concebido, permanezca en el tiempo.

El mexicano Edwin Escamillo, trabajador de un restaurante en Manhattan, asegura que el plan cuenta con un gran respaldo por parte de sus vecinos y clientes. (Foto: F. Martínez)

Sector aún en recuperación

Pero mientras este debate toma calor, ante la nueva sentencia judicial, defensores del programa que ha salvado por lo menos 10,000 empleos en los últimos años y ha significado una tabla de salvación para una industria que se vio devastada por los cierres pandémicos, siguen defendiendo que este “salvavidas” se mantenga en el tiempo.

Andrew Rigie, presidente de la organización ‘New York City Hospitality Alliance’, que representa a restaurantes y bares de la ciudad, ha considerado que este momento es “una oportunidad increíble”. 

“Hagámoslo bien, no enfocándonos en lo que no funcionó, sino en lo que va  a funcionar, para la gente, los restaurantes, los trabajadores y las comunidades que sirven”, agregó el líder gremial.

En un sector comercial vital para la Gran Manzana, en donde más del 75% de la fuerza laboral pertenece a comunidades hispanas, la expectativa de un “retroceso” al plan, cuando todavía pequeños negocios tratan de recuperarse, sería un “platillo muy agrio”.

Por ejemplo, el mexicano Edwin Escamillo, quien trabaja en el restaurant El Mitote en Manhattan, comparte que el hecho de haber extendido más mesas en las calles ha significado la salvación de este tipo de negocios.

La aceptación de nuestros clientes y vecinos es muy buena. Y es una forma de recuperación que no hubiese sido posible sin estos permisos. Más trabajo y mejor servicio, especialmente para aquellas personas que durante lo peor de la pandemia no querían estar adentro”, cuenta Edwin.

En la carta: ‘Drinks-to go’

Hay otras medidas incluidas en la carta de proyectos que pretenden aumentar las energías de la recuperación a estos pequeños negocios.

Por ejemplo, este viernes, el Defensor del Pueblo, Jumaane D. Williams durante una ‘happy hour’ en un sitio de cócteles de Brooklyn, junto con una coalición de propietarios de pequeñas empresas, pidió al Estado de Nueva York que legalice los cócteles para llevar. Y proporcione más apoyo para estos negocios.

Williams se unió a quienes están impulsando una legislación estatal que haga permanente las Bebidas Permanentes para Llevar (‘Drinks to-go’).

Este programa fue implementado como una orden de emergencia que permitía a los clientes agregar su bebida favorita a su pedido, cuando los restaurantes salieron del confinamiento, Nueva York sentó las bases para el resto del país, con docenas de otros estados implementando medidas similares. 

La mitad de los restaurantes encuestados han reportado que las bebidas para llevar repuntaron sus ganancias en un 10-20%. Este anteproyecto de Ley (S.8184/A.7732), patrocinado por Leroy Comrie (D-Queen) en el Senado y Steven Cymbrowitz (D- Brooklyn) en la Asamblea Estatal, al parecer cuenta con el respaldo de la gobernadora Kathy Hochul.

‘Open restaurants’, en números:

  • 12,000 restaurantes, bares y cafés tienen mesas al aire libre y en las vías actualmente en la Gran Manzana.
  • 1,000 sitios de comida exterior había en NYC antes de la pandemia.
  • 2022 termina el programa temporal de emergencia.
  • 2023 será el año en que empezará el programa revisado de manera permanente.

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