Reporte confirma trato disciplinario desigual a reclusos latinos y negros en cárceles estatales de NY

Un informe de la Inspectora General del Estado de Nueva York halló que hispanos encarcelados tienen 12% más de probabilidades de recibir reportes de mala conducta que internos blancos

Cárceles de NY

Cárceles de NY Crédito: Departamento de Correccionales | NYC Mayoral Office

Los presos negros y latinos que purgan penas en cárceles manejadas por autoridades penitenciarias estatales en Nueva York siguen siendo objeto de tratos desiguales, con respecto a reclusos de otros grupos raciales, como lo evidencian datos de sanciones disciplinarias. Presos de color siguen siendo más propensos que sus contrapartes blancos a enfrentar un castigo adicional tras las rejas.

Así lo denunció un reporte presentado por la Inspectora General del Estado de Nueva York, Lucy Lang, donde se reveló que hispanos encarcelados tienen 12% más de probabilidades de recibir reportes de mala conducta que internos blancos; en el caso de individuos negros privados de la libertad, la cifra llega al 22% .

El estudio señaló con preocupación que el panorama de las prisiones estatales, que albergan a unos 30,000 presos, evidencia que a los reclusos que no son blancos se les emitieron más informes de mala conducta en general, que a las personas de raza blanca, lo que es una prueba más de las desigualdades que enfrentan las poblaciones de color en la sociedad.

No hay duda de que el sistema de justicia penal es solo uno de muchos sistemas que tienen un impacto devastador y desproporcionado en los neoyorquinos de color”, afirmó la funcionaria. “Lamentablemente, como lo reflejan los datos de seis años en nuestro informe, aunque las disparidades raciales pueden no comenzar en las puertas de la prisión, lamentablemente tampoco terminan allí”.

Otro dato revelado en el informe es que de los empleados del DOCCS que emitieron 50 o más informes de mala conducta, 226 empleados los emitieron solo a personas encarceladas que no eran blancas, incluidos 114 empleados que los emitieron solo a personas encarceladas negras o hispanas.

Asimismo, las disparidades raciales contra las poblaciones encarceladas que no son blancas, eran más significativas para los informes de mala conducta que requerían menos evidencia física, dando mayor discreción y posible sesgo por parte del empleado del DOCCS.

La Inspectora General del Estado manifestó que a pesar de los cambios de política adelantados por el Departamento de Correcciones y Supervisión Comunitaria del Estado (DOCCS), ese organismo sigue promoviendo un trato desigual en cada etapa del sistema de justicia penal, que afecta a latinos y negros.

La funcionaria agregó que espera que los datos revelados sobre la continua desigualdad en el trato que se da a los internos contribuya a impulsar cambios en las políticas y prácticas de justicia y dignidad para los presos.

Aunque los datos analizados dejaron ver que las disparidades de trato aumentaron levemente entre 2017 y 2019, fue en 2020 que se dispararon, pues presos negros y latinos en ese año tuvieron casi un 38% y un 29% más de probabilidades de recibir informes de mala conducta, que los blancos, por lo que la funcionaria presentó una serie de recomendaciones al DOCCS.

La Oficina de la Inspectora General del Estado de Nueva York exigió que se promueva una capacitación antisesgo anual para todo el personal, se analicen cifras adicionales sobre procesos disciplinarios, se publiquen datos que pueden cotejarse con datos demográficos, se expanda el uso de oficiales de audiencia centralizados y se expanda el uso de sistemas de cámaras fijas dentro de todas las instalaciones correccionales en todo el estado.

Tras el informe, Victor Pate, codirector de la campaña #HALTsolitary, y José Saldaña, director de la campaña Release Aging People in Prison, insistieron en la necesidad de no mantener a prisioneros en los penales y acabar con el aislamiento solitario y agregaron que el reporte confirma que las cárceles estatales son parte de un “sistema de represión racista”.

“El nuevo informe del Inspector General revela que estas prácticas racistas, documentadas durante muchos años, en realidad han empeorado. La necesidad de acción por parte de las autoridades ejecutivas y legislativas es clara”, dijeron los activistas en un comunicado, donde mencionaron varias problemáticas que viven los recluysos de color en los penales.

“Desde las disparidades raciales extremas en las sanciones disciplinarias documentadas en el informe, hasta el personal que brutaliza, agrede sexualmente e incluso mata a personas y lo encubre con sanciones falsas, hasta el uso generalizado de insultos raciales, supremacistas blancos declarados que trabajan como personal de seguridad y liderazgo, a violaciones flagrantes de la ley de confinamiento solitario HALT, a negaciones repetidas y con prejuicios raciales de la libertad condicional por parte de la Junta de Libertad Condicional, el sistema es racista y podrido hasta la médula”, concluyeron.

El DOCCS hasta ahora no se ha pronunciado sobre el reporte.

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