Un camino hacia el sueño americano

Union Carpenter Apprenticeships está abriéndole a los neoyorquinos trabajadores un camino hacia el sueño americano.

HERO IMAGE_CCAMetro_BNYB_Spanish_Concept2_1200x628 - Flor Badio

Crédito: Union Carpenters and Contractors | Cortesía

Union Carpenter Apprenticeships está abriéndole a los neoyorquinos trabajadores un camino hacia el sueño americano.

Soy una madre de ocho hijos y la vida no siempre ha sido fácil. Durante muchos años habité en viviendas de la Sección 8, laborando en trabajos con el salario mínimo para pagar las cuentas, mientras me aseguraba de que mis hijos tuvieran comida en la mesa. Fue difícil mantener a mi familia y, con las pocas oportunidades de progresar, tuve que buscar otras opciones para asegurar un futuro estable para mí y para mis hijos.

Solo fue hasta que cumplí 38 años que mi esposo llegó a casa con un folleto de Construction Skills, un programa de aprendizaje que prepara para la industria de la construcción sindicalizada, y eso lo cambió todo. El programa fue vigoroso. Regresaba a casa tan cansada que ni siquiera podía levantar los brazos. Vi a muchos de mis compañeros abandonar uno por uno, pero sabía que por mi familia no podía rendirme. Sabía que aprender iba a ser un trampolín para mi carrera, pero nunca pude haber imaginado las oportunidades que encontraría después de graduarme y unirme al Sindicato de Carpinteros de la Ciudad de Nueva York.

Unirme al Sindicato de Carpinteros cambió mi vida para bien. Por primera vez, tengo un trabajo estable, recibo salarios con los que puedo mantener a mi familia, tengo seguridad para jubilación y mi propio seguro de salud. Al fin puedo dejar de vivir de cheque en cheque y sustentar a mis hijos. Encontré el trabajo que me apasionaba. No hay nada más gratificante que construir mi amada ciudad desde cero, y en 2010 tuve el honor de ser parte del equipo que construyó el World Trade Center. Ver mi trabajo convertirse en parte de la historia y del icónico skyline de Nueva York es indescriptible, pero ver el orgullo en las caras de mis hijos es aún mejor.

Mirando al pasado es difícil creer lo lejos que he llegado. Yo era solo una niña en el Bronx que no alcanzaba ni a suponer que las mujeres pudiesen trabajar en la construcción, o que alguna vez yo misma pudiese construir un futuro estable para mis hijos. Ahora soy delegada sindical certificada, delegada del Local 157 y vicepresidenta del Comité de Mujeres del Sindicato. Incluso he podido ayudar a mis hijos a pagar la universidad, financiar sus propios hogares y convertirme en dueña de mi propia vivienda.

Mi recorrido es exactamente de lo que se trata el aprendizaje: crear caminos para la clase media.

Esta inversión en los programas de aprendizaje no puede acabar. Debemos continuar celebrando e invirtiendo en este sello distintivo del Sueño Americano para las generaciones venideras.

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