Niño de 8 años es atacado y decapitado por un cocodrilo frente a sus padres en Costa Rica
Un mes después de la espantosa muerte de Julio Otero Fernández, un cazador mató a un cocodrilo en el área y al abrir a la bestia descubrieron huesos que se cree pertenecen al niño
El niño Julio Otero Fernández fue decapitado por el reptil. Crédito: YURI CORTEZ/AFP | Getty Images
Un niño de 8 años fue atacado y mutilado hasta la muerte por un enorme cocodrilo frente a su familia horrorizada mientras jugaba en un río cerca de su casa en Costa Rica.
La joven víctima, Julio Otero Fernández, fue decapitado por el reptil, antes de ser arrastrado a las profundidades del río Matina en la ciudad de Limón el pasado 30 de octubre, para nunca más ser visto con vida.
Luego, el sábado, casi un mes después de la espantosa muerte del niño, un cazador no identificado supuestamente disparó y mató a un cocodrilo en el área.
Cuando los lugareños abrieron el estómago de la bestia, descubrieron en su interior mechones de cabello y fragmentos de huesos que se cree que pertenecen a Julio.
El niño de 8 años fue asesinado mientras pasaba tiempo con sus padres, cuatro hermanos y otros familiares durante un viaje de pesca.
Alrededor de las 2 de la tarde del 30 de octubre, Julio estaba parado en el agua hasta las rodillas en el río cuando el gran cocodrilo se abalanzó sobre él.
“Lo sacudió (al niño) y le arrancó la cabecita”, describió un testigo presencial el brutal ataque, según recogió La Nación. “Luego lo agarró de nuevo y lo arrastró hacia abajo”.
Los padres de Julio, Don Julio Otero y Margini Fernández Flores, miraban impotentes cómo el reptil atacaba salvajemente a su hijo.
“Lo más difícil para mi esposa fue ver al cocodrilo alejarse flotando con el cuerpo de mi hijo”, dijo Otero.
El padre dijo que el depredador escamoso reapareció más de una hora después, todavía con el cuerpo de su hijo entre sus fauces. Dijo que los agentes de policía que habían respondido a la escena se negaron a dispararle al animal, diciendo que no tenían la “autoridad” para abrir fuego, informó el medio de comunicación antes citado.
“Por mi parte, me siento abandonado por las autoridades”, dijo Otero. “Un animal vale más que un ser humano, eso es lo que he sentido”.
La pareja había trasladado a su familia a Costa Rica desde su Nicaragua natal hace cuatro años para trabajar en una plantación de banana.
Los padres ahora planean regresar a casa con sus cuatro hijos sobrevivientes, de entre 3 y 16 años, para mantenerlos a salvo de los cocodrilos, que son animales protegidos en Costa Rica.
“No me voy a quedar aquí porque ellos protegen a estos animales y son capaces de salir del río para atacar a más personas”, dijo Flores, la mamá de Julio.
Se desconoce en este momento quién mató al cocodrilo durante el fin de semana. El cazador huyó del lugar luego de dispararle al reptil, lo cual es un delito en la nación caribeña.
La madre de Julio confirmó el hallazgo de pelo y huesos dentro del cadáver del cocodrilo muerto.
“El animal está muerto. Para mí es un gran alivio que lo hayan matado”, dijo Flores. “Desearía que los mataran a todos para que ninguna familia tenga que volver a pasar por un dolor como este”.
Los restos humanos fueron entregados a las autoridades locales para las pruebas de ADN.
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