Investigadores descubren por qué a las mamás les da tanta ansiedad por la comida durante el embarazo

Un estudio encuentra qué motiva los antojos en mujeres para comer productos dulces y calóricos durante el embarazo y que estos antojos persistentes pueden tener consecuencias negativas en la descendencia

El consumo frecuente de alimentos de gran palatabilidad y ricos en calorías puede afectar al bebé.

El consumo frecuente de alimentos de gran palatabilidad y ricos en calorías puede afectar al bebé. Crédito: Shutterstock

Durante el embarazo, las mujeres suelen experimentar una serie de antojos. Existen muchos mitos sobre el origen y los efectos de dichos antojos, sin embargo, investigadores tienen nueva evidencia de qué mecanismos los impulsan y lo que pueden causar en la descendencia.

Los antojos son diferentes en cada mujer. Algunas embarazadas anhelan alimentos grasos y ricos en calorías, mientras que otras tienen antojos de cosas que no les gustaban antes de quedar embarazadas.

El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) señala que no hay un momento específico en el que comiencen los antojos, es más probable que sucedan durante el primer trimestre de embarazo. También es posible que las embarazadas no tengan ningún antojo.

La dopamina es la causa fisiológica de los antojos

El reporte de un estudio dirigido investigadores de la Universidad de Barcelona y del IDIBAPS señala que al igual que las mujeres embarazadas, los ratones hembra son más sensibles a los alimentos dulces y desarrollan comportamientos de atracones hacia los alimentos ricos en calorías.

En el estudio publicado en la revista Nature Metabolism se encontró que durante el embarazo cerebro de los ratones hembra sufre cambios en las conexiones de los circuitos cerebrales de recompensa, así como en los centros gustativo y sensoriomotor.

“La dopamina es un neurotransmisor clave en los comportamientos de motivación o deseo”, señala el investigador March Claret.

El equipo observó los niveles de dopamina y la actividad de su receptor aumentan en una región del cerebro involucrada en el circuito de recompensa. Lo que contribuye al aumento de antojos.

Los antojos persistentes tienen consecuencias para la descendencia

“El consumo frecuente de alimentos de gran palatabilidad y calóricos, derivado de los antojos, contribuye al aumento de peso y a la obesidad gestacionales, lo que puede acarrear consecuencias negativas para la salud del bebé”, señala el informe.

Investigadores son más puntuales en las consecuencias que los antojos persistentes de las madres tienen en los hijos. “Afectan a su metabolismo, así como al desarrollo de los circuitos neuronales que regulan la ingesta de alimentos, lo que conlleva un aumento del peso corporal, la ansiedad y los trastornos alimentarios”.

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